Nueva vida para las sargas (pinturas sobre tela) de Bacarisas. Las piezas que conforman la colección que alberga los Reales Alcázares desde 1929 se someterán a una importante restauración en los talleres del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) que logrará restituir el «grave» estado de conservación que presentan.
La intervención, para la que aún no hay una fecha concreta de inicio, será una puesta a punto para uno de los bienes patrimoniales que se conservan en el conjunto monumental desde que en la Exposición Iberoamericana de Sevilla el rey Alfonso XIII encargase al artista Gustavo Bacarisas y Pedestá estas sargas para la decoración del Pabellón Real. El Patronato del Alcázar tomó conocimiento hace unas semanas de esta intervención, propuesta por el IAPH, y los tapices están a expensas de ser transportados a los talleres de la Cartuja.
El estado de los tapices, que en su mayoría se encuentran almacenados, es «grave» debido a que determinadas piezas han sido sometidas a un largo periodo de tiempo a condiciones de exposición, tanto ambientales como de montaje expositivo del todo inadecuadas para sus características materiales y formales.
El objetivo es dotar a los tapices de una estabilidad que permita su manipulación y correcta exposición o almacenamiento de una manera segura y adecuada para su conservación, a pesar de la extrema fragilidad que presentan y su delicado estado de conservación. Además, se pretende frenar aquellos procesos de deterioro que están incidiendo de manera más directa sobre las piezas. Finalmente, se mejorará y recuperará, en la medida de lo posible, la correcta visión estética de las piezas, que en muchos casos están distorsionadas por las múltiples alteraciones.
Es en este mandato, con la nueva dirección del Alcázar al frente, cuando se ha empezado a intervenir en estos bienes, que al igual que el conjunto palaciego cuentan con protección. Ya en abril de 2016 se realizaron trabajos de urgencia tras detectar el grave estado de conservación de dos piezas que habitualmente decoran las estancias del Palacio Gótico. Precisamente en fue en la sala Cantarera se instaló el taller de intervención en directo para que los visitantes al conjunto monumental pudieran contemplar los trabajos que realizaban los técnicos de restauración. Unos trabajos «de urgencia» que se llevaron a cabo en dos sargas que contemplaron una limpieza, documentación y recogida de muestras para una intervención posterior, que también afectaría al resto de la colección de Bacarisas, conformada por cuatro piezas más dentro del encargo que realizó el rey Alfonso XIII. Es precisamente este proyecto de actuación de la mano del IAPH la que pretende dar una nueva vida al legado de Bacarisas, un artista cosmopolita y modernista cuya obra sigue los cánones de «una pintura culta», con motivos renacentistas y góticos que van a recobrar su esplendor antes de volver a la vista de todos.