El ‘impuesto’ revolucionario sevillano: pagar por aparcar en el Tanatorio

Habitantes del asentamiento chabolista del Vacie aprovechan el trasiego de visitantes a las instalaciones para hacer de aparcacoches ilegales

Juanmi Vega @Juanmivegar /
18 feb 2019 / 13:49 h - Actualizado: 18 feb 2019 / 13:49 h.
  • Adultos vigilan a los menores de edad que hacen de aparcacoches. / El Correo
    Adultos vigilan a los menores de edad que hacen de aparcacoches. / El Correo

Nunca es agradable ir al tanatorio. Cuando uno entra por las puertas del complejo es para llorar una pérdida. Un trance por el que todos pasamos y un lugar al que, a medida que pasan los años, más vamos acudiendo. Uno nunca se acostumbra pero es ley de vida.

A lo que seguro que uno no se acostumbra por más que pasen los años y por más que tenga que acudir es a tener que pagar el impuesto revolucionario por aparcar a esas personas que se ponen alrededor del tanatorio de la SE-30 y del cementerio de San Fernando. Allí, o les das el euro o te llevas una retahíla de insultos que van desde los vivos hasta los que están en una de las salas del tanatorio. Y el insulto es el mal menor. Otra de las opciones que puede ocurrir es que te rompan un cristal del coche, un espejo retrovisor o que te pinchen las ruedas. Actos todos ellos denunciados en muchas ocasiones.

Los ciudadanos se sienten indefensos y pagan. El Ayuntamiento, independientemente del color político que gobierne, conoce esta problemática y no hace nada.

La gran mayoría de los que están pidiendo el impuesto revolucionario por aparcar en la vía pública son habitantes del asentamiento chabolista del Vacie.

Su modus operandi es mandar a los menores de edad. Desde la distancia, los cabecillas vigilan a estos niños, que saben que no van a tener problema alguno. Si alguna persona se negase o incluso llegase a plantarle cara, rápidamente acudirían unos cuantos.

Están todos colocados estratégicamente. Uno cubre la rotonda, otro cubre la parte que va de la rotonda al asentamiento chabolista. Luego, por lo general, hay un grupito de mujeres en una de las aceras donde aparcan los coches pegados a la tapia del cementerio y en la acera contraria otra parejita. No se les escapa nadie.

La Policía se ve desbordada y los aparcacoches lo saben. Lo máximo que pueden hacer las fuerzas de seguridad del estado es dar una vuelta y echar a los que estén pidiendo. Una vez la Policía anda 50 metros, estas personas vuelven otra vez a campar a sus anchas.

En las redes sociales, los ciudadanos vuelcan su indignación contra el consistorio por no hacer nada. Hay mensajes y denuncias de todo tipo, incluso se pueden observar las pruebas de lo que ocurre si no pagas.

Han pasado 19 años desde que se inauguró el Tanatorio. 19 años en los que no se ha erradicado esta problemática y en los que los ciudadanos han terminado por resignarse y aceptar el pago de un impuesto más.