El juicio por el crimen del parque de María Luisa comenzará el 8 de mayo

La vista se celebrará durante tres jornadas ante un jurado popular

14 feb 2017 / 11:00 h - Actualizado: 14 feb 2017 / 11:54 h.
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  • Francisco Morillo Suárez llega a los juzgados acompañado por la Policía. EFE/Julio Muñoz
    Francisco Morillo Suárez llega a los juzgados acompañado por la Policía. EFE/Julio Muñoz

Ya hay fecha para el juicio contra el conocido como violador del parque de María Luisa, Francisco Morillo Suárez. La Audiencia Provincial de Sevilla tiene previsto celebrar la vista ante un jurado popular a partir del 8 de mayo y durante tres jornadas. Será el primer caso en Sevilla en el que un acusado se enfrentará a la pena de prisión permanente revisable, que solicita la Fiscalía de Sevilla por los delitos de asesinato y violación. Los hechos ocurrieron el 23 de febrero de 2016.

Según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), el juicio comenzará el 8 de mayo a las 10 horas con el interrogatorio al acusado y la posterior declaración de los agentes de la Policía Nacional que intervinieron en la investigación del crimen. Al día siguiente, se retomará la vista a la misma hora con la declaración de diferentes testigos y, el 10 de mayo, será el turno para los peritos y los informes de las partes con los que se pone fin al juicio.

Esta será la primera ocasión en la que un acusado se enfrentará en Sevilla a una solicitud de prisión permanente revisable, planteada por el departamento que dirige María José Segarra, en aplicación de la reforma del Código Penal que se llevó a cabo en julio de 2015 para este tipo de casos. Francisco Morillo Suárez está acusado de un delito de agresión sexual, en concurso real con un delito de asesinato, por los que el Ministerio Público reclama una condena de 15 años de prisión y la prisión permanente revisable respectivamente. Asimismo, solicita que el procesado no pueda lograr el tercer grado «en tanto no conste un mínimo de cumplimiento efectivo de 18 años de prisión, así como que los beneficios penitenciarios, los permisos de salida, la clasificación en tercer grado y el cómputo del tiempo para la libertad condicional se refieran a la totalidad de las penas impuestas en la sentencia». La Fiscalía sevillana también pide una indemnización de 100.000 euros para los padres de la joven y 25.000 euros para su hermana.

Los hechos ocurrieron en la noche de 23 de febrero de 2016. Según recoge el fiscal en su escrito de acusación, relata que el acusado, de 46 años, frecuentaba desde hacía un tiempo el parque de María Luisa «una vez entrada la noche», donde permanecía incluso cuando cerraba, que en invierno era a las 22.00 horas, «momento éste en el que tienen lugar encuentros de naturaleza sexual».

La víctima acudió al parque la noche del 23 de febrero y permaneció en el mismo tras el cierre al público «con la supuesta intención de suicidarse, no siendo esta la primera vez que procedía de tal modo», ya que «había empleado en otras ocasiones ese mecanismo a modo de llamada de atención a su entorno más cercano».

Sobre las 21.47 horas, la joven envió un mensaje por teléfono móvil a sus allegados «en forma de despedida». La joven tomó una «importante» dosis de barbitúricos «que fueron sumiéndola en una lenta somnolencia». El acusado, según el fiscal, también se habñia dirigido al parque esa noche, utilizando para ello una bicicleta. De este modo, y en hora no determinada pero anterior a las 4.30 horas de la madrugada, el imputado coincidió con la víctima, que en ese momento «ya se hallaba sumida en el sopor causado» por los medicamentos ingeridos.

«DEPRAVADOS INSTINTOS SEXUALES»

La Fiscalía asevera que el acusado, «consciente del estado de somnolencia» que mostraba la joven, «decidió aprovechar tal circunstancia para satisfacer sus deseos libidinosos más extremos», de manera que la despojó de sus ropas y la agredió sexualmente.

Seguidamente, y «como quiera que debido a la letargia que sufría», la joven, que pesaba 42 kilos, «no reaccionaba al dolor y mostraba una resistencia mínima», el inculpado «decidió ir más allá aprovechando la práctica nula defensa de su víctima para así colmar sus más depravados instintos sexuales», de manera que en una «brutal práctica sexual» utilizó un objeto con el que le causó graves lesiones. Sara D. M., de 31 años, murió horas más tarde de la agresión debido a un «shock hemorrágico» derivado de las lesiones causadas por el acusado, señala el fiscal. «Una vez satisfizo su ánimo lúbrico», el procesado volvió a vestir a la víctima, «dejándola acostada boca abajo sobre uno de los bancos del parque», tras lo que se montó en su bicicleta y abandonó el lugar.

En su declaración en la fase de instrucción, el acusado alegó que esa noche había coincidido con la joven en el parque y que ya se conocían de otras ocasiones. Según su versión, mantuvieron relaciones sexuales de forma consentida, tras lo que se marchó del parque sobre las 22 horas, enterándose a la mañana siguiente de su muerte. Morillo Suárez dijo que notó a la chica un poco mareada, pero que lo atribuyó a que habría bebido alguna copa.