Faltan tres días para que sus Majestades los Reyes Magos de Oriente conquisten la ciudad. Precisamente, esa noche, quedarán cien amaneceres para que la portada de la Feria se llene de luz y, de esa forma, se de el pistoletazo de salida a la fiesta del farolillo, la sevillana y la alegría.
Entre comentarios sobre las previsiones meteorológicas para el día de la cabalgata y sobre los estragos alimenticios que provoca toda Navidad, ayer se colocó el primer tubo de la portada de la Feria de 2018. La segunda fiesta mayor de nuestra ciudad quiso robarle algo de protagonismo al año nuevo y los mantecados cedieron terreno a la manzanilla, con la que se brindó justo en el sitio donde ya se ha comenzado a levantar una gran estructura que servirá de pórtico a la feria más importante del mundo, que arrancará oficialmente el próximo 14 de abril.
El delegado de Seguridad, Movilidad y Fiestas Mayores en el Ayuntamiento de Sevilla, Juan Carlos Cabrera, el diseñador de la portada de este año, César Ramírez, y otras autoridades ejercieron de manos maestras para apretar los tornillos del primer tubo de una portada que, una vez finalizada, medirá 40 metros de altura y que ocupará un frontal de 50 metros. Medidas de campeonato para una portada que supondrá «un hito en la historia de nuestra ciudad», dijo Cabrera.
Un homenaje al Mercantil
Este año, el Real Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla cumple 150 años. Un siglo y medio de historia que bien merece una portada de feria. Por eso, en las bases publicadas para la convocatoria del concurso se especificaba que toda propuesta debía estar dedicada a la efeméride. De todas las presentadas, ganó la del arquitecto César Ramírez quien centró su idea en una recreación de la caseta arabesca que el Círculo Mercantil montó en la feria de 1905. Todo ello enmarcado en el arco de los Pavones del Salón de Embajadores del Alcázar y rematado en los extremos con una interpretación de la Casa Nogueira de Aníbal González de 1907. Un trabajo inmenso que pretende «corresponder» a la institución por «todo lo que le ha dado a Sevilla a lo largo de su historia», dijo Cabrera.
El diseño de la portada está también «repleto de pequeños detalles que reflejan acontecimientos históricos que ha vivido la ciudad a lo largo de su historia», como el remate de la parte superior, que recuerda al castillete del pabellón que se construyó en la Plaza Nueva con motivo de la visita de la reina Isabel II, en 1872, tal y como explicó César Ramírez.
Con la imagen del primer tubo de la portada, muchas pensaron en sacar ya su traje de flamenca. Que no entren las prisas. Aún quedan los restos de mantecados, después vendrán las torrijas y ya, más tarde, comenzaremos a oler a manzanilla.