El verano de 2017, que finaliza el viernes 22 de septiembre, ha sido más cálido de lo habitual en Sevilla, lo que no es poca cosa. Los datos de la Agencia Española de Meteorología (Aemet) refrendan la afirmación. Porque la media de las temperaturas máximas ha sido, con 36,6 grados centígrados, la más alta de la serie histórica, que comenzó a elaborarse en 1965. La temperatura media en Sevilla se situó en 27,7 grados, un dato que sólo se superó en 2009, y sólo por una décima. El dato de 2017, que se sitúa 1,5 grados por encima de la media de la serie histórica, se repitió en otros tres veranos.

En consecuencia, el delegado territorial de la Aemet, Luis Fernando López Cotin, calificó el verano que ya se despide como «muy caluroso», debido a las elevadas temperaturas medias y a «la ausencia de precipitacion casi total». Atento siempre a las posibles consecuencias del cambio climático, la evolución de la temperatura media anual desde 1951 a nivel andaluz le sirvió para calificar como «incontestable» el calentamiento global. La comunidad andaluza ha vivido su verano más cálido desde 1959. «Sobre otros efectos, estamos recopilando datos», apuntó.

En España, sólo el verano de 2003 fue más caluroso que éste que se resiste a marcharse. Un periodo que en 2017 ha destacado también por la medición de la temperatura más alta registrada en España. Fue el 13 de julio en Córdoba, cuando los termométros llegaron a los 46,9 grados centígrados, un valor nunca antes alcanzado por la red de la agencia. Además, resaltó Cotín, los valores altos se registraron muchos días seguidos hasta en tres ocasiones. O lo que es lo mismo: el verano acabó con tres olas de calor.

En otoño, más calor

Por lo que se refiere al otoño en Sevilla, las previsiones apuntan a un octubre caluroso y seco, con «ausencia o escasez de precipitaciones». En noviembre y diciembre, «aunque se mantengan las temperaturas por encima de lo normal, sí se espera que sean signifitivas las precipitaciones». Que la previsión hable de más lluvia de la normal en octubre y diciembre es especialmente significativa, puesto que son estos meses los de mayor pluviosidad en el oeste de Andalucía. «Ahí está el grueso de las precipitaciones», recalca López Cotín, de manera que esta previsión puede significar un alivio que permita paliar la situación de sequía. «Se abre una esperanza interesante», comentó. «El escenario más problable es que incluso empezando con déficit, parece que va a haber una compensación. ¿Cuánto de más va a ser? No lo sabemos, superior a lo normal», de forma que, «si no decir que vamos a paliar el problema, apunta que en la segunda mitad del otoño las precipitaciones neutralicen la sequía».