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Momento de la presentación del estudio sobre el impacto de la Universidad de Sevilla en su entorno. / El Correo
Hasta cinco veces es capaz la Universidad de Sevilla (US) de revalorizar lo que recibe. Por cada euro que la institución ingresó, generó 5,23 euros durante el año 2015, un beneficio económico que revirtió directamente en sectores como el inmobiliario o el comercio y que se sustenta, en gran parte, en los hábitos de vida y consumo de su alumnado. No en vano, de los más de 1.740 millones de impacto generados por la Hispalense en su entorno, casi mil millones fueron aportados por los estudiantes.
De estas cifras, desglosadas en el Estudio sobre el impacto de la Universidad de Sevilla en su entorno económico y social presentado este miércoles en el Rectorado e impulsado por el Consejo Social de la US, se desprende la «importancia de la universidad como dinamizador no solo de la economía, sino también de la sociedad», explicó el autor del informe y profesor titular del departamento de Administración de Empresas y Marketing, Francisco José Acedo. En total, fueron 1.744 millones los que se generaron desde la universidad, dividida en cuatro ejes: gastos asociados a la propia institución, gastos del personal (docente y de administración y servicios), gastos de los estudiantes y de otras actividades como congresos o jornadas de organización propia. Y aunque las comparaciones son odiosas y se trata de magnitudes diferentes –así lo advierten los docentes responsables del estudio–, para hacerse una idea de esta dimensión Acedo señaló que el efecto total derivado de la actividad de la universidad es equivalente a un 1,2 por ciento sobre el PIB de Andalucía y a un 5 por ciento sobre el de la provincia de Sevilla.
El mayor impacto provino de los estudiantes, con más de 987 millones de repercusión en su entorno, lo que los convierte en el pilar fundamental de este informe. Hay que tener en cuenta que la Universidad de Sevilla ocupa el primer puesto andaluz en número de alumnos de grado y doctorado y el segundo, tras la de Granada, en alumnos de máster, lo que supone contar con unos 70.000 estudiantes que viven y consumen en toda la región. Su principal gasto, según afirmó Acedo, es el alojamiento, que es el 30 por ciento del total. Pero el alumnado también gasta en viajes y vacaciones (13 por ciento), en alimentación y bebidas (11 por ciento), telefonía e internet (7 por ciento), transporte (5 por ciento), prendas de vestir (5 por ciento), bares y cafeterías (5 por ciento) y otros gastos anuales (5 por ciento).
El montante que han supuesto sus hábitos de consumo, a los que se ha llegado a través de la realización de más de 2.000 encuestas en distintos campus, equivale a la creación de 9.053 puestos de trabajo y a un efecto sobre la renta total generada de 551 millones de euros. También sus familias y amigos, que vienen de visita, se han gastado casi 40 millones de euros, que equivalen a 413 trabajos y una renta superior a 20 millones.
No se quedan atrás los trabajadores de la institución, que alcanzaron los 411 millones de impacto total sobre la producción regional, equivalentes a 3.808 puestos de trabajo y una renta total de 217 millones de euros. Mientras tanto, el funcionamiento habitual de la universidad, cuyo efecto total asciende a más de 281 millones, la sitúa en la media de las universidades españolas.
Por otro lado, la gran cantidad de jornadas y congresos que la universidad organiza atraen a asistentes de diversa índole que, además, «conocen la ciudad y gastan aquí», sobre todo, en alojamiento y manutención. La asistencia media a un evento de estas características se ha cifrado en 189 personas, que realizan un gasto medio diario de 168,8 millones de euros cada una, datos que se han obtenido «preguntando directamente a los organizadores». En este ámbito, fueron 267 puestos de trabajo equivalentes y una renta total de 6,8 millones los que se desprendieron de un efecto que alcanzó los 24 millones de euros.
Con respecto a los sectores más beneficiados por este efecto «dinamizador» de la US, el inmobiliario y el comercio se llevaron la palma, con 303 y 237 millones de impacto, respectivamente.
A tenor de las conclusiones del estudio –que se ha cocinado durante casi un año– tanto el autor del mismo como el rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Ángel Castro, y la presidenta del Consejo Social de la institución, Concepción Yoldi, coincidieron en que la existencia de la US resulta «indispensable para su entorno», máxime en un momento en el que está experimentando «un cambio de ciclo», apuntó Castro. En este sentido, el rector espera que esta tendencia positiva desprendida del estudio sirva para «cambiar el ánimo con respecto a la percepción de la universidad» en la sociedad y, por ello, la intención del Consejo Social es repetir el informe con cierta periodicidad.