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Una de las calles de la barriada de San José de Palmete, donde se aplicarían las medidas del plan integral. / José Luis Montero
El plan integral de Palmete empieza a tomar forma siete meses después de su anuncio por parte del gobierno de Juan Espadas. Los vecinos de San José de Palmete y la Doctora Este y los responsables del Distrito Cerro-Amate han acordado recientemente las líneas básicas de esta actuación coordinada con la que se quiere resucitar ambas barriadas tras años de crisis y desidia municipal. En un primer borrador se ha marcado como prioridad el aumento de la vigilancia en la zona con la «mejora progresiva de la presencia policial» a través de la figura de la «Policía de proximidad», o también llamada de barrio. El objetivo es erradicar «la venta de drogas» y «el vandalismo» que merman a diario la convivencia y obstaculizan la normalización del vecindario.
En el apartado de «seguridad, limpieza y transporte» se pone también el acento en la necesidad de hacer cumplir las ordenanzas municipales, especialmente en lo relativo a «ocupación de la vía pública» y el mal hábito de colocar mesas y sillas en pleno acerado impidiendo el paso de peatones en un gran número de calles. Para completar este paquete de medidas se insiste en «una racionalización de la limpieza», adecuando «el sistema y la frecuencia», y en una llamada a la colaboración ciudadana con «tareas de concienciación». Para acabar con la posible incomunicación a la que están condenados estos dos barrios por su situación periférica, se propone «una mayor frecuencia de paso de las líneas de autobuses de Tussam (52 y 39)» y el estudio de «una parada de Metro» en la futura ampliación de la red.
Otro de los «elementos estratégicos» que recoge el borrador del plan busca dar respuesta a la situación de «exclusión social irreversible» que sufren los desempleados mayores de larga duración y a los jóvenes que no pueden acceder al mercado laboral. Para ellos se ha planteado poner en marcha «una escuela taller y/o un centro de formación permanente» sin concretarse, de momento, las posibles especialidades que ofertaría.
En esta misma línea de lucha contra el paro, se contempla también «un plan de apoyo» a familias sin recursos, una situación que comparten muchos residentes. Por este motivo, se insta al «incremento progresivo de la inversión en medios y de los presupuestos de los Servicios Sociales comunitarios de la zona». De igual manera, se impulsaría la economía del barrio con «campañas de estímulo» para el pequeño comercio.
El plan integral, «tan necesario y demandado» por los vecinos, dispone además de acciones urbanísticas y de equipamientos públicos. En este segmento se enmarcan los proyectos de «sustitución progresiva de las redes de abastecimiento de agua y de alcantarillado», carencias que hace unos meses reclamaron la atención municipal y derivaron en el anuncio de un plan integral propio. Entre las obras se señala la construcción de «un centro vecinal multiusos», como motor de dinamización; y «una zona de aparcamientos en superficie», amén de reurbanizaciones viarias.
Pese a que la redacción del documento inicial del plan integral llega con cuatro meses de retraso –el Ayuntamiento dijo que estaría «en enero»–, los vecinos de San José de Palmete, promotores del plan, se muestran satisfechos con «la buena sintonía» de las reuniones de trabajo y la voluntad del delegado [Juan Manuel Flores]: «Es la primera persona que se interesa realmente por hacer algo». «Realismo, sentido común y compromiso», insisten, son «los ingredientes básicos» del plan.