No iba de farol. Cuando el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, avanzó este miércoles que actuaría con «emergencia» en la ampliación del puente del Centenario a tres carriles por sentido, lo decía bien en serio. Al menos a los ojos de su interlocutor, el alcalde, Juan Espadas, que este jueves arrojó algo de luz al anuncio ministerial que servirá para mitigar los atascos en el cuello de botella histórico que sufre la SE-30 prácticamente desde que nació en los albores de la Expo 92. Espadas, que no se mordió la lengua, habló claramente de plazos que dan fuerza a ese carácter de urgencia del que habló solo 24 horas antes Ábalos. Tanto es así que confía en que en un plazo máximo de dos meses esté redactado el proyecto para someterlo a licitación. De cumplirse ese margen, sería en tiempo récord para una tramitación de una obra civil de la complejidad que tiene ganarle carriles a un puente ya construido.

El proyecto estará culminado «en el próximo mes o dos meses, pero no mucho más», señaló Espadas, que se vio sorprendido por el plan innovador de Fomento para el puente y, sobre todo, la premura de los plazos, que, permitirá que «en meses se ponga en marcha la licitación y las actuaciones».

Además, Espadas apuntó que se está trabajando sobre las referencias «de algún otro puente en España con características similares». El único que se asemeja, como avanzó el jueves este periódico, es el puente de Rande, en Vigo, que se convirtió a finales de 2017 en el primer puente atirantado del mundo que se amplió su calzada de dos a tres carriles sin tener que cortar el tráfico. Esta actuación, que encomendó el Ministerio de Fomento a la alianza de empresas formada por Grupo Puentes y Dragados, se inició en 2015 y consistió en adosar terceros carriles adyacentes al exterior del puente sustentados con 80 nuevos tirantes. Para ello fue necesario realizar complejas operaciones a 120 metros de alturas sobre la ría de Vigo. Así, se trabajó de forma que no se afectara a la circulación durante los meses que duró la obra, dado el importante flujo de tráfico que soportaba, con una media de 6.300 vehículos a la hora. La obra, que supuso un coste final de 192 millones de euros, permitió descongestionar la autopista del Atlántico (AP-9), la principal arteria de comunicación de Galicia.

Todos estos detalles guardan muchas similitudes con el puente del Centenario. No solo por su tipología –con tirantes–, sino también por sus dimensiones. Así lo ven Ingenieros de Caminos consultados en Galicia, que sí detectan diferencia en el desnivel. Mientras que el puente de Rande no tiene, el del Centenario se caracteriza por «un sube y baja» necesario para ganar altura –45 metros– como exigía Marina para que pudieran navegar barcos de gran porte, como el Juan Sebastián Elcano. Otro cantar serán las particularidades técnicas que diferencien una y otra obra. Lo que está claro es que la alternativa abierta ahora por Fomento tiene más vías de éxito que la opción planteada –y desechada– hace unos años de instalar un nuevo tablero bajo el ya existente para ganar ahí más carriles.

¿SUSTITUTIVO DE LA SE-40?

El alcalde no ocultó que esta ampliación del puente permite ganar tiempo «para dar un poco de oxígeno a la finalización de la SE-40», encallada en el Aljarafe Norte –sin proyectos licitados– y, sobre todo, en los túneles bajo el Guadalquivir, que están paralizados desde hace más de un lustro con unos costes de mantenimiento de la tuneladora disparados. Pero, mientras que Espadas ve oxígeno, su rival político, Beltrán Pérez (PP), lo ve como una excusa. El portavoz popular en el Consistorio recriminó a Ábalos que «no haya hecho declaraciones sobre futuras actuaciones de la SE-40» salvo la «complejidad técnica» del tramo entre Coria del Río y Dos Hermanas, por lo que teme que detrás de la ampliación del Centenario «puede ocultarse la renuncia de los túneles».

SE DISEÑÓ CON SEIS CARRILES

El puente del Centenario se quedó pequeño desde el primer día. Lo que pocos recuerdan es que, en su concepción original, estaba pensado en tres carriles por sentido. Su jefe de obra y actual miembro del Colegio de Ingenieros de Caminos de Andalucía, Emilio Miranda, recuerda que el Ayuntamiento desechó de primera mano el proyecto, porque el PGOU le obligaba a una ronda con dos carriles por sentido. «Es una sorpresa grata que ahora quieren actuar, porque esa era mi idea inicial cuando me lo encargaron», defendió Miranda, que tuvo que rehacer el proyecto pese a sospechar que estaba abocado al atasco. Ya con la obra en marcha, insistió en los tres carriles por sentido, hasta que lo consiguió para la SE-30, no así para el puente, donde «ya se habían levantado los pilones». Para Miranda, se podía acometer, pero se corría el riesgo de no llegar a tiempo para la Expo 92 y fue el consejero delegado de la Exposición Universal, Jacinto Pellón, quien se negó.