«El secreto de la cabalgata es coraje, entrega e ilusión»

A punto de celebrar la cabalgata del Centenario, en medio de un ambiente de irrefrenable excitación, el presidente del Ateneo de Sevilla conversa con El Correo de Andalucía sobre los motivos que hacen tan especial esta convocatoria anual

04 ene 2017 / 22:14 h - Actualizado: 04 ene 2017 / 23:36 h.
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  • Alberto Máximo Pérez Calero, presidente del Ateneo de Sevilla. /El Correo
    Alberto Máximo Pérez Calero, presidente del Ateneo de Sevilla. /El Correo

—¿Cómo se vive la víspera de la cabalgata desde dentro? ¿Qué ambiente hay estos días en el Ateneo?

—Siempre se vive de una manera muy especial, pero esta vez estamos hablando de la cabalgata del Centenario, de modo que todo es más intenso. También con cierta preocupación, claro, porque queremos que salgan las cosas a pedir de boca, al gusto de los sevillanos y de todo el mundo, sin ningún sobresalto. Procuramos siempre la seguridad y la puntualidad.

—¿Tienen la sensación de hacer Historia cada año?

—Personalmente no, pienso que hay que vivir el momento, y que me ha tocado ser presidente del Ateneo ahora como podía haberle tocado a cualquier otro. Lo asumo con responsabilidad, y con la determinación de entregarme en cuerpo y alma, al igual que mi equipo. Baste decir que mis vacaciones de verano no las cojo para dedicarme a esto, que es algo que nos cuesta el dinero, pero lo hacemos con el corazón.

—Desde su fundación, la cabalgata nunca ha dejado de salir. ¿Cuál es el secreto?

—Mucho coraje, entrega e ilusión. Es una cabalgata que, en efecto, nunca faltó a sus citas a pesar de las circunstancias políticas, como la Guerra Civil, y hasta climatológicas. Recuerdo la cabalgata del año 66 -yo tendría 14 años-, con aquella niebla que impedía ver a los tractores. Ha habido muchas lluvias, también, pero la cabalgata siempre ha logrado culminar su recorrido.

—Se llama a esta cabalgata el ‘Faro de la ilusión’. ¿De donde viene esa luz?

—Viene del faro de la intelectualidad. Es una cabalgata especial, con tres motivaciones que la hacen distinta a todas las demás: una, que ya hemos mencionado, es la salida ininterrumpida desde su creación. Por otro lado, tiene un componente social importantísimo desde su creación: sus promotores, en 1918, encontraron una Sevilla de 150.000 habitantes con unos índices de hambruna y de gripe muy serios, y decidieron, con los ateneístas José María Izquierdo, que los niños sevillanos debían tener al menos un juguete o una gosolosina. Por último, es una institución privada sin ánimo de lucro, que se gasta un dineral importante para hacer la fantasía realidad.

—La repercusión de la cabalgata se manifiesta también en las distintas músicas originales que acompañan al cortejo, a diferencia de la mayoría de estos eventos, donde suenan por lo general versiones de música popular y similares...

—Me alegra que me comente eso, porque es verdad que uno de los atractivos de esta cabalgata de Sevilla son sus bandas. Vienen gratis muchas, aunque luego les demos una limosna. Este año, de hecho, la banda de Nuestro Padre Jesús de la Salud, Los Gitanos, ha compuesto una marcha especial para acompañar al rey Baltasar. Con ella, habrá al menos ocho, si la memoria no me falla, que acompañarán al cortejo.

—¿Teme que el peso de la cabalgata eclipse el resto de las actividades que el Ateneo de Sevilla despliega a lo largo del año? ¿Cómo hacer que la ciudadanía sepa que el Ateneo es mucho más que su cabalgata?

—Gracias también por esa pregunta, porque es uno de mis campos de batalla. La cabalgata es sin duda importante, damos un montón de puestos de trabajo, este año hemos repartido siete toneladas de alimento y más de 5.000 juguetes, la mayor parte de ellos comprados por el Ateneo para reforzar los que habían llegado a través de donaciones, ya que este año habían sido más escasas que en otras ocasiones. La cabalgata tiene un componente social muy fuerte, y en eso estamos. Pero a lo largo del año realizamos más de 500 actividades, sin cobrar nada. Nuestro mayor esfuerzo lo ponemos en la innovación de la gente joven, sobre todo, dirigida a las distintas artes: pintura, escultura, literatura... Les pedimos a los jóvenes que piensen en la Generación del 27 o en Blas Infante, nuestros grandes alma mater, o en los premios Ateneo de Novela y Ateneo Joven, que convocamos cada año con un notable éxito. Son la muestra de que esta es una institución viva, que trabaja todo el año bajo tres ejes: cultura, libertad y democracia.

—¿Qué le diría a los sevillanos para animarlos a sumarse a la cabalgata 2017?

—Lo mejor de todo es que no necesitamos hacer mucho esfuerzo para animarlos, la ciudadanía ya está acostumbrada y sabe que la cabalgata es de todos los sevillanos. El pueblo le da la fantasía, la magia y la ilusión, y eso es nuestra felicidad, lo que nos hace sonreír.