El Soto más comprometido canta a la Navidad

El artista sevillano llenó la Catedral en una noche «mágica», arropado por su familia, Argentina, los niños de la Fundación Alalá y la Real Agrupación Artística de Valverde del Camino

17 dic 2016 / 00:09 h - Actualizado: 19 dic 2016 / 19:42 h.
"Navidad","Navidad en Sevilla"
  • Un entregado José Manuel Soto canta a la Navidad en el Altar de Plata de la Catedral de Sevilla. / Reportaje gráfico: Jesús Barrera
    Un entregado José Manuel Soto canta a la Navidad en el Altar de Plata de la Catedral de Sevilla. / Reportaje gráfico: Jesús Barrera
  • La cantaora onubense Argentina interpretó un popurrí de villancicos clásicos por bulerías.
    La cantaora onubense Argentina interpretó un popurrí de villancicos clásicos por bulerías.
  • Chary Maldonado, presidenta de ARPA; Soto y Julio Galán, de El Correo.
    Chary Maldonado, presidenta de ARPA; Soto y Julio Galán, de El Correo.
  • El periodista Carlos Herrera y el compositor Manuel Marvizón.
    El periodista Carlos Herrera y el compositor Manuel Marvizón.
  • Los músicos que acompañan a Soto, Argentina y la Real Agrupación Artística de Valverde del Camino.
    Los músicos que acompañan a Soto, Argentina y la Real Agrupación Artística de Valverde del Camino.

José Manuel Soto empezó el concierto advirtiéndolo: «En este templo impone cantar», pero la cálida respuesta del público y su carácter hicieron que poco a poco cogiera confianza, recordara cuando cantó, con el coro de la hermandad del Rocío de Triana, en la basílica de San Pedro una misa rociera en plena Cuaresma –«cuando no haya nadie», les advirtió el maestro de ceremonias del Vaticano: «A las cinco de la mañana»–, y terminó con el público en pie coreando Los peces en el río.

Las colas que se formaron en la Puerta del Príncipe, acceso a la nave central, antes de que comenzara el concierto –y que forzaron a que empezara con cierto retraso para que pudiera entrar todo el público– daban cuenta del interés despertado por este Concierto de Navidad, el sexto organizado por El Correo de Andalucía en la Catedral de Sevilla, del que, según anunció la presentadora Carolina Casado al término del espectáculo, se vendieron todas las entradas. «Una gran noticia» ya que se trataba de un concierto benéfico a favor de Cáritas y de ARPA (Asociación para la Rehabilitación y Prevención de la Afasia). Y es que José Manuel Soto, que lleva más de 30 años sobre los escenarios, tiene mucho tirón. Y, además, como él mismo confesó, sabe rodearse de grandes artistas: «Aquí todo es maravilloso cuando yo no canto. Tendría que haber traído más gente». No en vano, sobre el escenario del Altar Plata, donde hace apenas mes y medio el Gran Poder presidió el jubileo de las hermandades del Año de la Misericordia, pasaron la cantaora onubense Argentina, que interpretó un popurrí de villancicos por bulerías que supo a poco –«¿A ver quién canta ahora?», bromeó Soto–; la Real Agrupación Artística de Valverde del Camino, una coral polifónica que cantó junto al artista sevillano los tradicionales Campanilleros, «que inspiraron a López Farfán a crear la marcha procesional homónima que se interpreta tras muchos palios en Semana Santa»; su mujer, Pilar, su cuñada, Blanca, y su hija Rocío, que le ayudaron a rescatar los villancicos compuestos para el coro de la hermandad de Triana por José María Jiménez; y dos niños que conquistaron a todos con su frescura y naturalidad: Natalia, la Cebollita, y Juanmita, del barrio de Las Tres Mil Viviendas, acompañados a la guitarra por Emilio Caracafé, de la Fundación Alalá. Al principio falló el micro, después se le olvidó la letra y no llegaba a una nota, pero su flamenco hondo les valió la ovación cerrada y en pie del público.

Pero Soto también cantó. Cantó nuevas composiciones, hechas ex profeso, como el villancico con el que arrancó la noche, una noche que quería que fuera «mágica», El sueño de ser niño en Navidad, u otra dedicada a la «sencillez de los pastores»; cantó villancicos clásicos, como el jerezano Gloria al recién nacido o el austríaco Noche de paz, además del Adeste Fideles con el que, en el programa oficial, se cerraba la noche; y cantó hasta unas sevillanas nacidas de una conversación que tuvo a solas con la Esperanza de Triana hacía ayer justo dos años. ¿Es irreverente cantar unas sevillanas en un escenario como la Catedral de Sevilla? «Nada es irreverente si se hace con cariño».

Porque aunque este concierto «no era un acto religioso», según Soto, sí mostró su faceta más comprometida: recordó a los refugiados, a los que tienen que huir por la guerra, rezó por la paz y pidió a los cristianos una respuesta de paz, para terminar con su «¡feliz Navidad!».

RECUERDOS DE FERNANDO MARMOLEJO

Los patrocinadores del concierto, la Fundación Konecta, La Estepeña, Grupo Avisa, Parking Imagen y Ballesol, agasajaron a los artistas participantes y a José Manuel Soto con sendas réplicas del aldabón de la Puerta del Perdón de la Catedral, talladas por el orfebre Fernando Marmolejo, así como con un alfiler del pectoral del tesoro tartéssico del Carambolo para Argentina. Este espectáculo, organizado por El Correo de Andalucía, cuenta también con la colaboración del Cabildo Catedral y la Fundación Alalá (Arte y Cultura por la Integración).