El tranvía conectará con Santa Justa «a lo largo de 2019»

Espadas espera definir el trazado y el coste este año y licitar la obra el próximo

02 may 2016 / 18:48 h - Actualizado: 03 may 2016 / 15:57 h.
"Movilidad","Transportes","Juan Espadas"
  • El Ayuntamiento y Tussam presentaron diez nuevos autobuses de gas natural comprimido en el Muelle de las Delicias. / José Luis Montero
    El Ayuntamiento y Tussam presentaron diez nuevos autobuses de gas natural comprimido en el Muelle de las Delicias. / José Luis Montero

La conexión del tranvía entre San Bernardo y la estación de Santa Justa será una realidad antes de que acabe el actual mandato de Juan Espadas o, en otras palabras, «a lo largo de 2019», cuando el alcalde confía en que «esté ejecutada la práctica totalidad» de un proyecto que debe estar definido en sus líneas generales –entre las que se incluye escoger la opción de trazado y evaluar los costes– antes de que concluya este año para que en 2017 se proceda a licitar las obras.

Esa es la hoja de ruta y la voluntad expuestas este lunes por Espadas en la presentación de la decena de autobuses propulsados por gas natural comprimido que se incorpora a la flota de Tussam. «Es evidente que queremos correr porque nos gustaría ver finalizado el proyecto a lo largo de este mandato», declaró el primer edil sobre la prolongación del tranvía hasta la estación ferroviaria antes de matizar que «lo importante es que las cosas se hagan bien, paso a paso»; eso sí, «con eficacia y rapidez», ratificando así que se trata de una de las prioridades de su gobierno, encaminada por otra parte a la «reducción del vehículo privado» en la ciudad.

No obstante, es preciso ir por partes y, en la actualidad, según Espadas, «estamos con los estudios previos y la definición de las distintas posibilidades de proyecto» con la idea de encontrar «el mejor modelo de financiación» y de «presentar el proyecto al resto de fuerzas políticas» para recabar su pertinente respaldo.

«2017 puede ser un buen año para adquirir los compromisos de inversión», señaló el alcalde, al que le «gustaría» que en ese año venidero se llevase a cabo la licitación del proyecto, algo «perfectamente posible si se cumplen los plazos».

Si bien la opción del trazado para unir ambos extremos debe aún ser decidida, Espadas apuesta de forma firme por la alternativa de San Francisco Javier, que implica «una mayor demanda en cuanto a la afluencia de usuarios» al «dar servicio al amplio volumen de población del barrio de Nervión y a la actividad comercial de Nervión Plaza». Esta opción, frente a la de la avenida de la Buhaira, tiene la «ventaja» de que «la mediana es perfecta para dar respuesta al tranvía» sin que haya que realizar una modificación sustancial del viario de San Francisco Javier.

Lo que sí hay que ponderar, y así lo hizo ver Espadas, es cómo resolver la curva, el giro de incorporación desde San Bernardo a San Francisco Javier, para lo cual existen en principio dos alternativas con sus respectivos costes, implicando la más elevada una inversión cercana a los 40 millones de euros. Son, en todo caso, «cifras a priori» fruto de «hipótesis de trabajo» que el tiempo dirá si se confirman, igual que los plazos de ejecución.

Más sobre movilidad

El alcalde habló de otros «retos» en su «apuesta clara y nítida por el transporte público», que deberán tener reflejo en la próxima sesión, este mismo mes de mayo, de la Mesa de la Movilidad. Espadas anunció que «en breves fechas» debe estar aprobado el Plan de Movilidad Sostenible de la Ciudad como marco general en el que tengan cabida elementos como los BTR (Buses de Tránsito Rápido) para conectar Sevilla Este y Pino Montano, «planificados a lo largo del mandato ya que implican a otras áreas como Urbanismo» y requieren «inversión».

Más inmediata debe ser la lanzadera que conecte la línea 1 de metro en Blas Infante con la Torre Sevilla y Carlos III. El alcalde indicó que «ya están terminados los distintos estudios» para definir, entre otras cosas, las paradas de la ruta, y que la intención es «poner en servicio la línea a lo largo del año», a modo de «experiencia piloto» en un principio para evaluar su rendimiento «a la vuelta del verano», cuando llegue «la prueba de fuego».