En estos días en los que los niños de Sevilla han escrito su carta a los Reyes Magos, los vecinos de Triana han hecho lo propio aunque con otro propósito y un remitente que no viene del lejano Oriente sino que desde junio de 2015 habita en el despacho de la Alcaldía de Sevilla. «Echaron a los gitanos y ahora le toca el turno al cuartel de los civiles, se llevaron nuestra historia y nos traen los guiris para que vean dónde está aquello que fue Triana. ¡Qué lejos, Don Juan Espadas, aquello que usted decía para proponer un cambio».
La asociación vecinal Triana Norte denuncia en una misiva el «triste cuento» del solar del antiguo cuartel de la Cava, localizado en el número 41 de la calle Pagés del Corro y vendido en subasta pública del Estado a un tercero a finales del pasado mes de noviembre. El escrito que se titula El alcalde ya no tiene sueños insiste en que «la pasividad municipal» ha contribuido a que «de nuevo gane el ladrillo y la ciudadanía pierda» sobre el destino final de esta «parcela histórica» de la Cava de los civiles. Los vecinos, apesadumbrados por la enajenación, lamentan que se haya cumplido lo que venían advirtiendo durante años en reiteradas juntas municipales del distrito, en el pleno municipal y hasta en el Congreso de los Diputados donde llegó esta lucha por preservar este espacio para el barrio de Triana. Y es que la tercera vez que la Delegación Especial de Economía y Hacienda en Andalucía subastó este controvertido solar –después de dos intentos fallidos en el último año–, el grupo Pomar, dedicado a instalaciones comerciales, lo consiguió por un precio de 3.111.000 millones de euros. «De nuevo los intereses privados han prevalecido sobre los intereses públicos, los que han podido evitar este final, algún día tendrán que explicar su pasividad», opinan desde la entidad vecinal que, pese a todo, sostienen que «ha sido una oportunidad perdida para dotar a Triana y a Sevilla de un espacio cultural que tanto necesitamos».
El relato epistolar se remota a las promesas electorales y al «tiempo de paseo» por las barriadas. «Usted dijo que soñaba. Se lo dijo a Triana y se lo dijo a Sevilla [...] Ahora que buscamos un sueño, el alcalde ya no sueña», encabeza el escrito que cita frases textuales sobre «la propuesta de cambio», el «proyecto de nuevo gobierno» o el modelo de mayor participación ciudadana: «Que [los ciudadanos] participen en la toma de decisiones y que co-gestionen recursos públicos».
La lucha vecinal ha sido una contante en los últimos meses, llegando incluso a implicar al gobierno local. De hecho, un pleno municipal aprobó una moción que recogía el sentir vecinal de evitar la venta de estos terrenos que llevaban un tiempo en desuso. La propuesta, detallada en reiteradas cartas a la Gerencia de Urbanismo y al propio alcalde, Juan Espadas, planteaba como posible alternativa «una permuta de terrenos con el Estado», o bien «modificaciones en plan urbanístico» para blindar su uso público. En este sentido, querían también que se rehabilitara como espacio cultural para Triana, donde exponer «las tradiciones y las vanguardias» de un barrio con «una identidad muy marcada», pero que «actualmente carece de este tipo de dotaciones culturales».
Finalmente no ha sido así. Los vecinos «lloran» su venta. «El cuartel ya está vendido, cómo negarlo si tres millones pusieron. Vuelve a ganar el ladrillo, otra vez nos puede el dinero. El asunto se da al olvido [...] más acuerdos del pleno al cajón de los recuerdos. Sevillanos, este es el triste cuento del cuartel de los civiles del que siempre fuimos dueños, nos los quitó el gobierno de España y lo han venido a un tercero. De nuevo llora Triana», concluye el escrito. Desde el Ayuntamiento, por su parte, siempre se ha aclarado que se ha hecho «todo lo posible» para evitarlo pero que la decisión de la subasta era del Estado.