El vandalismo vuelve a cebarse con el entorno de la Plaza de la Alfalfa

El incumplimiento horario de algunos bares abona el terreno para el descontrol de los jóvenes

12 oct 2016 / 21:17 h - Actualizado: 12 oct 2016 / 21:37 h.
  • Las imágenes, tomadas con un móvil el martes por la noche, muestran diversas instantáneas del desenfreno vivido. / El Correo
  • El vandalismo vuelve a cebarse con el entorno de la Plaza de la Alfalfa
  • El conflicto se centra en la calle Benito Pérez Galdós. / El Correo
    El conflicto se centra en la calle Benito Pérez Galdós. / El Correo

El pasado 12 de septiembre la Asociación Alfalfa Degradada alertaba al Ayuntamiento de Sevilla de robos en comercios y viviendas en este céntrico entorno. Ni un mes después, el pasado martes, en víspera del día de la Hispanidad, cientos de jóvenes volvieron a tomar la Alfalfa singularmente la calle Pérez Galdós provocando todo tipo de altercados hasta bien entrada la madrugada.

Los hechos fueron registrados por las cámaras de los teléfonos móviles de algunos vecinos. «El fin de semana pasado se cargaron tres señales de tráfico, y este martes el escándalo fue monumental, esto cada vez se parece más a las zonas de marcha de Magaluf (Mallorca)», dice la portavoz de Alfalfa Degradada y procuradora de los tribunales, Silvia de Carrión.

En los vídeos existentes se contempla a jóvenes utilizando las puertas de los edificios como urinarios públicos, un enorme griterío fruto de la gran acumulación de gente, bares abiertos más allá de las tres de la madrugada y hasta los restos de lo que pareció una inofensiva pero molesta y sucia batalla campal con cojines.

«La mayor parte de estos jóvenes son estudiantes de Erasmus que vienen aquí llamados por la oferta de alcohol barato, con macetas de cerveza y tinto a dos euros y chupitos por debajo de un euro», constata De Carrión. «El origen del asunto, claro, está en el incumplimiento reiterado de horarios de algunos bares que cierran a las cuatro y a las cinco de la mañana cuando su licencia les obligaría a bajar la persiana a las tres», indica.

En la zona también existe un after, un local que abriría comúnmente a primera hora del alba, pero este no es más culpable que otros. «Cuando unos cierran otros aun están abiertos, y así la movida se extiende durante toda la noche». Los conflictos se extienden desde Pérez Galdós y hasta la Cuesta del Rosario, quedando a salvo la propia Plaza de la Alfalfa, en la que abundan los bares con normal horario de hostelería. «Estos también se están viendo perjudicados, al tener que recoger por la mañana una gran cantidad de porquería», advierten desde la asociación. En otro extremo, yerra la Policía Local «cuando se presenta a las diez de la noche y molesta con las luces en la plaza; luego, cuando de verdad haría falta, no está y rara es la vez que acude cuando se la llama», reconoce De Carrión.

Desde Alfalfa Degradada dicen que los problemas han ido más con la actual corporación municipal: «Antes estaba todo más controlado, con este Gobierno tenemos contactos, pero lo que se habla en las reuniones no se traslada luego a la realidad del entorno. Reclamamos publicidad estática en la que se anuncie que esta es una zona acústicamente saturada y carteles de Lipasam que adviertan que está prohibido orinar bajo multa de 300 euros, pero tampoco tenemos nada de esto», afirman.

«Esto es un tema grave y cada vez está empeorando, lo que desemboca en una inseguridad también para los turistas que pasan por la zona de paso a la Catedral», subraya Silvia de Carrión. Es normal que se produzcan enfrentamientos entre los vecinos. Pero intentar arreglar la situación individualmente solo aumenta las posibilidades de conflicto. «Se han dado casos de cruces de insultos y en los que se han arrojado botellas y vasos a las terrazas», concluye De Carrión. Desde la asociación vecinal se confía en que el equipo municipal que dirige el alcalde, Juan Espadas, tome medidas en el asunto aludiendo a uno de los compromisos que adquirió en campaña electoral.