«Hola buenos días, llamo por el anuncio en internet sobre el alquiler de un balcón en el Centro...» Es la frase que bien pudo desencadenar la operación llevada a cabo por la Policía Local contra el alquiler clandestino de balcones y hospedajes turísticos este miércoles, en la que en un solo día se denunciaron tres casos. Los agentes se hicieron pasar por turistas interesados en alquilar estas instalaciones, lo que les permitió constatar las irregularidades y concertar una cita con los ofertantes.
En solo un día los agentes de la Policía Local detectaron tres casos, todos en el Casco Antiguo, en los que se ofertaban un balcón u hospedaje para Semana Santa, llegando a solicitar en algún caso hasta 3.000 euros. Los policías detectaron las irregularidades tras localizar los carteles colgados en los balcones y sus respectivos anuncios en internet, lo que les permitió comprobar que todos ellos carecían del correspondiente número de registro de turismo en Andalucía, obligatorio en estos casos. Así, decidieron hacerse pasar por clientes interesados y concertaron una cita con los anunciantes para llevar a cabo la correspondiente inspección.
El primer caso era un balcón en la calle Conde de Barajas por el que solicitaban 1.500 euros desde el Domingo de Ramos y durante toda la semana. El anuncio lo habían puesto dos jóvenes, que dijeron ser estudiantes, sin que ellos fueran los propietarios. Ambos dijeron que pertenecía a la tía de uno de ellos, pero al no mostrar la documentación al respecto fueron denunciados. Según informó el Ayuntamiento, los dos jóvenes explicaron que pretendían lograr algo de dinero y quedaron sorprendidos por la rapidez de reacción de los agentes, pues apenas 24 horas antes habían colocado la publicidad, que retiraron ante los propios agentes.
El segundo era un establecimiento ubicado en la calle Cuna, dedicado a coworking, que permite compartir oficina y equipamientos, con licencia para dicha actividad, pero no con los permisos necesarios para el alquiler turístico. En este caso, era un espacio mayor que el anterior por el que solicitaban 3.000 euros, incluyendo en el precio incluso la comida y bebida aunque no permitían pernoctar, y sólo estar en el lugar en presencia de ellos. Se trataba de un espacio diáfano de unos 40 metros cuadrados, con sólo un sillón, un aseo y un acceso a una cocina que parecía común a los escritorios que se encontraban al fondo, separados de la zona que pretendían alquilar sólo por unos cristales.
Por último, el tercero era un joven que manifestó ser el mediador. El apartamento que ofrecía, con una sola habitación y sin cama, de la que decía que la iban a traer, y un salón pequeño con un sofá cama, se ubica en la calle Jesús del Gran Poder. El joven explicó que era de la madre de su socio, pero ni permitió contactar con ellos ni ofreció ninguna documentación. Por ello, fue advertido de que podría incurrir en varias situaciones delictivas, entre ellas por falsedad documental o estafa. En los tres casos, además, planteaban la posibilidad de evitar el pago de los impuestos, ofreciendo la posibilidad de pagar con IVA o sin él.
El objetivo de esta actuación policial es evitar estafas y el fraude tanto a los consumidores como a la Hacienda Pública y evitar la competencia desleal para los establecimientos legales. .