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Aunque cerrada a cal y canto, un cartel anunciaba que el millonario premio se había vendido en el 17 de San Jacinto. / Inma Flores José Gómez Palas
«Si llega a abrir hoy, las colas para comprar lotería de Navidad hubieran llegado a Santa Cecilia». Nadie se explicaba este sábado en Triana cómo el día en que la administración de lotería número 40, ubicada en la calle San Jacinto, es noticia nacional por validar en su ventanilla uno de los premios más suculentos en la historia del sorteo del Euromillones, el negocio que regenta desde hace «muchos años» María Regla Peinado Elliott permanecía cerrado.
Hasta los telediarios nacionales abrieron una ventana en sus relajadas escaletas estivales, plagadas en estos días de políticos, investiduras y metales de Río, para mostrar al mundo la alegría con que los sevillanos reciben esta lluvia (ajena) de millones, aunque sus bolsillos continúen igual de precarios. Un cartelito pegado con fixo a la cristalera informaba a los clientes del cierre del establecimiento durante algunos sábados de los meses de verano, aunque la fecha del 20 de agosto aparecía manuscrita a boli, como si la hubieran añadido a última hora a la lista.
En el mercado de Triana, en el Altozano, en la calle Pureza... en el arrabal trianero no se hablaba ayer de otra cosa: del premio de 54.894.441 euros que ha logrado embolsarse el único acertante de primera categoría –es decir, cinco números y dos estrellas– del sorteo del Euromillones del pasado viernes. La suerte le sonrió con los números 5, 6, 22, 25 y 34 y las estrellas 5 y 8.
Frente a la puerta de la administración de loterías, en el 17 de San Jacinto –muy cerca del azulejo que recuerda el nacimiento en esa misma calle del filósofo, historiador y erudito Antonio María Fabié y Escudero, «último ministro de Ultramar, presidente del Consejo de Estado y del Banco de España» para más señas– no cesa el revuelo de cámaras, clientes y curiosos que buscan retratarse ante el cartel que pregona que el millonario premio del Euromillones se ha «VENDIDO AQUÍ». Las reacciones ante un micrófono son de lo más dispar. Desde el que entona eso de «si le ha tocado a una persona que lo necesita, bien tocado está», hasta el que sueña con costosos viajes a Cancún o a Acapulco y con conducir vehículos lujosos o simplemente se conforma con sacar del pozo de la miseria a sus «dos hijos que están en el paro». Aunque también hay a quien no se le borra un nombre de la cabeza: «Ea, pues once milloncitos que se lleva Montoro».
Sobre la identidad del afortunado, pocas pistas hay. Jesús, el cuponero del Altozano, asegura que por el barrio corre el rumor de que «ha sido un chaval de 25 años». «Si al que le ha tocado es de aquí, nos vamos a enterar tarde o temprano», dice.
«Esta administración de lotería ya vendió hace tres o cuatro años el gordo de Navidad, creo que fue el número 13.900», afina la memoria. «Suele venir mucha gente de fuera a comprar lotería de Navidad a esta administración. A partir de septiembre, siempre hay cola ahí». Y más que va a haber a partir de este lunes...