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José Luis Cordeiro, profesor y asesor de Energía de Singularity University, ayer en la Fundación Cajasol durante su conferencia. / Guillermo Aguilar
Nuestro cerebro no puede competir ya ni en velocidad ni en capacidad de memoria con dispositivos que nos parecen tan simples como un móvil. Somos más lentos que ellos a la hora de hacer un cálculo matemático y no podemos recordar, por ejemplo, toda la Wikipedia. En 100.000 años nuestro cerebro no tuvo una actualización, «pero vendrá». Y será pronto porque, según José Luis Cordeiro, en 20 o 30 años, como mucho, el hombre podrá curar enfermedades como el cáncer y frenar el envejecimiento. La medicina sólo será preventiva y la mente ya no será un misterio, «en 15 o 20 años se harán cerebros artificiales». Incluso citó proyectos en marcha chinos, europeos y americanos.
Cordeiro, profesor y asesor de Energía de Singularity University, ofreció ayer en la Fundación Cajasol una conferencia en la que explicó con todo lujo de detalles cómo cambiarán nuestra sociedad cuatro ramas tecnológicas: la nano, la bio, la info y la cognotecnología. Las dos primeras las consideró el hardware y las otras dos, el software del futuro.
Cordeiro, como buen futurista, transportó a los empresarios y representantes institucionales que abarrotaron el salón a un mundo en el que la inteligencia artificial alcanza a la humana (la bautizada technological singularity) y en el que impera el transhumanismo, es decir, la superación de las limitaciones humanas gracias a la ciencia-tecnología. Así, una persona ciega «podrá implantarse un ojo artificial de 100 megapíxeles, frente a los 10 del ojo humano».
Y sí, se curará el cáncer y otras enfermedades. «Y entenderemos el proceso del envejecimiento», apostilló este ingeniero venezolano formado en el MIT y en Georgetown que habló de proyectos que han logrado que ratones vivan tres veces más y de «la muerte de la muerte». Todo a partir de ciertas células y bacterias que ya se conocen que son inmortales. «En 1990 el proyecto Genoma le costó al Gobierno estadounidense un millardo de dólares y trece años», hoy cuesta conocer tu DNI genético unos 1.000 dólares «y en 2025 se logrará por diez euros y en un minuto». Así, dijo que todos sabremos de qué vamos a morir y podremos evitarlo o, por lo menos, retrasarlo. Hasta Google tiene ya una empresa para «curar la muerte» y un premio concede en EEUU un millón de dólares al mejor avance anual en este terreno.
En cuanto a los hijos, abogó por la selección e incluso por compartir genes con otras personas para evitar que nazcan niños con enfermedades o defectos. «Será ilegal tener hijos como hoy y los propios hijos pondrán demandas», ironizó.
En cuanto a biotecnología, destacó una empresa de un alumno de Singularity University de plantas de brillan y otra de un profesor de dicho centro que ya implantó en un elefante el ADN de un mamut. «Como la oveja Dolly, el primer mamut probablemente también morirá pronto, pero en diez años lo haremos bien», defendió. Además, recordó Biopolis, en Singapur, donde clonan mascotas por 50.000 euros. «Y es sólo el comienzo».
En cuanto a la infotecnología, indicó que en dos años todo el planeta tendrá internet gratis y que en 2020 un total de 20.000 millones de aparatos estarán conectados a la red. Entre ellos, los coches inteligentes de Google.
«Somos la última generación que conduce, gracias a Dios. Estos coches tienen diez ojos, conocen las calles y reconocen un bebé a muchos metros, es imposible competir con ellos. No habrá muertos por accidentes», pronosticó el venezolano que, entre chiste y chiste, incluso se permitió la licencia de recomendar «no votar a Podemos».