Entre la taberna y la izakaya

Pepe Hito (Alameda). Imperio Argentina y una geisha se miran a los ojos. Un nuevo proyecto que fusiona conceptos de allí y de aquí.

27 mar 2015 / 14:08 h - Actualizado: 27 mar 2015 / 20:15 h.
"Gastronomía"
  • Ensalada maguro., combo sushi y ramu.
    Ensalada maguro., combo sushi y ramu.
  • Soleada terraza al sol de la Alameda del bar Pepe Hito.
    Soleada terraza al sol de la Alameda del bar Pepe Hito.

Horario: De 13.00 a 01.00. Cocina de 13.00 a 16.30 y 20.00 24.30. Descanso lunes.

Sushi & Yakitori Taberna es el subtítulo de Pepe Hito, ingenioso y divertido nombre que dice mucho de la filosofía de este local que abrió sus puertas el pasado mes de febrero y que en tan poco tiempo se ha convertido en toda una referencia en el animado entorno de la calle Calatrava y la Alameda, donde abunda la oferta hostelera de todo tipo, pero donde Pepe Hito se ha hecho un hueco con una imagen atractiva y una novedosa visión, ya que no es el típico restaurante japonés, ni un bar de comida fusión, los que se fusionan en Pepe Hito son dos conceptos gastronómicos, no la comida en sí, sino, por una parte el concepto de bar de tapas español y por otro el concepto nipón de izakaya, esas tabernas que hemos visto en muchas películas, pequeñas, estrechas, donde el cocinero atiende al público que se sienta delante de su zona de trabajo, como las izakayas de Kabukicho, el barrio rojo de Tokio, cuyo ambiente inspiró los decorados de las calles de Blade Runner.

Precisamente el rojo es uno de los colores protagonista de la decoración de Pepe Hito, junto con el negro, que barnizan sillas, mesas y banquetas, ya que el local, además de su barra, tiene mesas altas, mesas y una fantástica terraza en la amplia acera, terraza que se funde con el interior en esa línea de unión que supone la acristalada pared de la fachada.

Otro punto a favor de Pepe Hito, chicas jóvenes y guapas que, con un estilo desenfadado, no olvidan ni la exigible educación ni la profesionalidad. Mientras tanto, tras la barra, el maestro oriental de sushi va a lo suyo, que es preparar maki roll y niguiri sobre la marcha.

Otra pieza importante de este puzzle japo-español, el grill Robata, usual abreviatura de Robatayaki, un método de cocción similar a la barbacoa, donde los alimentos se colocan en pequeñas brochetas que se calientan con carbón de fibra de coco, de alto poder calorífico.

La carta, por tanto está basada en el sushi y los yakitori, esas pequeñas brochetitas donde se ensartan los más variados productos, como bien dice la carta, de la huerta, de la hacienda y del mar. También hay otras tapas, como las croquetas hasekura (2,80 euros) que son de carne y verduras con salsa agridulce con un suave toque picante o un flamenquín japonés (3,20 euros) con salmón ahumado y queso. Hacen una yakisoba (4,20 euros) de carrillada de cerdo al teriyaki, que se sirve en seco, no como sopa. Magnífico el tataki maguro (5,20 euros) de un fresco y sabroso atún rojo que se acompaña de una salsa vermouth en vez de la típica y más simple de soja.

El sushi se sirve en combos por unidades, con un arroz al dente bien elaborado y, junto con el típico wasabi y jengibre encurtido, alga wakame, un acierto.

En la carta hay también ensaladas, que tienen todas algo en común, vienen perfectamente aderezadas y se componen de una serie de elementos originales que funcionan perfectamente juntos. Así por ejemplo la ensalada maguro (4,20 euros), de atún al té verde que le proporciona un fresco toque muy agradable. Rica también la ensalada tako (4,50 euros) de pulpo, mango, bacon y agridulce de tomate seco, muy sabrosa y con un aderezo muy atractivo y armonioso.

En cuanto a los yakis, ya hemos comentado que los hay muy variados, de verduras, de tres quesos e, chiidzu (3,80 euros), cada queso va acompañado de una confitura de frutas. Muy bueno el ramu (4,20 euros) de cordero, con un atractivo y fresco toque mentolado. También de carne es la wagyu (6,50 euros) solomillo de buey con cebollita caramelizada que lleva un agradable toque ahumado que le da el aceite de pimentón. Un bocado delicado es el suzuki (4,10 euros), de lubina rellena de crema de queso y una picante salsa de miso rojo que se sirve, afortunadamente, aparte. Para culminar se puede probar una golosa tarta de dulce de leche.

Acompañando se puede optar por una cerveza japonesa, hay varias, o algunos de los vinos de la carta, todos se copean y hay para todos los gustos, desde un fresco y fácil Macho Man hasta un muy clásico Carlos Serres de Rioja, si se opta por un blanco también hay para escoger.

El ambiente tiene ese toque chic bohemio del barrio.