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La portavoz de los hortelanos de Triana, Carmen Aguilar, posa en las parcelas destinadas al cultivo. / El Correo TV
¿Qué balance hace de estos tres primeros años de actividad en los huertos urbanos de la Vega?
—La verdad es que como actividad en sí es una buena experiencia. Tanto a nivel ecológico con una agricultura sostenible y educativa para los más pequeños, como una herramienta ideal para reforzar el tejido vecinal porque en la sociedad actual no está muy imbricado. Aquí, en los huertos, te encuentras con una serie de personas que, en un principio, no tendrían nada que ver y resulta que entran en conexión antiguos trabajadores de tejares, funcionarios o maestros. Se crean lazos entre los vecinos que en otras circunstancias no serían posibles. Aquí tu círculo se amplía muchísimo. En definitiva, nos ayuda y nos sentimos bien. Sobre todo, los hortelanos más mayores.
—¿Continúan los mismos adjudicatarios de las parcelas que en 2015, cuando comenzó todo?
—Desde un primer momento la zona central se destinó a entidades de la zona. Pero ciertamente hay algunas que no están cultivadas. En este sentido, una de nuestras principales reclamaciones tiene que ver con la gestión de los huertos. Proponemos que la comisión técnica o el órgano que decida, ya sea el distrito o el Ayuntamiento en su conjunto, se reúna con cierta periodicidad, y que las rotaciones de los huertos, en cuanto a los adjudicatarios, es decir, que los huertos que están abandonados que inmediatamente se les dé paso y se les adjudique a otro hortelano porque hay una lista de espera de mucho tiempo.
—¿Qué actividades de dinamización o de acercamiento de la agricultura a escolares ha acogido la zona?
—Se ha hecho alguna al principio de la primavera: han venido acompañados de monitores y familiares para ver los huertos. Estamos pendientes de tener una reunión con Participación Ciudadana para ver qué actividades se pueden hacer. El problema es que estos huertos son muy inhóspitos. No tienen sombra, con el tiempo que ahora llega de calor; y no tienen ningún lugar común donde se reúnan los visitantes y los monitores con la gente que venga a conocernos o visitarnos. Es necesario una zona más amplia común, que tenga sombra para que sea agradable venir.
—El modelo es Miraflores...
—Es un referente para cualquier huerto urbano. Es una zona privilegiada, con sus árboles y su zona común. Nos conformamos con quedarnos al principio de lo que es Miraflores.
—El entorno próximo, el parque, tiene carencias...
—No hay baños ni fuentes de agua cuando por aquí pasan muchos niños, muchos deportistas y muchas personas mayores. Algún punto de agua potable es imprescindible. También los servicios higiénicos, porque no vamos a ir detrás de un árbol a hacer las necesidades.