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Jóvenes bebiendo en las calles de La Cartuja. / El Correo
El alcalde de Sevilla, el socialista Juan Espadas, ha informado de que pondrá en marcha una mesa de diálogo para tratar el asunto del botellón con todas las partes implicadas, como son los vecinos o los jóvenes, desde la Universidad y los distritos, y que se analizarán posibles espacios para su desarrollo, que contaría con «distintas ubicaciones posibles y no un gran sitio como hicieron otras ciudades».
Tras asistir a la elección de Fernando Rodríguez Villalobos como nuevo presidente de la Diputación, Espadas ha anunciado que se reunirá «en los próximos días» con la subdelegada del Gobierno en Sevilla, Felisa Panadero, para abordar la situación de la seguridad ciudadana y la coordinación entre las Fuerzas de Seguridad del Estado y de la Policía Local.
Paralelamente, asegura que hará «lo que no se ha hecho en cuatro años» como es «sentarse con los jóvenes a hablar del botellón, sobre ubicaciones y sobre espacios, además de con los vecinos para ver cómo conciliar ese ocio juvenil con que no se vulnere el derecho al descanso».
Se trata de crear una mesa de diálogo y de trabajo con «un tema que se ha apartado de la agenda en los últimos cuatro años y sigue siendo una realidad que necesita soluciones y decisiones», insiste Espadas, más allá de «llegar al tema del control por parte de la Policía».
De este modo, analizará distintas ubicaciones posibles y añade que «hay que cumplir la ley que ahora no se cumple con la identificación de espacios». «Hay que hacerlo de modo consensuado y que no genere problemas o rechazo por parte de los colectivos», recalca, matizando que hasta el momento «se ha escuchado muy poco la voz de los jóvenes, que también tienen muchas propuestas».
Espadas considera que es un tema complejo pero que hay que abordarlo «de manera valiente», con «decisiones y medidas que concilien los intereses entre unos y otros».
«Tenemos una ciudad viva con un calendario de festejos en la calle todo el año y es necesario ponerle a todo esto mesura y sentido común. Se trata de hablar con cada uno de ellos, porque todo necesita servicios, organizando un cuadrante general de la ciudad. Hay que meterse en los charcos», sentencia.