Espadas se asegura la paz social

Ultima con todos los sindicatos municipales un acuerdo en materia laboral a desarrollar en este mandato

29 may 2016 / 20:43 h - Actualizado: 29 may 2016 / 22:51 h.
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  • El presidente del comité de empresa, Manuel Loza, en una reunión con la plantilla municipal en San Pablo en el año 2012. / El Correo
    El presidente del comité de empresa, Manuel Loza, en una reunión con la plantilla municipal en San Pablo en el año 2012. / El Correo

Un acuerdo sin precedentes que blinde la paz social en el Ayuntamiento hasta final de mandato. Es decir, hasta mayo de 2019. El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, cerrará en los próximos días un gran acuerdo con los cinco sindicatos con representación en la Mesa de Personal (CCOO, UGT, CSIF, Sppme y SPB) un acuerdo marco que permita fijar prioridades y, sobre todo, una hoja de ruta común entre el Gobierno local y los representantes de los más de 4.600 trabajadores con los que cuenta el Consistorio.

La firma de este acuerdo de concertación «sin precedentes» se marca un doble objetivo. En primer lugar, el Gobierno local pretende remodelar una estructura organizativa que, a su juicio, está algo obsoleta. Así lo ve el alcalde, Juan Espadas, que anhela que, con este acuerdo, el Ayuntamiento «salga reforzado en su capacidad de organización, con una relación de puestos de trabajo que consolide y quite precariedad en un montón de servicios básicos, que ahora se mantienen por programas», caso de los servicios sociales, el área de la mujer o el servicio de biblioteca. Pero esta especie de acuerdo de concertación busca también promover la promoción interna y, sobre todo, inyectar «ilusión» a una plantilla que estos años ha estado lastrada por los recortes, no sólo salariales –este mayo se ha procedido a la devolución de un porcentaje de la paga extra de 2012– sino por una tasa de reposición cero, impuesta desde el Gobierno de Madrid que, en la práctica, supone que personal que se jubilaba no era reemplazado por otro en su puesto. De hecho, en el último balance –presupuesto de 2016–, son 701 vacantes las no cubiertas. Menos gente y misma carga de trabajo.

Pero, más allá de motivar a la plantilla, también está el hecho de lograr la calma social en el Ayuntamiento hispalense. El acuerdo implica un programa de trabajo con un calendario y una agenda de negociación colectiva –de Relación de Puestos de Trabajo, de promoción interna, de cobertura de vacantes–. Al estar los intereses de ambos en un calendario, eso implicaría un mandato, a priori, libre de protestas y movilizaciones de la plantilla. «Un programa acordado para que no haya veleidades», dijo, de forma clara a este periódico el regidor hispalense.

De cerrarse, podría lograr un hito que sus predecesores no pudieron amarrar. Conocidos son los desencuentros que la Policía Local tuvo con el exalcalde Alfredo Sánchez Monteseirín, que también se topó con huelgas en Tussam en fechas tan señaladas como las fiestas de primavera. Tampoco se libró de las movilizaciones el popular Juan Ignacio Zoido, que vio cómo, por vez primera, los cinco sindicatos del Consistorio aunaban fuerzas para protestar por la aplicación de la ley de reforma local. Además, tuvo que lidiar con toda una huelga de basuras.

Con toda la agenda de asuntos a tratar en materia laboral dibujado, consesuado con sus prioridades y firmado en el papel, la paz social debería estar, de cumplirse punto por punto, más que garantizada. «El acuerdo marca una línea de trabajo y, por tanto, debe generar la estabilidad que quiero. Esto ya no será que el Ayuntamiento dice una cosa y luego cada uno pide lo que quiera. Todo está plasmado y, al final del mandato se podrá saber si se cumple al 70, al 80 o al 100 por ciento», señala Espadas.

Una vez firmado, la idea del gobierno es aprobarlo en el pleno municipal, para saber qué opinan al respecto los grupos municipales. En ese sentido, el alcalde no ocultó su malestar con posturas, en materia laboral, de algunos partidos de la oposición, que «van planteando en el pleno y las reuniones unas cuestiones que van al margen de lo que realmente reclaman las secciones sindicales del Ayuntamiento».