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Juan Espadas celebra los resultados de la municipales en Sevilla junto a Susana Díaz. / José Luis Montero
“Hoy podía ser un gran día y hoy ha sido un gran día para los socialistas de Sevilla porque los ciudadanos han hablago alto y claro y ha dicho que quieren otro alcalde y otra forma de gobernar la ciudad”. Así comenzó el candidato socialista a la Alcaldía de Sevilla, Juan Espadas su discurso junto a la presidenta en funciones de la Junta de Andalucía y secretaria general de los socialistas andaluces, Susana Díaz, y ante un centenar de simpatizantes que lo esperaban desde media tarde en la sede del PSOE andaluz donde se ubicó su cuartel general para la noche electoral.
Unas palabras que comenzaban pasada la medianoche y que arrancaron tras una intensa y larga espera que se iniciaba cuando no eran las ocho de la tarde con la llegada de Espadas a la sede de San Vicente. Y es que la noche electoral tuvo un final de infarto y los socialistas pasaron del entusiasmo y la ilusión a la esperanza de que el escrutinio no arrojara peores datos en cuestión de horas (y de muchos F5).
Los primeros sondeos recibieron al candidato, muy sonriente, a su llegada, que daban entre 12-14 concejales para los socialistas, lo que arrancó los aplausos de los presentes. Conforme se fueron conociendo los primeros datos del escrutinio (con el 56 por ciento seguían siendo favorables) el ambiente se relajó aún más y hubo hasta quien tuvo tiempo para seguir el partido del ascenso bético que, junto a los datos electorales, fue lo más comentado ayer.
Sin embargo, la situación dio un vuelco pasadas las 22.20 horas y con algo más del 90 por ciento escrutado, el PP tomaba la ventaja y se situaba con 12 concejales dejando al PSOE revalidando los mismos concejales que en 2011 (11), aunque el número de votos es sensiblemente superior que hace cuatro años.
Fue entonces cuando las caras empezaron a tornarse más serias y comenzó el desfile de interventores y apoderados del partido que habían pasado la jornada en las 908 mesas en las que ayer eligieron alcalde los sevillanos. Los comentarios se centraban en que no solo no se perdía si no que se ganaba en votos «con dos nuevas fuerzas emergentes que se llevan muchos apoyos. Algo que no pueden decir otros».
La eterna espera en la que se convirtió el que fue cuartel general de Espadas donde lo acompañaba la plana mayor del socialismo sevillano y andaluz, acabó rozando la madrugada con un intenso aplauso. Las caras sonrientes de Díaz y Espadas contagiaron las del resto en cuestión de segundos y disiparon las dudas que alguno albergaba sobre por dónde iría el discurso del candidato socialista a la Alcaldía de Sevilla.
Tras más de un minuto de aplausos y entre gritos de “alcalde, alcalde, alcalde”, el socialista continuaba su discurso, que no se prolongó más de cinco minutos, para insistir en el mensaje de que las urnas «piden un cambio». Ese mensaje basado en las votaciones, que al 94,95 por ciento escrutado daba 11 concejales para la lista de Espadas, «lo vamos a traducir en la responsabilidad de consensuar con el resto de fuerzas políticas para poder hacer posible este cambio que el PSOE va a representar en la ciudad», aseguró. Por ello, y consciente del panorama que se abre en los próximos días de pactos y acuerdos -pues el socialista ya definió su intención de gobernar en minoría aunque con acuerdos puntuales para lograr apoyos-, hizo un llamamiento a todos ellos «desde el compromiso de ser la alternativa real de gobierno».
Espadas quiso agradecer a todos los sevillanos que depositaron «su confianza y su ilusión por cambiar las cosas” en la ciudad y que “nos van a tener ahí porque vamos a gobernar Sevilla para todos ellos».
«Los ciudadanos quieren un alcalde y un gobierno para las personas, social, que se preocupe de los problemas reales, de los parados, de las mujeres, los jóvenes, el empleo...», prosiguió e insistió en dar las gracias «a todos los que nos han ayudado a que seamos la fuerza que va a decidir el futuro de la ciudad».
El socialista tuvo unas últimas palabras para su familia. «Esa de la que no hablo nunca porque me gusta separar mi intimidad». «Pero hoy sí porque sé que tengo la responsabilidad de crear un nuevo gobierno y porque los próximos cuatro años van a ser duros pero van a cambiar la historia de la ciudad, la ilusión de esta ciudad», dijo. «Vamos a por Sevilla, vamos a por todas», concluyó y de nuevo sonó una cerrada ovación en la sede de San Vicente.
La presidenta andaluza precedió en el discurso a Espadas para agradecer al millón trescientos mil andaluces que «nos han apoyado» y recordó que son las terceras elecciones que ganan los socialistas de Andalucía con ella como secretaria general.
Tras los discursos llegaron las felicitaciones, los abrazos, los besos y las fotos. Ahora solo resta esperar al día después.