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España se compromete a no dragar el Guadalquivir

El Gobierno y la Junta no autorizarán el proyecto para mantener en buen estado el parque de Doñana

02 dic 2016 / 23:23 h - Actualizado: 04 dic 2016 / 00:33 h.
"Río Guadalquivir","Dragado del Guadalquivir"
  • Un crucero se dispone a cruzar por la esclusa. / Manuel Gómez
    Un crucero se dispone a cruzar por la esclusa. / Manuel Gómez

El Gobierno y la Junta de Andalucía han señalado en un informe remitido a la Unesco que no se autorizará el proyecto de dragado de profundización del río Guadalquivir para mantener el buen estado del Parque Nacional de Doñana y su entorno, según ha informado WWF, que exige «pruebas» de la «cancelación definitiva de este proyecto».

Este 1 de diciembre expiraba el plazo para que España enviase un informe a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en el que debía responder a una serie de recomendaciones emitidas por el organismo en 2015 para garantizar el buen estado de este enclave Patrimonio Mundial de la Humanidad.

«A la vista de las conclusiones de la Comisión Científica, los fundamentos de la Sentencia del Tribunal Supremo, el posicionamiento del Comité de Patrimonio Mundial, la valoración del órgano de participación y el de gestión de Doñana, el proyecto no se autorizará», han precisado. En un comunicado, la organización ecologista «celebra» la decisión y la considera un «importante paso» pero insta al Gobierno y a la Junta que este compromiso se traduzca en un acto administrativo y legal que ponga fin de forma definitiva al dragado, tal y como pedía la Unesco.

La ONG informará a este organismo de que este compromiso «solo será creíble» cuando la obra no se incluya en los Presupuestos Generales del Estado, se retire el proyecto del Plan Hidrológico del Guadalquivir y el Puerto de Sevilla renuncie al dragado sin hacer un «nuevo proyecto» con otra Declaración de Impacto Ambiental.

La organización ecologista desea que el compromiso sea «definitivo» y no una maniobra para evitar el «bochorno internacional» que supondría la degradación de Doñana al listado de Patrimonio Mundial «en peligro», y ganar tiempo para que el Puerto presente el proyecto de otro modo.