Este muerto está muy vivo

Por tercera vez en la historia, una chirigota sevillana se cuela en la final del concurso de Cádiz. El Bizcocho, un rinconero bético y baratillero, es el autor de este velatorio humorístico de ‘Manué’

24 feb 2017 / 06:45 h - Actualizado: 24 feb 2017 / 08:42 h.
"Carnaval de Cádiz","¡Esto es carnaval!"
  • Los miembros del grupo posan en la nave de San José de la Rinconada donde ensayan sus repertorios. / El Correo
    Los miembros del grupo posan en la nave de San José de la Rinconada donde ensayan sus repertorios. / El Correo
  • ‘Esto es pá verlo’ (2006) fue la primera agrupación sevillana en una final.
    ‘Esto es pá verlo’ (2006) fue la primera agrupación sevillana en una final.
  • ‘Los niños cantores de viena o de Manolete’, terceros en 2011.
    ‘Los niños cantores de viena o de Manolete’, terceros en 2011.
  • ‘Manué’ el finado, dejó escrito en su testamento que quería enterrarse en febrero.
    ‘Manué’ el finado, dejó escrito en su testamento que quería enterrarse en febrero.
  • ‘Esto es pá verlo’ (2006), primera agrupación sevillana en una final.
    ‘Esto es pá verlo’ (2006), primera agrupación sevillana en una final.
  • Este muerto está muy vivo
  • Este muerto está muy vivo
  • Este muerto está muy vivo

En Cádiz ya se habla de ella como la revelación del concurso. La chirigota del Bizcocho No te vayas todavía, de San José de la Rinconada, ha conseguido hacer historia al meterse, por méritos propios, en la final del concurso oficial de agrupaciones del carnaval gaditano, que se celebra este viernes a partir de las 21.00 horas en el Gran Teatro Falla. La agrupación rinconera se las tendrá que ver en la final con tres pesos pesados del Carnaval de Cádiz en esta modalidad: las chirigotas del Selu, que este año con Mi suegra como ya dije defiende su primer premio del año pasado con Si me pongo pesao me lo dices; los extraterrestres de Vera Luque (Los del planeta rojo, pero rojo, rojo); y los vikingos de Manolo Santander (Los de Cádiz norte).

La proeza lograda por esta chirigota sevillana sólo tiene dos precedentes en la historia del concurso. La última vez que una final del COAC contó con presencia sevillana fue en 2011, cuando la conocida como chirigota de Sevilla, con letra de Juan Carlos Vergara León y José Antonio Alvarado Ramírez y música de David Márquez Mateo, se coló en la última ronda del concurso con Los niños cantores de viena o de Manolete logrando un meritorio tercer puesto. Cinco años antes, en 2006, esta misma agrupación había logrado hacer historia al alcanzar la final con Esto es pá verlo, un tipo de miopes cegatones con el que se auparon al tercer puesto del concurso.

Los expertos carnavaleros y los jurados parelelos dan serias opciones a la chirigota del Bizcocho no sólo para hacer un buen papel en la final de este viernes sino para pelear por el primer premio. Y es que desde que el pasado 26 de enero, en la sesión de preliminares, se abriera el telón del Falla y aparecieran en escena los componentes de este velatorio de risa con un fiambre de cuerpo presente, el ya inmortal Manué, la chirigota parece haber caído de pie en el templo de las coplas.

El culpable de que esta noche se viva un nuevo funeral en el Falla es Antonio Álvarez Cordero, el Bizcocho, un sevillano de 32 años, vecino de La Rinconada, y encargado de una empresa familiar de transportes, en cuya sede, una nave ubicada en el barrio de San José de la Rinconada, ensayan estos chirigoteros, a los que se unió en diciembre, «como fichaje de invierno», la única fémina del grupo, Alba González, que toca el bombo y a la que sus propios compañeros sorprendieron en el pase de cuartos dedicándole un entrañable pasodoble.

La afición del Bizcocho por el carnaval gaditano no es flor de un día. Antes de que en 2009 debutara en el Falla como autor de su propia chirigota con Un mal día lo tiene cualquiera, este rinconero ya había pisado las tablas del teatro de los ladrillos coloraos cantando como un componente más en una chirigota y en una comparsa. De todas sus comparecencias en el concurso del Falla, hasta en tres ocasiones anteriores consiguió el pase a los cuartos de final con Ojú qué cabeza tengo (2010), Este año nos lo tomamos con karma (2012) y La quinta del buitre (2014). Pero ha sido este año, con este tipo tan atractivo como arriesgado, cuando ha superado todos los cortes hasta colarse en la gran final.

Bético hasta la médula –«soy un socio 5.000 y pico del Betis»– y de corazón baratillero –hermandad en la que durante muchos años ha vestido la túnica y ahora anda «intentando meter cabeza en el palio de la Caridad»–, este chirigotero sevillano asegura estar «superado» por las numerosas felicitaciones y muestras de cariño que está recibiendo su grupo a través de las redes sociales. «No me había pasado algo así en mi vida». Y eso que en diciembre no las tenía todas consigo. «La cosa iba regular. No teníamos bombo y yo mismo me encargaba de tocarlo, con lo cual se me hacía muy difícil coordinar a todo el grupo. Todo se solucionó con el fichaje de Alba».

Además, buena parte de los 16 componentes de No te vayas todavía («15 y el muerto») nunca antes habían pisado las tablas del Falla. «El 40 por ciento del grupo es virgen. Se trata de un grupo nuevo que decidí hacer con una mezcla de mis amigos de siempre, antiguos componentes y conocidos que no son chirigoteros. No esperábamos en absoluto este éxito. La idea era ir a Cádiz y pasarlo bien y disfrutar sobre todo del carnaval de la calle. Todos los años cogemos un piso en Cádiz y pasamos allí toda la semana del carnaval de vacaciones. Pero el extraordinario recibimiento de la chirigota nos ha desbordado y, en cierta medida, nos hemos visto obligados a concursar». Tanto es así que mientras nos atiende, el Bizcocho está sentado delante del ordenador escribiendo un pasodoble para la esperada final. «Tenemos montada una que no veas. Habrá sorpresas», dice sobre el repertorio que defenderá este viernes en la finalísima.

¿Pero cómo se le ocurrió al autor de No te vayas todavía un tipo tan original como arriesgado? «Cuando el año pasado nos quedamos fuera de cuartos con la chirigota Con más ‘age’ no lo hay, me propuse hacer algo que no pasara desapercibido y que a la vez fuera algo sencillo. Surgió esta idea y la verdad es que la chirigota ha caído de pie. Sabía que era un tipo arriesgado, delicado, pero yo mismo me dije: esto es el último o el primero». Y de momento, ya pueden presumir de estar entre las cuatro mejores chirigotas del concurso de 2017. «Creo que soy objetivo cuando digo que tenemos posibilidades de pelear por todo y eso que sabemos que jugamos como visitantes», subraya el autor de la letra de una chirigota a la que pone música Manolito Santander, el hijo del gran chirigotero gaditano que este año ha vuelto a colar a su grupo (Los de Cádiz norte) en la gran final.

En los tres pases anteriores (preliminares, cuartos y semifinales) estos chirigoteros de San José de la Rinconada se han vestido en la Peña Fletilla, situada en la plaza del Mentidero, «donde también se cambia el grupo de Vera Luque, por lo que ahora, al coincidir en la final, tendremos que buscarnos otro local».

El Bizcocho se considera un admirador de los grandes gurús gaditanos de esta modalidad, caso de José Luis García Cossío (Selu), Juan Carlos Aragón y José Guerreo Roldán (Yuyu), a quien dedicó un bellísimo pasodoble en las semifinales del concurso solicitando su vuelta al Falla.

En la introducción a los cuplés de esta chirigota suenan unos breves acordes de la marcha Amarguras. Este viernes todo el mundo estará pendiente del último funeral de Manué, el finado carnavalero al que ya conoce más gente que el negro del whatsapp y que Cádiz ha hecho inmortal.