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El padre Quevedo. / Javier Cuesta
El sacerdote jesuita José González de Quevedo, reconocido rociero y autor de numerosas composiciones de sevillanas, ha fallecido este viernes en Málaga cuando estaba próximo a cumplir los 90 años.
El padre Quevedo, a quien era fácil verle realizar el camino andando con la hermandad de Sanlúcar de Barrameda, era un gran devoto de la Virgen del Rocío y un extraordinario difusor de la devoción a la Patrona de Almonte a través de sus escritor, de sus poemas y de sus predicaciones.
La Hermandad Matriz de Almonte reconoció su larga trayectoria de amor por la Virgen otorgándole el título de hermano de honor hace dos años, estando la Virgen en Almonte. Su presidente, Juan Ignacio Reales, ha mostrado a este periódico su hondo pesar por el fallecimiento de este querido sacerdote, que predicó este pasado mes de agosto en el santuario uno de los días del triduo del Rocío Chico. Reales ha avanzado que la Hermandad Matriz celebrará en los próximos días una misa por su alma en el santuario una vez que se pongan de acuerdo con la familia, convocatoria que hará extensiva a todas las hermandades filiales.
José González de Quevedo, además de haber publicado innumerables artículos y libros sobre el mundo rociero, fue un prolífico autor de sevillanas, muchas de ellas grabadas por la gran mayoría de grupos y solistas, destacando entre ellas «Tengo en mi casa un tambor» o «Tiempo detente» (Romeros de la Puebla), o la más reciente colaboración literaria en la última obra de Ecos del Rocío, «Dios te Salve, Señora».
Aunque ejercía su labor pastoral en Sevilla, el padre Quevedo marchó a la residencia que los jesuitas tienen en Málaga a pasar sus últimas días de vida. DEP