Feriantes para llenar dos ferias

La lista para optar a una caseta supera las mil peticiones. Espadas, como Zoido y Monteseirín, intenta ganar 200 módulos más, que saldaría la deuda de los que llevan dos décadas de espera

Iñaki Alonso @alonsopons /
21 may 2018 / 19:06 h - Actualizado: 22 may 2018 / 08:30 h.
"Feria de Abril","Local","Feria de Abril 2019","Juan Espadas"
  • Varios coches de caballos circulan por un recinto ferial que, de aceptar sin filtros todas las solicitudes de casetas presentadas, se tendría que multiplicar por dos. / Manuel Gómez
    Varios coches de caballos circulan por un recinto ferial que, de aceptar sin filtros todas las solicitudes de casetas presentadas, se tendría que multiplicar por dos. / Manuel Gómez

Manuel Cobos ha estado 27 años aguardando aquella Feria en la que pudiera afirmar, a boca llena, que tenía caseta. Los escopeteros –así se llama la nueva caseta– se estrenó este año, pero no deja de ser una raya en el agua en una larga lista de espera de sevillanos que aguardan a que se cumpla la ampliación del número de casetas que, desde hace más de 14 años, tratan de acometer sin éxito los diferentes gobiernos municipales. La última actualización de la lista de espera para optar a una caseta arroja a las claras las dimensiones de esta deuda histórica: 1.040 solicitantes –438 entidades, 555 familias y 47 que optan a recuperar la titularidad perdida–, lo que supondría, en el caso utópico de aceptarlas todas de golpe sin excepción, la posibilidad de llenar dos recintos feriales. Y es que el actual está compuesto por 1.051 casetas.

La última tentativa, después de frustrarse el proyecto de miniampliación de 20 casetas en el corredor destinado al parking de autoridades, es tan difícil como ambiciosa: ampliar el recinto ferial en unas 200 casetas. Esta hipótesis –está en una fase tan embrionaria por su complejidad– permitiría saldar la deuda con las 194 entidades y familias que llevan más de dos décadas pidiendo tener un hueco en la ciudad efímera, repartidas entre 111 entidades, 82 familiares y una más de titularidad perdida. Las más pacientes son siete, que acumulan 26 años: cuatro entidades (El Barranco, Peña Punto y Coma, Los Macarenos; y Todo muy Fresquito) más tres familiares (A ver si nos reunimos, El Murciélago y La Cosa está Achuchá). Todas llevan desde 1993 sin faltar un solo año a ese ritual de inscribirse en la lista. A pesar de las buenas intenciones –que las hay y se pusieron sobre la mesa durante la semana de farolillos– tiene difícil combinación. Ni siquiera dentro del gobierno municipal existe unanimidad al respecto porque, aun entendiendo que habría que dar una respuesta a los que llevan lustros aguardando, también consideran que el actual formato de Feria, con este tamaño, está proporcionado y sería un error sobredimensionarla para contentar a los muchos solicitantes.

Más allá de esas reticencias, ese crecimiento del Real cuenta con muchísimos más obstáculos, más si cabe cuando se trata de un gobierno en minoría que debe debería contentar a los grupos de la oposición. IU y Participa, por ejemplo, ya han expresado por activa y por pasiva que toda ampliación en el número de casetas no pasaría por adelgazar la lista de espera de las solicitantes privados, sino con más casetas públicas, con acceso libre para todos los visitantes. El PP y Ciudadanos –que es, curiosamente, uno de los que engrosan la lista de demandantes de caseta desde hace tres años– verían con buenos ojos una ampliación si no llegar a ser por su elevado coste. El Ayuntamiento calcula que el ganar 200 casetas más podría costarle a las arcas municipales entre ocho y diez millones de euros, cantidad que, por ejemplo, ha sorprendido –por lo costoso– a la formación naranja. Ese dineral supone otro argumento de peso para el gobierno socialista, que entiende que no invertirá a no ser que haya un alto grado de consenso de los grupos políticos.

Sí parece claro que no llegaría, por mucho que se busque pisar el acelerador, a la Feria de 2019. El presupuesto vigente no contempla inversión alguna para ganar espacio al Real y, de plasmarlo en los del próximo año, no habría margen para ejecutarlo a tiempo –cabe recordar que las últimas cuentas se aprobaron de manera definitiva a mediados de abril–. Por tanto, será un asunto sobre la mesa del nuevo gobierno local resultante de las elecciones municipales, previstas para mayo de 2019.

La ampliación no es un tema nuevo. Fue en enero de 2004 cuando el que fuera delegado de Fiestas Mayores, Gonzalo Crespo, lanzó por primera vez la posibilidad de trasladar el recinto ferial al Charco de la Pava para ganar 300 casetas. Alfredo Sánchez Monteseirín no pudo llevar a cabo esa mudanza, en buena parte por su elevado coste. Tampoco pudo ganar ese espacio al Real su sucesor en el cargo, Juan Ignacio Zoido, que buscó la ampliación low cost ganándole terreno por la calle del Infierno: 200 casetas más que quedaron solo en buenas intenciones en el papel. El testigo lo ha cogido ahora Juan Espadas, que es el único que se ha atrevido a tocar algo el formato tradicional de la Feria, como la ampliación en día o que en 2019 se vaya a celebrar íntegramente en mayo.

La Feria de 2019 será en mayo por seguridad

El debate de ganar espacio al Real ha quedado eclipsado este mandato por el nuevo formato –de sábado a sábado– y, en las últimas semanas, por saber qué fechas se escogían para la Feria habidas cuentas de que la Semana Santa era muy tardía. Los motivos de seguridad –harían falta dos semanas para tener todo el dispositivo preparado– han llevado a que la Feria se celebre íntegramente en mayo, del 4 al 11.

«Es necesario dejar pasar dos semanas» entre las grandes fiestas de la ciudad, según el alcalde, que va a modificar la ordenanza. De ser así, prácticamente la mitad de las ferias (42 por ciento) que se celebren hasta 2050 tendrán lugar en el mes de mayo.