Guadalupe Plata: «Sobre el escenario nos debemos a la improvisación»

El Trío Calavera del blues español y con origen ubetense volverá a Sevilla para cerrar el tercer ciclo del Pop CAAC que se celebra en el Monasterio de la Cartuja

09 ago 2017 / 16:58 h - Actualizado: 09 ago 2017 / 20:43 h.
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  • La portada de su último disco, Guadalupe Plata 2017, con la mirada al fondo del típico perro pekinés. / El Correo
    La portada de su último disco, Guadalupe Plata 2017, con la mirada al fondo del típico perro pekinés. / El Correo

También conocidos como el Trío Calavera del blues español, por ser una de las bandas en las que han tocado antes de que en 2008 formaran la actual, cuando Guadalupe Plata se sube al escenario toca «desde el corazón», asegura Paco Martos. Y así lo harán en Sevilla, a través de un estilo auténtico con el que están triunfando –que siempre se escapará de la música comercial– y que mezcla el blues menos convencional en castellano, «de raíces», y más castizo como fue el de las primeras voces que interpretaron este género en los Estados Unidos. Practican un estilo que «inevitablemente» se ve influenciado por «el flamenco, la psicodelia, el rock and roll o el punk» pero sin abandonar la esencia andaluza que siempre llevan consigo. Para ellos, el blues no es solo blues; como el flamenco, «es música que habla desde la tierra y el corazón».

El trío ubetense, que está formado por Pedro de Dios (voz y guitarra), Paco Martos (barreño y bajo) y Carlos Jimena (batería) cierra mañana, junto a Little Cobras, el tercer ciclo –que lo está llevando a cabo La Suite– del Pop CAAC, un evento que se celebra en el Monasterio de la Cartuja hasta el 9 de septiembre.

En abril de este año sacaron su quinto disco, que además grabaron en Sevilla y que, como de costumbre, se llama Guadalupe Plata 2017, sin nombres ajenos ni calificativos, quizá porque no les hace falta. Con la portada, en la que aparece la penetrante mirada «del típico pekinés» que llevan «las viejas de toda la vida por la calle», es suficiente para captar la esencia de su último LP.

Con canciones como Qué he sacado con quererte, Perro de vieja o Nido de avispas, los jienenses son capaces de trasladar hasta otros mundos al público gracias a la voz de Pedro de Dios, que interpela a todos los sentidos y a Paco Luis Martos y Carlos Jimena, que hacen sonar los instrumentos hasta la ultratumba y consiguen tonos tan oscuros como entrañables, incorporando en sus temas el blues, el jazz o el rock. Sin embargo, respecto al concierto de mañana, no tienen «una lista con las canciones que van a tocar» porque sobre el escenario se deben «a la improvisación», ya que los temas tienen que «surgir en ese mismo momento» dado que resultaría «muy aburrido» hacerlo de otra manera. De este modo, podrán tocar canciones de su último LP así como algunos de sus éxitos anteriores como Lorena, Tormenta o Esclavo.

Para Paco Martos, «la música es un arte» que procede de «la inspiración y el trabajo», porque «estas cosas hay que hacerlas naturalmente, sin tanta premeditación y alevosía». En este sentido, el público «lo capta» y se establece un feedback continúo en el que se «acaban tocando los temas que quieren oír y los que van siendo más adecuados».

Por otro lado, Guadalupe Plata siempre ha apostado por la música más leal y por ello no utilizan «grandes aparatos para hacer música». Pedro toca la guitarra eléctrica, Carlos la batería y «cosas chatarreras» y Paco toca un barreño, que es como un bajo tradicional o «una guitarra de madera que suena muy chatarrosa también» para reivindicar la música y los instrumentos tradicionales que utilizaron «la gente que tocaban blues en sus orígenes», afirma Paco Martos.

Desde luego, escuchar a Guadalupe Plata pone los pelos de punta, pero asistir a alguno de sus conciertos y ver como la compenetración les hace «llegar hasta el trance» es algo digno de vivir al menos una vez en la vida. En todo caso, el amor que sienten por lo que hacen y su distanciamiento de esa fatídica tendencia comercial a la que se agarran muchos grupos –que incluso llega hasta tal punto que ni ellos tienen planificado sus próximos conciertos porque «se convertiría en un negocio»–, es lo que más caracteriza al trío jienense que ya ha tocado en ciudades como Nueva York o Londres y en casi toda España, donde siempre son recibidos «con las salas llenas», agradecen.