Como todos los fenómenos preocupantemente emergentes, la burbuja inmobiliaria pirata de los alquileres ilegales –algo que no sucede solamente en Sevilla ni en Semana Santa, sino en toda Europa con el mismo furor– requiere un estudio. Ese es el plan del gobierno local y de los hoteleros de la ciudad, que se han propuesto presentar batalla a los alquileres sin regulación –balcones, apartamentos, locales comerciales y hasta patios parcelados y reconvertidos en viviendas efímeras–, tras empezar a preocuparse por el asunto en febrero y conocer, ayer, un informe con datos de la Policía Local que habla de 22 viviendas denunciadas esta primavera, seis inspecciones ya con los inquilinos dentro, cuatro locales comerciales reconvertidos y dos balcones en alquiler por Semana Santa. A esto se suman otras 13 inspecciones pendientes tras denuncias de los hoteleros, entre otras.
Los responsables municipales de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo –Antonio Muñoz– y de Seguridad, Movilidad y Fiestas Mayores –Juan Carlos Cabrera– se citaron ayer con el responsable de la Asociación de Hoteles de Sevilla, Manuel Cornax, para anunciar a la prensa el inicio de un estudio que va a pagar Turismo de Sevilla para conocer «la dimensión» del asunto, pero anunciando al mismo tiempo su disposición a poner «barreras de entrada», en palabras de Muñoz, a este modelo de negocio que no es digno de una ciudad que turísticamente pretende estar «en primera división», aparte de lo que tiene de fraude, de peligro para los usuarios –que no tienen dónde reclamar– y de competencia desleal. Entre esas barreras, la única que adelantaron ayer los munícipes fue volver a intentar –ya lo han hecho este año y se lo echó para atrás la oposición– elevar sustancialmente, de 23 a 240 euros, la fiscalidad de las viviendas que pasen de uso residencial a turístico. También se van a intentar «limitaciones de carácter urbanístico», como establecer zonas saturadas de viviendas de uso turístico. Cualquier cosa con tal de reducir la cifra de alrededor de 17.000 camas no reguladas en Sevilla. Ya lo dijo Cabrera ayer: «Si no erradicar, al menos limitar esta práctica».
El representante del sector hotelero calificó de «muy importante hacer un estudio serio y por gente cualificada para conocer la amplitud». «Alquileres siempre ha habido», dijo, «pero con la dimensión que se está viendo en los últimos tiempos en toda Europa, la verdad es que es un fenómeno totalmente nuevo».
El informe policial habla de actuaciones centradas en las zonas calientes del turismo –el centro, Triana–, donde se ve la importancia de internet en la gestión de estos alquileres y se detectan locales que, «además de incumplir la norma, no ofrecen garantías para el consumidor, no se expide factura, y se presume que sea sustento de una economía sumergida a espaldas de la tributación». «Algunos locales se comprueba, tras la inspección de la Policía Local, que son verdaderos cuartuchos», donde «se vulneran las más elementales normas de autoprotección exigidas a este tipo de locales».
El informe policial localiza las pesquisas en las dos zonas claves del turismo local, el centro (Carlos Cañal, La Campana, Cuna, Sierpes, Arguijo, Jesús del Gran Poder, calles con cofradías) y Triana y alrededores (más pensando en la Feria: Rodrigo de Triana, Justino Matute, Presidente Adolfo Suárez...). «Es la primera vez que el Ayuntamiento de Sevilla despliega un operativo de estas características», dice el texto. «No consta que ningún Ayuntamiento de Andalucía, hasta la fecha, haya desarrollado procedimiento alguno de similares características», se recuerda. «Sería de gran interés» formar a los responsables de controlar todo esto y «establecer protocolos de actuación específicos».