Menú

Guerra naranja sin cuartel

Los críticos de Ciudadanos en Sevilla denuncian caza de brujas y grave merma de democracia interna. El cese de los dos asesores en Diputación ha levantado ampollas

28 jun 2017 / 23:24 h - Actualizado: 29 jun 2017 / 12:06 h.
"Partidos Políticos","Ciudadanos","Juan Marín","Javier Millán","Virginia M. Salmerón"
  • Virginia Millán Salmerón y Javier Millán, caras visibles del partido en Sevilla, junto a Fidel Prieto. / El Correo
    Virginia Millán Salmerón y Javier Millán, caras visibles del partido en Sevilla, junto a Fidel Prieto. / El Correo

Al PSOE lleva pasándole décadas, en los momentos actuales, además, como ejemplo más flagrante de crisis orgánica. El PP no puede decir que se libre, preñado de batallas internas, con el caso extremo de Sevilla aún fresco. Podemos, en tres años de vida, demuestra estar en un bucle infinito de luchas de poder. Con lo anterior en descarga, Ciudadanos no iba a ser menos. El partido naranja vive en su seno días complicados a nivel nacional, donde su estrategia, siendo ya personalista en origen, muta para rozar los límites del autoritarismo, parafraseando a una corriente crítica que por primera vez emerge para afear con virulencia los procesos de la formación de Rivera. Resalta, como clave, que a la mitad del mandato de los gobiernos locales ya hayan abandonado el partido en todo el territorio nacional unos 230 concejales, en su mayoría pasando a ser no adscritos en sus localidades, o que en Cataluña, alma máter de la formación, se hayan dejado en el camino hasta un millar de afiliados en un puñado de meses.

Hablando de Sevilla, sin llegarse aún al éxodo de ediles de grupos municipales, la formación sí que es igualmente presa de una sangría de pérdida de filiación, con hasta 300 militantes menos en apenas un año, el que ha pasado desde la celebración de elecciones generales. Fue tras esta cita con las urnas, la misma que dejaba atrás quince meses de continuo trajín electoral –andaluzas, municipales y generales en 2015 y la repetición de estas últimas en junio de 2016–, la que ha desatado las hostilidades entre dos facciones en la provincia, un sector oficialista que copa los puestos electos y de confianza y una rama de críticos que denuncia los procesos que se llevan a cabo. Este caso se reproduce con aún más virulencia en los pueblos en los que obtuvieron representación, como es el caso de la primera corona metropolitana, donde se están disolviendo agrupaciones completas, como es el caso de Villanueva del Ariscal y sus 17 miembros. Otros puntos como Bormujos, Gelves, Sanlúcar la Mayor, La Algaba, Castilleja de la Cuesta o Dos Hermanas viven o han vivido también procesos inestables fruto del descontento de la militancia, en ocasiones, con abandono de filiación.

A tenor de los críticos, estas malas praxis que asuelan el partido empiezan a ser sottovoce entre las agrupaciones, que afean, entre otros motivos, la pérdida de democracia interna tras el último congreso nacional, celebrado a principios de febrero y que redobló, aún más si cabe, el férreo poder de Rivera y sus adeptos en el partido.

Las voces críticas que ahora claman, que prefieren guardar su anonimato frente a posibles represalias, denuncian que con los nuevos estatutos se ha producido una merma orgánica, variando «las reglas del juego». Si antes hablábamos de primarias telemáticas «puras y duras», aunque también expresaban sus dudas sobre ellas, ahora no se permitirá la votación en urnas para la elección de candidato a las municipales en aquellas agrupaciones con menos de 400 afiliados. Serían entonces, al menos en la provincia, todas las que completan el mapa de sedes sevillanas. En esos casos, el candidato será todo un dedazo del Comité Ejecutivo Nacional. Se trata, también del modus operandi que se ha seguido para la elección del Comité Autónomico de Andalucía, un órgano del que los afiliados andaluces han conocido su composición a través de un correo electrónico recibido el pasado 26 de junio. En esta misiva digital, la cúpula de Ciudadanos a nivel nacional dice elegirlos tras «la celebración de la IV Asamblea General, donde se aprobaron las bases que regirán la hoja de ruta de nuestro partido durante los próximos años, con el claro objetivo de gobernar», según se cita explícitamente. Entre los afortunados, Juan Marín, Manuel Buzón y Virginia Millán Salmerón –su primer apellido Millán no aparece en el email–, perfiles todos de confianza de Rivera y Hervías, el secretario de organización. Por supuesto, críticos andaluces como el granadino Luis Salvador, según cuentan las fuentes a las que ha tenido acceso este periódico, no integran esta suerte de puesto de mando de Ciudadanos en Andalucía, que eso sí, estaría a la espera de ser completado con otros perfiles.

El sector rebelde denuncia también, por esta parte, que se esté llevando a cabo una purga dentro del partido, revelándose casos expresos como las últimas sustituciones en el grupo provincial. Hace apenas unas semanas, el partido comunicó a sus dos asesores en Diputación, Juan José Jurado y Daniel Arias el cese de sus responsabilidades, siendo relevados por Álvaro Pimentel, que a su vez, ya realizaba labores de asesoramiento a Javier Millán, como empleado externo sufragado con la asignación que el grupo recibe desde el organismo provincial.

Los asesores cesados, por su parte, son reconocidos en el ámbito del partido por ser ciertamente contestatarios al respecto de los últimos acontecimientos en el partido, así como por el «giro a la derecha» que también ha generado corrientes alternativas a la dirección actual, entre otros puntos, en Valencia. En este asunto, también respinga que Pimentel, que con su nueva asignación ha cerrado el despacho de abogados que regentaba, realizara con anterioridad, y a juicio de las voces críticas del partido, labores en el grupo municipal, también liderado por Millán, que se demuestra por incluso tener participación en asuntos de índole de Ayuntamiento, y no de Diputación. Lo anterior se realizaba pese a que la partida de 1.062 euros mensuales que recibía habría de tener un carácter finalista, esto es, dedicarse a una labor única de grupo provincial, no de Ayuntamiento.

Al respecto de todo lo referido, y tras ser cuestionados por este periódico a las críticas vertidas y la pérdida de militancia en la provincia, fuentes oficiales del partido declinaron responder


prohibido «dar caña» al psoe en espartinas

Espartinas es el único municipio donde Ciudadanos gobierna en Sevilla. Y no lo está teniendo nada fácil. Ni por el hecho de hacerlo en minoría, tras la ruptura del pacto con el PSOE, ni por las propias trabas que encuentra en la cúpula naranja. El equipo de gobierno, con hasta tres alcaldes en dos años –José María Fernández, Olga Hervás y la sustitución de esta por baja médica durante meses que desempeñó Iván Gómez–, tiene en el PSOE un duro hueso de roer desde que decidieran unilateralmente poner fin a la asociación de gobierno. Sin embargo, desde el propio partido y por orden de Buzón, según revelan fuentes internas, se les prohíbe criticar a los socialistas. El motivo: el apoyo que Juan Marín les da en el Parlamento andaluz. No son pocos los integrantes naranjas, cargos o simplemente militantes, que critican con dureza esta postura.