La Real Academia Sevillana de Buenas Letras ha acogido el II Ciclo de Mesas Redondas sobre las Reales Atarazanas, en la que se dieron a conocer los informes de la asociación Hispania Nostra, muy crítica con el proyecto de Vázquez Consuegra, y una valoración de Salvador Tarragó, de SOS Monuments. Tarragó opinó que «la recuperación de la cota original es imprescindible». No cumplir este criterio, que no está contemplado en el proyecto actual, sería «un injustificable atentado al monumento».

El Comité Nacional Español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos, por sus siglas en inglés) «recomienda que se aparque este proyecto (el firmado por Guillermo Vázquez Consuegra) hasta que se haga el protocolo adecuado. Y entonces, que ese proyecto se adecúe a ese protocolo, o bien que se haga otro proyecto».

El entrecomillado pertenece a Víctor Fernández Salinas, miembro de la Junta directiva de Icomos, que dio a conocer el contenido de un informe del organismo perteneciente a la Unesco que recibió esta misma tarde, y que ha realizado Juan Antonio Rodríguez Villasante.

La clave para Icomos está en dos incumplimientos de la Junta de Andalucía, propietaria del espacio. Su informe echa en falta dos cuestiones básicas: una carta de riesgos y varios estudios previos. «Este bien pertenece al ámbito del Plan Nacional de Arquitectura Defensiva de nuestro país, del que forma parte de la Junta de Andalucía», explicó Fernández, que aclaró que el informe del Icomos insiste en que «no se siguió su protocolo de manera adecuada, un protocolo que establece cuáles son los pasos e informes que tienen que desarrollarse cuando se va a rehabilitar un edificio de este tipo». ¿Se puede acometer el proyecto sin esos dos pasos previos? Pues sí, aclaró Fernández, «pero entonces nosotros consideramos que no se está haciendo con un buen criterio».

Respecto al proyecto de Vázquez Consuegra, ganador del concurso que convocó la Consejería de Cultura, Fernández explicó que el informe aclara que «es un buen proyecto. Icomos no lo valora, o en todo caso valora positivamente el proyecto, pero al proyectista le han faltado decisiones que debía haber tomado la Consejería de Cultura respecto a este bien». La conclusión es que «el proyecto no es malo, pero debería enriquecerse con este protocolo. Con la carta de riesgos y una serie de estudios previos, que son endebles en el proyecto tal y como está presentado». «Es un proyecto bueno, pero al que le faltan las claves que debería haber dado la Junta de Andalucía», recalca.

Puntualiza Fernández que el Icomos «no tiene ninguna potestad». «Si nos piden nuestra opinión, no desde el punto de vista de la legalidad sino por los criterios que debe seguir el proyectos, Icomos sugiere estos», ratifica.

El informe entra a valorar algunas de las cuestiones que han generado más polémica. Por ejemplo, la necesidad, o no, de alcanzar la cota original del edificio, la del siglo XIII. «Icomos dice que hay que recuperar la escenografía original, pero eso significar recuperar toda la cota o hacerlo en algunas zonas. Se puede hacer de muchas maneras», apunta Fernández.

Respecto a las distintas posibilidades de cimentación de las obras, Icomos también tiene opinión. Han recibido «visiones diferentes y contradictorias respecto a la resistencia del bien», por lo que demandan «una carta de riesgos más exhaustiva», que debe correr por cuenta de la Junta de Andalucía