Inversión de 2,7 millones para transformar el Greco en un gran bulevar

Las obras tendrán 12 meses de duración y comenzarán en el primer trimestre del próximo año

26 sep 2017 / 13:15 h - Actualizado: 26 sep 2017 / 22:49 h.
"Urbanismo","Movilidad","Juan Espadas"
  • La avenida del Greco será un gran bulevar con más sombras y zonas peatonales. / David Estrada
    La avenida del Greco será un gran bulevar con más sombras y zonas peatonales. / David Estrada
  • Esta será la imagen de la nueva avenida del Greco tras las labores que se realicen en ella. / El Correo
    Esta será la imagen de la nueva avenida del Greco tras las labores que se realicen en ella. / El Correo
  • El Greco tendrá nuevo carril bici, juegos infantiles, fuentes y contenedores soterrados. / El Correo
    El Greco tendrá nuevo carril bici, juegos infantiles, fuentes y contenedores soterrados. / El Correo

La avenida del futuro. Así define el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, el nuevo bulevar sostenible que surgirá de la transformación a la que será sometida el Greco. Más espacios para el peatón, arbolado, un nuevo carril bici, fuentes de agua y ornamentales, zonas wifi o contenedores soterrados son algunos de los elementos que conformarán la fisonomía de esta arteria del barrio de Nervión según el anteproyecto que ayer presentó el alcalde de Sevilla, Juan Espadas.

«Es una apuesta de ciudad. Se trata de un reto complicado pues es una vía fundamental para el barrio pero nos ponemos el listón alto», arrancó el regidor, quien anunció que la experiencia del Greco se podrá exportar a otras zonas de la ciudad. «Este no será un proyecto aislado, la intención es extrapolarlo a otros puntos pues es la realización del modelo de ciudad que queremos».

El nuevo bulevar en que se convertirá esta avenida comercial tendrá al peatón como elemento principal –ocuparán un 54 por ciento de la superficie– y se perderán aparcamientos –aunque el alcalde ha avanzado que «habrá soluciones»–, potenciando los itinerarios a pie –los acerados crecerán casi un 50 por ciento– y la accesibilidad universal. Se tratará de calmar el tráfico con limitaciones de 30km/h en la zona y habrá nuevos espacios de estancia para los vecinos que contarán con wifi gratuito.

El Greco sufrirá también una bajada de la temperatura con el aumento de la vegetación. Se aumentará el número de árboles –pasarán de 124 a 214–, se mejorará la diversidad de las especies –eliminando aquellas que suponen un problema para el acerado–, y se incrementará el espacio de sombra gracias a una nueva distribución que hará que se triplique la superficie –de los 2.700 metros cuadrados se crece a 7.800–.

Toda la calle será equipada con un nuevo mobiliario urbano que reducirá la contaminación visual. Se renovará todo el alumbrado, se soterrarán los contenedores de basura, y se incorporarán nuevos juegos infantiles. El agua será igualmente un elemento clave. No en balde, la renovación de las redes de abastecimiento por parte de Emasesa es el «elemento motor» que hace posible todo el proyecto. Así, la empresa pública de aguas sustituirá por completo la instalación, incorporando sistemas de drenaje sostenibles. Se construirán aljibes para almacenar el agua para el riego y se instalarán fuentes tanto para el consumo como ornamentales. Los materiales que se emplearán para los suelos serán «ecoeficientes», con jardines de lluvia, pavimentos permeables y una nueva red de riego por goteo.

En definitiva, «un ejemplo de la ciudad habitable en la que se debe convertir Sevilla», como apuntó el ideólogo de todo el proyecto, el catedrático de Ecología Enrique Figueroa, director de la Oficina de Sostenibilidad de la Universidad de Sevilla, quien insistió que este es solo un ejemplo en el que se concreta «la idea de ciudad» en la que se combina ecología, urbanismo y el elemento social. «Hay que iniciar un camino sin retorno hacia un nuevo modelo de ciudad a través de la transformación de sus barrios».

Y es que, Espadas explicó que se eligió el Greco, existen otras zonas que se barajaron, como Macarena-Tres Barrios, en las que igualmente se podría acometer en un futuro un proyecto similar. Los requisitos son que se trate de espacios clave y transitados, en los que los cambios que se realicen supongan «un antes y un después» para los vecinos. De hecho, el alcalde apuntó que la reurbanización será una suerte de «laboratorio urbano» donde se estudiarán distintos parámetros. «Vamos a medir el antes y el después. Cuando la obra acabe veremos cómo ha influido en la calidad del aire, la temperatura o el tráfico».

Los trabajos, que afectarán al tramo desde la avenida de Kansas City a la rotonda de la calle Tarso, tendrán una inversión de 2,7 millones que aportará tanto Urbanismo como Emasesa y el área de Parques y Jardines. La intención municipal es ejecutar por tramos los trabajos, que estarán en marcha en el primer trimestre del próximo año, para minimizar las molestias a vecinos y comerciantes pues el proyecto tiene un plazo de 12 meses de ejecución.