Investigadores del Cabimer trazan un halo de esperanza para los diabéticos

Diseñan una molécula con potencial terapéutico para curar la de tipo 1 y quizás la de tipo 2

17 abr 2018 / 13:38 h - Actualizado: 17 abr 2018 / 18:58 h.
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Un halo de esperanza para los alrededor de 800.000 andaluces que padecen diabetes tipo 1, y quién sabe si para los varios millones que tienen la más común, la de tipo 2. Es lo que proyecta el hallazgo, por parte de un equipo internacional de investigadores liderado por científicos del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (Cabimer), de una molécula –BL001 es su nombre– con potencial terapéutico para revertir el ataque autoinmune de la enfermedad, y que acaba de publicar la revista Nature Communications.

Este descubrimiento, fruto de siete años de indagación y de notable relevancia, fue presentado ayer en la sede del centro por el canadiense Benoit Gauthier, investigador principal, y Nadia Cobo, autora, a quienes acompañaba Bernat Soria, director del departamento de Regeneración y Terapia Celular de Cabimer.

Los investigadores han demostrado que la citada molécula «propicia la conversión de las células alfa –productoras de la hormona glucagón, hormona que eleva la glucosa en sangre y favorece la hiperglucemia– a células beta pancreáticas, encargadas de sintetizar, almacenar y segregar insulina –hormona que controla los niveles de glucosa en la sangre–, favoreciendo la regeneración de estas células».

Además, han constatado que esta molécula es capaz de revertir el ataque autoinmune de la diabetes tipo 1, según ha sido probado en ratones y modelos celulares; así como que favorece la capacidad antiinflamatoria de determinadas células del sistema inmunitario evitando que el propio sistema inmunológico destruya las células beta, que es lo que sucede en el organismo cuando se padece diabetes tipo 1.

Se trata de «promover que estas células sean antiinflamatorias» y por tanto «no se va a atacar sino que va a ayudar a la regeneración de las pocas células que quedan en el páncreas».

Soria explicó que «estamos en la encrucijada entre el sistema inmune, el inflamatorio y la regeneración como concepto. Si esa es la clave, estaremos abriendo una vía nueva en la regeneración», con lo que en el futuro «se podría desarrollar una familia de moléculas que actúen sobre esta misma diana y que sean incluso mejores que lo que se acaba de descubrir».

EL SIGUIENTE PASO

Cobo señaló al respecto que «el siguiente paso es diseñar moléculas que tengan el mismo efecto pero al mismo tiempo puedan ser empleadas para una fase de ensayos clínicos porque por el momento la que tenemos funciona para ensayos preclínicos». En otras palabras, «lo que nos gustaría es pasar del pinchazo a la pastilla», dijo gráficamente Soria antes de agregar: «El hecho de que haya funcionado en varios modelos de diabetes tipo 1 sugiere que puede funcionar en una fase clínica».

Para Gauthier y Cobo «aún queda mucho trabajo por hacer», ya que «debemos trasladar nuestros hallazgos al sistema inmune humano y estudiar bien su relación con los islotes pancreáticos».

En el estudio han colaborado unos 30 científicos de cuatro países más. Al respecto, Soria explicó que «el grupo de Pisa (Italia) ha utilizado islotes humanos de pacientes con diabetes tipo 2, y la molécula también muestra este carácter protector», por lo que el efecto del hallazgo puede ser incluso superior.

UNA «PARTIDA DE PÓQUER» EN BUSCA DE FINANCIACIÓN

El hallazgo realizado por este grupo de investigadores, aun siendo muy importante, se halla aún en una fase experimental y el plazo hasta que pueda desembocar en un fármaco que salga al mercado puede ser de al menos seis o siete años. «Es una partida de póquer. Tenemos la primera opción y queremos intentar a ver si es sí o es no. En los dos últimos años negociamos con cinco grandes farmacéuticas y se resisten a entrar en este nivel», cuenta Benoit Gauthier en alusión a la financiación, que podría rondar los 17 millones de euros según los cálculos que realizan los propios investigadores.

De momento, el grupo que desarrolla este proyecto ha conseguido más de 1,5 millones de euros en convocatorias competitivas desde 2010 y cuenta con el apoyo de distintas asociaciones de pacientes, como por ejemplo, la JDRF (de las siglas en inglés Juvenile Diabetes Research Foundation), con sede en Nueva York, o Diabetes Cero, a nivel nacional. «También han contribuido «el Plan Nacional o el fondo de investigaciones sanitarias», añadió sobre este particular Bernat Soria.

«En los cinco próximos años harán falta unos diez millones y después, si tenemos una molécula, entonces podremos seguir avanzando», remarcó Soria, que relativiza la inversión en estas cuestiones: «Cuando se dice 17 millones, es una cifra que nos llama la atención. ¿Es mucho dinero?», se preguntó antes de compararlo con lo que se mueve en el mundo del fútbol. Lo que tiene claro el prestigioso científico es que «el sector privado debería entrar en algún momento porque ni el sector público ni una fundación puede con estos presupuestos».

«LOS AVANCES NOS BLINDAN FRENTE A LAS GRANDES FARMACÉUTICAS»

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, defendió la necesidad de seguir invirtiendo en investigación pública sanitaria, frente a los tratamientos de última generación que tienen unos costes «desproporcionados» por parte de las grandes industrias farmacéuticas. «Hay que aprovechar los grandes investigadores que tenemos porque estos avances nos van a facilitar tratamientos para enfermedades que hoy no tienen cura y para mejorar calidad de vida en otras», además de que «nos blindan frente a las grandes farmacéuticas, que en los últimos años están demostrando hacer un negocio fuera de lo normal», dijo antes de recordar «lo que o

Los investigadores Benoit Gauthier y Nadia Cobo, Teresa Molina (Junta), Andrés Aguilera (director del Cabimer) y Bernat Soria. / El Correo