La ampliación de la Feria tendrá que esperar por su elevado coste

El enésimo intento por ampliar la Feria de Abril y poder atender la lista de espera de los sevillanos que buscan caseta en el Real queda parada hasta nuevo aviso. Aunque la idea planteada no era revolucionaria, ya que se contemplaba un incremento de 15 a 20 casetas, la delegación de Fiestas Mayores se ha encontrado con el obstáculo de su elevado coste para adaptar la zona escogida, que era la bolsa de aparcamiento para autoridades que se sitúa a la espalda de las casetas de las buñoleras, junto al Club Natación, en la calle Remeros de Sevilla.

Los técnicos de Fiestas Mayores han echado cuenta y se han percatado que habilitar esta zona para albergar casetas supondría una intervención que rondaría un millón de euros. Demasiado dinero para una miniampliación del Real de Los Remedios y más en un año en el que, y así lo admiten desde el gobierno municipal, hay otras prioridades más acuciantes.

De esta manera, el alcalde Juan Espadas tiene que dejar para más adelante la ampliación que anunció la Feria de Abril pasada, cuando no ocultó su deseo de que 2018 fuera el año de una ampliación que no solo se le resiste a sus antecesores, como Juan Ignacio Zoido, que llegó a proyectar 200 casetas junto a la calle del Infierno; o Alfredo Sánchez Monteseirín, que fue incluso más ambicioso y pensó en trasladar todo el recinto ferial al Charco de la Pava. En ambos casos, la propuesta fue desestimada por la falta de dinero para acometerla.

«La ampliación sería un balón de oxígeno para quienes llevan años esperando en esa lista de espera», llegó a reconocer la pasada Feria el regidor hispalense, que esperaba dar –y así eran sus palabras– una «sorpresa» en 2018 o, como muy tarde, antes de que acabar el mandato, que concluye en primavera de 2019. De momento, la presente edición no va a tener esa oportunidad, a pesar de que ya se habían decantado por una de las tres alternativas que, desde mayo del pasado año, tenían sobre la mesa en la Delegación de Fiestas Mayores.

Al final, la opción más factible era el traslado del aparcamiento de autoridades, situado en la calle entre la última caseta de la calle Manolo Vázquez y las instalaciones del Círculo Mercantil. Ese espacio, que se destina como aparcamiento desde el año 1973 y al que se accede a través de un control en Flota de Indias, alberga en torno a cien plazas de aparcamiento que se destina a las máximas autoridades que necesitan entrar y salir del Real por sus obligaciones inherentes al cargo.

El plan para ganar ese espacio al Real de Los Remedios pasaba por trasladar 200 metros este aparcamiento de autoridades, que estaría al otro lado del Círculo Mercantil, en un solar que ya se usa como parking en Feria. De este modo, la calle Remeros de Sevilla quedaría expedita para la instalación de 20 casetas más, que serían de un módulo cada una, y que se ocuparían en riguroso orden de una lista de espera que, en algunos casos, llevan más de dos décadas. Sin embargo, no será posible y la Feria de Abril de 2018 se quedará como hasta ahora, con 1051 casetas, a la espera de tiempos mejores.

Lo que sí se mantendrá es el nuevo calendario de la Feria de Abril que, tras los beneficios económicos y de afluencia de hace un año, seguirá con el formato con un día más (de sábado a sábado), con un festivo en medio. En esta ocasión no se ha recurrido al formato de consulta popular como la primera vez, sino que se ha valorado su continuidad a través de consultas a agentes sociales y económicos, así como a entidades ciudadanas.

El único escollo que hubo en este formato fue la asignación del día festivo. En 2017, la solución era más sencilla, ya que el 1 de mayo, que es festivo nacional, coincidía con el lunes de Feria. Para 2018, no sin dificultades –de hecho se llevó en dos ocasiones, porque en la primera fue tumbada la propuesta–, el gobierno local decidió que el miércoles de Feria (18 de abril) fuera festivo en detrimento de la festividad que tradicionalmente se le asigna al patrón de Sevilla, San Fernando, cuya onomástica es el 30 de mayo. Además de por el nuevo formato feriante, la decisión vino motivada porque el Corpus Christi ya tenía festivo el 31 de mayo, un día antes.