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Triana, un espacio codiciado por los turistas y por los inversores. / El Correo
La Asociación Vecinal Triana Norte ha alertado este lunes de que dicha zona de Sevilla capital está sufriendo una «burbuja turística» que está ocasionando un alza en los precios de los alquileres y «problemas en algunas comunidades», donde la «gente trabajadora» brega con visitantes que recalan en viviendas turísticas «con intereses y horarios que nada tienen que ver» con la vida doméstica.
En un comunicado recogido por Europa Press, la citada asociación vecinal alude a las viviendas turísticas, que a juicio del colectivo están incidiendo en la realidad social y cotidiana de Triana. Según la asociación vecinal, como consecuencia del uso turístico de no pocas viviendas del barrio, media una «subida» del precio de los alquileres con el consiguiente perjuicio a los habitantes, así como la proliferación de «problemas en algunas comunidades», donde la «gente trabajadora» tiene que convivir con visitantes que recalan en viviendas turísticas y actúan merced a «intereses y horarios que nada tienen que ver» con la vida doméstica.
Así, el colectivo señala «una nueva burbuja turística que también puede explotar», avisando además del riesgo de que el barrio pierda su «identidad y esencia» como consecuencia de las franquicias. Por ello, la entidad reclama «normativas» que acoten el número de viviendas turísticas y las franquicias, para «favorecer un turismo controlado y sostenible», agrega.
Estas quejas vienen a sumarse a las realizadas recientemente por la asociación vecinal La Revuelta del Casco Norte, que exige al Ayuntamiento de Sevilla «una moratoria» de nuevas licencias de apartamentos turísticos en Feria-San Luis después de contabilizar que una cuarta parte del parque de viviendas ya no tiene uso residencial.
Así, en la zona de Feria, indican los vecinos a tenor de datos municipales de Emvisesa, el número de viviendas de finalidad turística no registradas quintuplica a las que sí lo están: 540 frente a 95 de un total de 635, lo que en términos generales supone que el 25,96% del total de casas ya son de uso turístico (seis puntos por encima del total del distrito ). Los datos confirman que la zona «está saturada», así como el temor vecinal de que «cada vez hay menos viviendas y más caras», con una subida del 20 por ciento en el precio del alquiler en el último año. La Revuelta denuncia además que «toda la inversión que se está haciendo es para arreglar casas antiguas y convertirlas en pisos turísticos; o bien para dar licencia a bares e invadir el espacio público». En este sentido, expone el caso del antiguo corralón de artesanos de Pasaje Mallol