Este verano solo habrá mil plazas en los servicios de comedores escolares y sociales para que los niños sevillanos de familias desfavorecidas pueden tener garantizado el suministro alimentario básico. En principio iban a ser unos 700, a cuenta de las escuelas de verano de la Junta de Andalucía, si bien el Ayuntamiento complementará esta oferta mediante un programa de refuerzo de urgencia que el equipo de Juan Espadas está poniendo en marcha a contrarreloj, tras comprobar cómo el gobierno municipal saliente de Juan Ignacio Zoido no había previsto nada para estos casos.
En concreto, este proyecto social, que arrancará en julio, beneficiará exclusivamente a las cuatro zonas de transformación social: Torreblanca, Polígono Sur, Polígono Norte y Tres Barrios-Amate, ya que, según alega el primer edil, resulta imposible abarcar toda la ciudad este año con tan poca antelación. Para 2016 el objetivo es ampliarlo al resto de la capital hispalense y enmarcar este suministro de alimentos en unos talleres estivales, que incluyan otro tipo de actividades además de la comida. No en vano, el regidor pide «desterrar que hablemos solo de comedores» para menores desfavorecidos.
Espadas, que ayer se reunió con los trabajadores de las unidades de trabajo social del Ayuntamiento, explicó que no se puede pedir al nuevo ejecutivo local que «en cinco días tenga los contratos y las prestaciones que debían estar ya adjudicadas hace tiempo».
El alcalde garantizó que van a hacer todo lo que puedan para que a ningún niño que lo necesite le falte el alimento, aunque por ahora dijo que es difícil contrastar si las mil plazas serán suficientes, ya que no hay un «mapa» real de la situación global de Sevilla. No obstante, consideró que esta medida da cumplimiento a lo acordado con Participa Sevilla en el pacto de investidura, ya que, según precisó, allí se decidió que este primer verano se reforzaría la prestación de servicio de comidas solo en las cuatro zonas de atención preferente.
Sin embargo, la formación ciudadana liderada por Susana Serrano viene reclamando que se cubran las necesidades de alimentos de 2.000 menores sevillanos. Espadas aseguró que esa cifra es fruto de la superposición de bases de datos diferentes, en la que hay casos repetidos.
Por ello, prometió que una de sus prioridades será la confección de un diagnóstico de la situación real de la ciudad, que no se limite a informes puntuales de Cáritas o de otras entidades. Para ello, ayer encargó a los trabajadores sociales municipales elaborar un mapa que deberá estar listo en septiembre, fecha en la que volverá a reunirse con ellos para «abordar una reorganización de los servicios sociales municipales». «Voy a sentarme con la Junta para mejorar los programas y el sistema de cofinanciación, intentando que estas acciones pasen de ser anuales a plurianuales», para evitar que cada 12 meses haya que detener las actuaciones sociales y volver a ponerlas en marcha.
Espadas también anunció su intención de estabilizar las plantillas, dentro del «escaso margen que da la reforma local». En concreto, su objetivo es ocupar las vacantes en los servicios sociales, ya que, en la reunión de ayer, le informaron de que «ya hay distritos donde la falta de personal ha generado listas de esperas intolerables». «No se puede ahorrar presupuesto público cuando lo que se trata es de cubrir necesidades urgentes en todos los barrios de la ciudad», concluyó.