Cuando el riñón falla, existen dos vías de escape: el trasplante, para lo que algunos pasan a una lista a la espera de donante, o estar conectado a una máquina que limpie tu sangre y ejerza esa función purificadora de este órgano. Puestos a escoger, es mejor hacerlo en casa que en un centro de diálisis, siempre que eso conlleve la misma efectividad. A tenor del último estudio de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), que ha analizado el registro de pacientes con enfermedad renal crónica en Andalucía entre 2006 y 2014, es incluso más beneficiosa. En esa línea, iniciar la diálisis peritoneal domiciliaria y, pasados de tres a cinco años, cambiar a hemodiálisis es la secuencia de tratamientos con mayor supervivencia.
Con esos datos, conocidos en diciembre, se destierra definitivamente la mala fama que atesoraba la diálisis peritoneal, de la que recelaban incluso los nefrólogos. No es el caso del hospital Virgen Macarena que, con motivo de la conmemoración, este jueves, del Día Mundial del Riñón, demuestra su adaptación con datos. En el último año (2016), de los 76 nuevos pacientes para iniciar Tratamiento Renal Sustitutivo (TRS) o diálisis, más del 25 por ciento eligieron la modalidad de tratamiento domiciliario, una cifra por encima de la media española y andaluza, que se sitúa en el 17 y 15 por ciento respectivamente.
Las ventajas, más allá de los últimos índices de supervivencia reflejados por el estudio de EASP, los enumera la responsable de la Unidad de Nefrología del centro, Mercedes Salgueira: la indudable comodidad de realizar la diálisis en casa, unido a la «facilidad de aprender su uso». Hasta pacientes ciegos han sabido hacer uso de esta maquina tan intuitiva, que tiene el tamaño de un portátil. Esto, y ahí está otro valor añadido de este tratamiento, permite que el paciente con insuficiencia renal pueda desplazarse sin problema o ir de viaje con su maquinaria a cuestas. Estas ventajas también cuentan con el aval de los propios afectados, según explica el presidente de Alcer Giralda, José Soto. «En un mes recibes la formación para aplicarte la terapia en casa y sin asistencia de un profesional», relata.
El Día Mundial del Riñón se constituyó en 2006, entre otras razones, por hacer visible el mal que azota con esta «enfermedad invisible». De hecho, se había detectado un repunte de casos que requerían diálisis. Algo que persiste hoy, a tenor del balance realizado por el Hospital Macarena. La unidad de Nefrología ingresó el pasado año en su área 537 pacientes, cifra que se ha visto incrementada en los últimos cinco años en un 43 por ciento. Casi la mitad de los ingresos son generados por fracaso renales agudos en el contexto de situaciones como deshidratación, ingesta de fármacos nefrotóxicos o patología renal propiamente dicha. Además, los nefrólogos del Macarena atendieron a 4.537 pacientes en consultas externas, de los cuales el 22 por ciento fueron primera visita al especialista, con un crecimiento del 21 por ciento respecto a 2015. A esas cifras se suma la estimación de Alcer Giralda: hay 2.000 sevillanos tratándose, de los que unas tres cuartas partes reciben hemodiálisis.
La asociación sevillana ha aprovechado la cercanía del Día Mundial del Riñón para recordar a las comunidades autónomas de su obligación a la hora de activar mecanismos de prevención. A la espera, siempre están los lemas del Día Mundial del Riñón, que cada año va asociado a un factor de riesgo. En esta ocasión, el protagonista es el sobrepeso con Enfermedad Renal y Obesidad: estilo de vida saludable para unos riñones sanos. «Nuestra nutricionista trata a muchos pacientes en prediálisis y, gracias al cuidado de su alimentación, han podido retrasar la entrada en diálisis y el desarrollo de la enfermedad a estadíos más avanzados», manifiesta Soto, de Alcer, que pone rostro a los datos: las personas obesas tienen un 83 por ciento de más riesgo de padecer enfermedad renal que aquellas con un peso saludable.