La ejemplaridad vecinal entra en el callejero

El Ayuntamiento dedicará una plaza a Antonio Pozuelo Méndez por su incansable lucha en el barrio de Rochelambert

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
03 abr 2018 / 20:23 h - Actualizado: 03 abr 2018 / 20:31 h.
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  • La plaza se encuentra frente a la iglesia San Luis y San Fernando.
    La plaza se encuentra frente a la iglesia San Luis y San Fernando.

Siempre rehuyó de ocupar un cargo en la directiva vecinal aunque no le hizo falta para «dedicarse en cuerpo y alma» al barrio, su barrio de Rochelambert, al que llegaría en los años setenta con su esposa, Loly Morales, actual presidenta vecinal de la zona, ambos nacidos y criados de la calle Muñoz Seca, en Nervión. Desde un primer momento, Antonio Pozuelo Méndez se preocupó por esta nueva vecindad del distrito Cerro-Amate en la que muchos matrimonios jóvenes instalaban su hogar en el epílogo de la dictadura, cuando el país empezaba a soñar con una nueva vida. Estaba «todo por hacer» y el estado era «peor que las Tres Mil Viviendas». Aún así, Antonio no desfalleció, y junto a otros residentes, «luchó incansablemente» por mejorar la calidad de vida de Rochelambert. «El barrio era su ilusión, su vida. Todas las mañanas se daba una vuelta anotando los baches, falta de poda, luces averiadas...», recuerda Valentín Suárez, compañero de una y mil batallas vecinales y actual secretario de la asociación de vecinos Al Quivir. Un compromiso que mantuvo hasta su fallecimiento el pasado 27 de noviembre a consecuencia de un cáncer. Para recordar su legado vecinal, y a iniciativa del barrio, el Ayuntamiento de Sevilla ha aprobado por unanimidad en pleno municipal dedicarle la plaza de la calle Juan Carvallo, situada frente a la iglesia de San Luis y San Fernando de Rochelambert.

Cuenta Valentín que días después de su muerte fue incesante el goteo de vecinos anónimos que se acercaron hasta la sede vecinal «pidiendo, por favor, un reconocimiento para este hombre». Pero la entidad ya había dado los primeros pasos en el tanatorio de la SE-30: «En la puerta me encontré con Juan Manuel Flores [por el delegado del distrito] y le dije que había que hacer algo por Antonio, por todo lo que había dado altruistamente al barrio». Incluso en los últimos meses de vida, a sus 75 años. «En verano, desde las siete de la mañana, regaba con dos vecinos más todas las plantas y jardines del barrio. Lo hacía tres veces en semana. Era incansable. Todo le parecía poco», explica el secretario de Al Quivir, que además destaca la «enorme solidaridad» de Antonio con sus convecinos, incluso en estos años de crisis. «Se preocupaba de conseguir alimentos para repartirlos entre las familias más necesitadas. Siempre le preguntaba que cómo lo hacía. Me miraba y me decía que tenía sus contactos». Otros vecinos coinciden en recordar su disposición a echar siempre una mano y a colaborar en todo, impulsando el movimiento vecinal. «Era muy amable. Atendía a todo el mundo con una sonrisa. Su actitud dialogante ayudaba siempre a resolver los problemas que llegaban a la entidad, de la que ha sido un colaborador esencial». Eso sí, sólo en los últimos años y, para cubrir una baja, se hizo cargo de la tesorería de la entidad.

El barrio era «su cuarto hijo», junto a Eva, Viky y Antonio. Desde un primer momento, colaboró con la campaña de limpieza y cuidado del barrio. También aportó muchas ideas para conservar las tradiciones de la ciudad a varios kilómetros del centro. «Tenemos un pregón de la Semana Santa. Corpus Christi, donde se encargaba del diseño de uno de los dos altares que se montan al paso de Jesús Sacramentado. Y una potente Cruz de Mayo, en la que se implicaba mucho. Por lo que hemos conseguido tres primeros premios del Ayuntamiento de Sevilla, en las ediciones de 2012, 2016 y 2017; y diez segundos premios». Precisamente la plaza en la que tantos buenos ratos compartió con sus vecinos inmortalizará el amor desinteresado que Antonio dispensó a la que fuera su casa. «Tenemos que reconocer a la gente que, como Antonio, ha trabajado altruistamente. Aún no hay fecha, pero nos gustaría que la rotulación de la plaza coincida con la Cruz de Mayo, los días 25, 26 y 27 de mayo», concluye el secretario de la asociación. Entonces Antonio vivirá eternamente en las noches primaverales de Rochelambert.