En el patio de la iglesia de San Jacinto hay un ficus que necesita ser podado para evitar el riesgo de caída no solo sobre quienes frecuentan el templo sino también sobre los viandantes de esta frecuentada zona de Triana.
El Ayuntamiento ha aprobado recientemente en una junta de portavoces correr con el gasto de esta intervención, que asciende a unos 4.700 euros, a pesar de que la propietaria de la finca a la que pertenece este árbol es la orden de los dominicos.
El motivo es que, según asegura la memoria del proyecto de actuación, «desde el año 2012 a la actualidad la propietaria de los terrenos no ha efectuado actuación alguna de revisión o mantenimiento sobre el ejemplar de ficus que se encuentra ubicado en el patio de la iglesia de San Jacinto».
Esta dejadez ha supuesto que el pasado 12 de octubre se produjera el desprendimiento de una rama de dicho árbol afectando tanto al vallado de la iglesia como al mobiliario urbano, «aunque no causó daños personales».
La memoria asegura que la última intervención realizada fue hace cuatro años y también a consecuencia de la caída de una rama desde gran altura. Además, explica que el ejemplar «requiere un seguimiento anual y actuaciones en la copa». La ubicación de este árbol en la esquina de las calles Pagés del Corro y San Jacinto, «es por sus características muy delicada». La copa, «aunque se ha ido reduciendo no solo afecta al patio sino que se proyecta sobre la calle», lo que hace que «nos encontremos con un nivel máximo de riesgo, por tanto la atención tiene que ser redoblada», explica el documento.
Las intervenciones municipales, que supondrán unos siete días de trabajo y el corte de la vía en algunos tramos del día, incluyen además la eliminación de una palmera canaria que, según el informe, «lleva seca desde 2014 también a causa de la falta de mantenimiento y conservación por parte de la orden dominica».
Una quincena de apeos
El Ayuntamiento anunció el pasado 15 de octubre la tala de una quincena de árboles en la ciudad debido a que suponían un riesgo para la población.
Seis árboles en la avenida de las Ciencias, dos en la calle Carlinga, también en Sevilla Este. Otros tantos en Las Leandras, en Cerro-Amate y dos más en Trabajadores Inmigrantes, en la Macarena. Y también se actuarán en las vías San Juan de la Cruz, Mar Caspio y Gonzalo Jiménez de Quesada. Esta era la relación de ejemplares que «se encuentran en muy mal estado y suponen un elevado riesgo para la población». Los apeos se enmarcan en los trabajos que, desde hace un año, se están acometiendo para sustituir árboles no recuperables conforme al diagnóstico realizado entonces, que revelaba la existencia de más de 2.500 unidades tan deterioradas que implican un peligro objetivo para las personas por caída de ramas y troncos.
La necesidad de estos apeos, apuntó el Consistorio, está avalada por los preceptivos informes técnicos que determinan que están catalogados como Nivel 4 –el de mayor peligrosidad para la ciudadanía y con daños estructurales tan severos que impiden la recuperación del árbol–.