La Fiscalía cree que el crimen del vicario fue «premeditado»

Una prueba caligráfica aclarará si el imputado fue quien escribió dos cartas confesando la autoría

04 nov 2015 / 20:27 h - Actualizado: 05 nov 2015 / 09:25 h.
"Tribunales","El crimen del vicario"
  • El supuesto autor del crimen del vicario este miércoles en los juzgados. / José Luis Montero
    El supuesto autor del crimen del vicario este miércoles en los juzgados. / José Luis Montero
  • El supuesto autor del crimen del vicario este miércoles en los juzgados. / José Luis Montero
    El supuesto autor del crimen del vicario este miércoles en los juzgados. / José Luis Montero
  • El supuesto autor del crimen del vicario este miércoles en los juzgados. / José Luis Montero
    El supuesto autor del crimen del vicario este miércoles en los juzgados. / José Luis Montero

La Fiscalía de Sevilla tiene claro que el autor del crimen del vicario siguió un «plan preconcebido» para acabar a puñaladas con la vida del sacerdote Carlos Martínez y, por eso, este miércoles le imputó un delito de asesinato. Además, José Eugenio Alcarazo fue sometido a una prueba caligráfica para certificar que fue él quien escribió dos cartas a senda amigas en la que reconocía la autoría de los hechos.

Alcarazo se encuentra en prisión preventiva tras su detención a las pocas horas de cometer el crimen, ocurrido el pasado 16 de julio sobre las 20 horas, y ayer fue citado a una comparecencia ante la juez del caso para que le fuera concretada su imputación. La fiscal defendió la imputación por asesinato, calificación de mayor gravedad que el homicidio, debido a que asegura que Alcarazo llevó a cabo «un plan preconcebido», pues siguió y esperó al sacerdote en su domicilio para «asestarle varias puñaladas con un cuchillo con la intención de acabar con su vida». Una postura a la que se opuso su defensa al entender que aún quedan pruebas por practicarse para terminar la instrucción.

En este sentido, tanto el Ministerio Público como la defensa del imputado, que ha llegado al juzgado con la cara semicubierta aunque esta vez no ha utilizado una carpeta como hizo la semana pasada, han solicitado que se amplíe el informe forense que evalúa el estado psiquiátrico de Alcarazo y, según el cual, este sufriría un trastorno adaptativo de la personalidad, pero que no le impide saber lo que hace. Fuentes del caso, señalaron que su abogada también solicitó que se aporten a la causa todos los informes clínicos del mismo existentes en el hospital San Juan de Dios de Bormujos –donde fue atendido tras haber ingerido una caja de pastillas–. El objetivo es pode evaluar la imputabilidad o no del mismo y, en caso afirmativo, valorar si es posible aplicar alguna atenuante.

Asimismo, Alcarazo fue sometido ayer a una prueba caligráfica para poder comprobar si fue él quien escribió dos carta dirigidas a sendas amigas en las que les confesaba los hechos. El imputado tuvo que realizar una serie de cuerpos de escritura que, ahora, serán enviados a un calígrafo para que coteje ambos documentos y determine si fueron escritos por la misma persona.

La comparecencia se celebró ayer, después de que la semana pasada tuviera que ser suspendida porque el imputado decidió cambiar de abogado. Ahora, su defensa la llevará de oficio la abogada Encarnación Molino, coordinadora del departamento penal del bufete Montero-Aramburu, quien explicó ayer que es letrada de oficio «desde hace muchos años» y para ella «vestir la toga para defender a una persona es un honor con independencia de su condición social». «Es algo que debo a la sociedad y que asumo con la mayor responsabilidad», dijo.

Alcarazo esperó a Carlos Márquez en su domicilio, en el número 8 de la calle Francisco Carrión Mejías, y le asestó varias puñaladas con un cuchillo que compró poco antes en un comercio de la calle San Jacinto, donde adquirió otro igual que no llegó a usar.