El que los restos de Blas Infante, dos alcaldes de Sevilla, 22 concejales y miles de sevillanos represaliados –unos 3.800 en total– continúen no ya sin exhumar ni identificar, sino tan siquiera sin señalizar en el cementerio de San Fernando, habla a las claras de la importancia que las autoridades suelen conceder a la justicia histórica. Con idea de cambiar esa tendencia, el grupo de trabajo denominado Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía (RMHSA de CGT-A) se reunió ayer con el alcalde, Juan Espadas, para trasladarle la importancia de afrontar este déficit de atención al pasado y se comience al menos por esa señalización que sea el primer paso para la recuperación honrosa de los restos.
Así lo contó el representante de dicho grupo, Cecilio Gordillo, tras comentar que «a pesar de los trabajos realizados por gobiernos anteriores, fundamentalmente el presidido por Sánchez Monteseirin», quedan otros «de suma importancia» y que encima se encuentran en peligro. Según Gordillo, «la ausencia de indicación puede degenerar en que se construya encima y desaparezcan los restos» con motivo de futuras obras en el camposanto sevillano, dentro del cual se encuentran cuatro fosas comunes del franquismo. El que entre ese destrozo pudiera estar el llamado padre de la patria andaluza, entre otros próceres, es un riesgo añadido para las administraciones responsables.
«Nuestra propuesta consiste, en un principio, solo en señalizar las fosas. En un segundo momento, habría que delimitarlas para evitar ese posible destrozo. Y por último, más adelante, habría que exhumar. Por justicia, para saber qué hay allí, quiénes, cuántos..., y cumplir con su memoria. Abrir aquello dejaría, por otra parte, mucho espacio libre al Ayuntamiento para disponerlo con otros fines».
Según la entidad representada por Cecilio Gordillo, «se debe de actuar para buscar una solución donde la verdad y la reparación con dignidad sea la referencia. Es, entre otras cosas, una deuda histórica que tiene la ciudad de Sevilla para con aquellos de sus vecinos y vecinas que lucharon contra el golpe de estado, la dictadura y por la libertad, pero que también trajeron salud a miles de sevillanos (construyendo el colector de Heliópolis) o produjeron riqueza con su esfuerzo, como esclavos del franquismo, haciendo posible el regadío de miles de hectáreas en el bajo Guadalquivir».
Por lo que afecta al terreno del cementerio de San Fernando, «es imprescindible que a corto plazo se actúe en la localización, delimitación (mediante la realización de catas arqueológicas y/o georradar si fuera preciso), protección y señalización (mediante monolitos o similares donde se añadan los datos de aquellas víctimas de las que se tenga conocimiento)» de las fosas.
«De igual manera es indispensable la actualización y corrección de los contenidos de la Guía del Cementerio de Sevilla así como una nueva edición y amplia distribución en centros cívicos, entidades y asociaciones de vecinos, empresas de turismo, etc., tras detectarse importantes faltas de información de la existencia de fosas comunes del franquismo, e incluso del monolito de homenaje y reconocimiento a dichas víctimas de la dictadura construido en el año 2002, frente a la detallada información que se ofrece de todo lo referente a los mártires por España».