La fuerza de un libro para cambiar la vida en la India

Cuatro andaluzas lideran un proyecto en colaboración con la Fundación Vicente Ferrer para llevar un bibliobús a las zonas más olvidadas del país

13 ago 2017 / 08:00 h - Actualizado: 13 ago 2017 / 08:00 h.
"Cultura","Libros","Solidaridad"
  • Un grupo de niños participa en una de las lecturas colectivas que han realizado en Anantapur. / M.G.
    Un grupo de niños participa en una de las lecturas colectivas que han realizado en Anantapur. / M.G.
  • Silvia, Pilar, Catherine y Begoña visitaron varias bibliotecas. / M.G.
    Silvia, Pilar, Catherine y Begoña visitaron varias bibliotecas. / M.G.
  • Las responsables del proyecto en un ‘sangham’. / M.G.
    Las responsables del proyecto en un ‘sangham’. / M.G.
  • Durante sus tres semanas en India se encontraron con Anna Ferrer. / M.G.
    Durante sus tres semanas en India se encontraron con Anna Ferrer. / M.G.
  • En el viaje hicieron entrega de los regalos que habían conseguido de distintos patrocinadores. / M.G.
    En el viaje hicieron entrega de los regalos que habían conseguido de distintos patrocinadores. / M.G.
  • En su estancia en Anantapur realizaron actividades con la Fundación Rafa Nadal. / M.G.
    En su estancia en Anantapur realizaron actividades con la Fundación Rafa Nadal. / M.G.
  • Las cuatro destacan el gran recibimiento que les dedicaban cada vez que llegaban a una aldea. / M.G.
    Las cuatro destacan el gran recibimiento que les dedicaban cada vez que llegaban a una aldea. / M.G.

Tres bibliotecarias y una profesora de música se han liado la manta a la cabeza y tras convencer a la Fundación Vicente Ferrer y poner de acuerdo a toda la red de bibliotecas públicas andaluzas, se han plantado –durante sus vacaciones y corriendo con todos los gastos– en la India profunda dispuestas a liderar una auténtica revolución. Silenciosa, eso sí. Como única arma llevan sus libros, altas dosis de ilusión y ganas de mejorar la vida de quienes lo tienen especialmente complicado.

Hace unos años Silvia Puertas y Pilar Martínez a la vuelta de un viaje a la India decidieron que querían poner en marcha un proyecto solidario. No tuvieron que irse muy lejos para encontrar adeptos a su causa solidaria. En la misma biblioteca Infanta Elena, donde trabaja Silvia, dieron con Catherine Molina que ya tenía cierta debilidad por la labor que la fundación desarrolla en aquel país. Ella trajo a su amiga Begoña Martínez, de la biblioteca de la Consejería de Igualdad, y ahí comenzó todo.

Su proyecto: poner en marcha un bibliobús en las aldeas de Anantapur, una zona rural de la India, donde las condiciones socioeconómicas y educativas son muy básicas en la que la ONGD lleva años trabajando. El objetivo no es otro que, mediante la lectura, mejorar la vida de una población inmersa en el patriarcado y la sociedad de clases donde la mujer tiene un papel totalmente secundario. «Creemos que con los libros podremos hacer una pequeña revolución silenciosa, como la que inició Vicente Ferrer, y cambiar la mentalidad respetando siempre su cultura», explican.

«Allí se entiende el libro como una forma de conseguir trabajo. Los únicos que conocen son los que usan para preparar oposiciones. Nosotras queremos hacerles cambiar la perspectiva y que descubran la parte lúdica y de crecimiento personal que hay en la lectura», dicen.

El pasado marzo, la organización dio el visto bueno al proyecto y decidieron implicar al resto de bibliotecas regionales, que dependen de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. «La respuesta fue inmediata. Todos los compañeros nos respaldaron». Luego se unieron también las municipales de Sevilla y esperan seguir sumando apoyos. Desde entonces, los centros han ido desarrollando distintas actividades para obtener financiación. De hecho, el pasado mes de junio hicieron un llamamiento a los ciudadanos para que donaran libros que posteriormente vendieron. «Un ejemplo de participación ciudadana para un proyecto andaluz para el acercamiento a la lectura a quienes lo tienen tan difícil». Con la cuantía ya cuentan con presupuesto para la compra de bibliografía. De hecho, ya hicieron una adquisición inicial de fondos para la primera de sus visitas a la zona, que tuvo lugar el pasado julio.

En esta primera toma de contacto, que se ha alargado tres semanas, han visitado las aldeas de la región para comprobar el estado de las bibliotecas en aquellos lugares que cuentan con ellas, recorrido sanghams –centros colaborativos de mujeres que se basan en el autoempleo–, realizado talleres de fomento a la lectura y actividades lúdicas con el libro como referencia o formado a una persona para que lleve un centro bibliotecario en la Fundación Rafa Nadal. «Han sido unas semanas muy intensas y agotadoras pero al cerrar los ojos por la noche pensábamos que íbamos por buen camino».

Tras presentar un completo análisis a Anna Ferrer de la situación de las aldeas y diversas propuestas para mejorar, consiguieron lo que más deseaban: «Luz verde para que empiece la primera fase». Esto se traduce en que sobre el mes de diciembre podrá comenzar a funcionar el primer bibliobús que atenderá algunas de las aldeas. En principio, ellas plantean que sean una docena. «La fundación nos presta un vehículo, contrataríamos a una persona para que lo conduzca, y realizaría una ruta». Su idea es que sean dos poblaciones al día y que salga seis días a la semana.

En cada población habría una mujer, la líder de cada sangham, que se encargaría de gestionar el préstamo de libros, realizar actividades, dinamizar... Una formación que se encargarán de impartir estas cuatro mujeres en un próximo viaje. «Nuestra intención también es generar empleo y si es de mujeres, mejor, para así potenciar su papel en la sociedad», apuntan. Además, aunque al comienzo necesiten un apoyo, «serán ellos mismos quienes gestionen el bibliobús. Se trata de que sean autosuficientes».

Pero Silvia, Pilar, Catherine y Begoña no se conforman con un único autobús. «Queremos desarrollar una red completa de bibliotecas». Para ello, además de tiempo y esfuerzo, necesitan financiación. «Por el momento, hemos solicitado unas ayudas del Parlamento andaluz, pero cualquier empresa, asociación, fundación que quiera ayudarnos solo tiene que contactar con nosotras». Para quienes quieran atender a su llamada y colaborar con su pequeña gran revolución, lo más sencillo es emplear su cuenta de Facebook.