La garantía de calidad de la sanidad alemana está en Sevilla

Un grupo de 13 enfermeros, fisioterapeutas y farmacéuticos tendrán el B2 en cuatro meses en Sevilla y Bremen antes de firmar un contrato que en España no consiguen

25 sep 2016 / 20:54 h - Actualizado: 25 sep 2016 / 21:08 h.
"Sanidad","Mercado laboral"
  • Bea, Laura y Aitor señalan Alemania en el mapa durante un receso en su clase de alemán en la academia Aulario. / Pepo Herrera
    Bea, Laura y Aitor señalan Alemania en el mapa durante un receso en su clase de alemán en la academia Aulario. / Pepo Herrera
  • Elizabeth, con su libro en la mano. / Pepo Herrera
    Elizabeth, con su libro en la mano. / Pepo Herrera
  • Israel se dirige al grupo en el aula en la que pasan seis horas diarias.
    Israel se dirige al grupo en el aula en la que pasan seis horas diarias.

Israel lo confiesa cuando sus alumnos no lo oyen: «Es muy cansado, muy agotador, para mí también, claro». Y, en su papel de profesor, le devuelve enseguida el mérito a los estudiantes. «Es un esfuerzo, tienen que concentrarse y poner todo su esfuerzo en esto. Claro, es que necesitan el certificado oficial. Si no, no pueden trabajar en su especialidad. Es sí o sí», explica.

Los alumnos son un grupo de 13 egresados en Fisioterapia, Enfermería y Farmacia que han aceptado la oferta de la agencia Profco, especializada en «mediación personal en la atención sanitaria», que les ha propuesto, en resumen, que se saquen el B2 de alemán en poco más de cuatro meses, la mitad en Sevilla y la mitad en Bremen, donde el alojamiento corre por cuenta de la agencia. Con esa certificación trabajarán en Alemania, y en su sector. Algunos ya tienen concertadas entrevistas para noviembre.

En primera fila comparten mesa Bea, Laura y Aitor, que se han venido a Sevilla con el único objetivo de trabajar en Alemania, como muy tarde, en enero de 2017. Los contratos, explica la empresa, serán indefinidos con seis meses de prueba.

Aitor, pacense de Medina de las Torres y farmacéutico estudia alemán a marchas forzadas y cuenta con trabajar pronto. «La empresa contactó conmigo y al principio me vino grande: sin tener ni idea del idioma, te quedas un poco sorprendido, pero maduré la idea y me acabó interesando. Vamos a aprender un idioma de esta forma tan intensiva. Vamos a sacar un B2 en cuatro meses y medio, que lo necesitamos para trabajar, y aparte está la experiencia vital de estar fuera y conocer mundo. Al final se han juntado todas esas cosas».

Bea es la que viene de más lejos. Recién graduada en Enfermería, le interesó esta opción hasta el punto de venirse desde León. «Soy de Las Palmas, pero me he criado en la Península», matiza. En su caso, pesan más las ganas que la necesidad: «Desde que empecé a estudiar yo traía la idea de trabajar fuera, donde fuera, donde surgiese. Este último año, en cuarto, me iba haciendo aún más a la idea de querer irme, y en mayo surgió esta oportunidad».

Bea y Aitor han acabado por compartir piso en Triana con Laura, fisioterapeuta natural de Punta Umbría. Confían en seguir juntos en Bremen, su inminente destino. De momento pasan el día juntos, más que nada estudiando, siete horas en la academia Aulario y las tardes en casa.

El caso de Bea es ligeramente distinto, porque ella tiene familia en Alemania. «Yo tenía ganas de vivir una experiencia en el extranjero y ya había estado en Alemania, me gustó mucho el país», cuenta, y aclara que el futuro, a largo plazo, le queda lejos: «Estoy abierta a todo. Si me va bien me quedo, y si no, pues no». Además, Laura aspira a continuar su formación en España, donde quiere cursar osteopatía. «Es un fin de semana al mes, a lo mejor me puedo permitir venir», aventura.

Son tres historias de las que cada uno de estos 13 estudiantes tienen a su espalda y de las que tendrán por delante. Lo que sí comparten todos es un formación acreditada y la necesidad de salir de España para ponerla en práctica.

La estabilidad está a más de 2.500 kilómetros

«La estabilidad no tiene precio», dice Elizabeth, pero su propia historia la desmiente. Porque Elizabeth, peruana de Lima, ocho años en España, está más que dispuesta a marcharse a Alemania en busca de trabajo.

La ayuda que la alternativa en España no sea muy halagüeña. «En el SAS nos han dicho que tenemos que esperar dos años para entrar en la bolsa, y sólo para cubrir unas vacaciones, estamos hablando de un contrato de un mes». De manera que el precio es el esfuerzo, como poco, de estudiar seis horas de alemán al día durante algo más de cuatro meses. «Lamentablemente, como está tan dura la cosa, te obliga a salir», resume.

Lo mismo le pasa a uno de los escasos sevillanos del grupo, Álvaro, poco amigo de las fotos y egresado en Enfermería desde junio de 2015. Desde esa fecha, «he hecho cursos y tal, he buscado trabajo...». «Y te preguntan si tienes experiencia», completa Elizabeth, y Álvaro lo retoma: «La experiencia es como un círculo. Si no tienes experiencia no te llaman, y si no te llaman no tienes experiencia». Nada que no sepa cualquier joven graduado. De forma que Álvaro también se ha lanzado a la aventura del alemán, y de Alemania. «Pienso que allí hay más oportunidades. Yo no conozco Alemania, y el curso es intenso, pero...».

Compañeros en el grado de Enfermería, sufrieron también juntos el examen de Enfermero Interno Residente, el equivalente para ellos al más conocido MIR que realizan los médicos. El año pasado compitieron más de 16.000 personas por 956 plazas. Ambos aprobaron pero no alcanzaron la plaza. Sin la especialidad, es más difícil buscar trabajo, pero en Alemania es diferente. «Y, si a mí me están diciendo que allí puedo especializarme, que lo que yo quiero lo puedo hacer, por qué no hacerlo. No te están abriendo solamente una puerta al trabajo, también te están ofreciendo crecer profesionalmente».

Una agencia en busca de perfiles

Profco se define como una «agencia de mediación personal en la atención sanitaria», cuya tarea es «integrar profesionales de la salud» en empresas alemanas en hospitales, clínicas, centros de salud y residencias geriátricas. Es la agencia la que contacta con los candidatos adecuados a los perfiles que se demandan en Alemania. Y puntualizan: «Nuestra actividad se centra exclusivamente en la adquisición de profesionales para ocupar puestos de trabajo fijos dentro de la sanidad pública y privada en Alemania. No se trata, de ninguna manera, de contratos de trabajo». Hablan, eso sí, de «innumerables» profesionales sanitarios españoles integrados en el sistema laboral alemán.