La gripe se disparó en Sevilla antes de Nochebuena, pero ya retrocede

La tasa de incidencia alcanzó los 183 casos por 100.000 habitantes la semana del 18 al 24, si bien ha bajado hasta 141, aún por encima de la media andaluza

29 dic 2017 / 23:05 h - Actualizado: 29 dic 2017 / 23:05 h.
"Sanidad"
  • Un sanitaria vacunando a una persona. / Paco Cazalla
    Un sanitaria vacunando a una persona. / Paco Cazalla

La gripe está haciendo estragos en este tramo final del año 2017 en la provincia de Sevilla, si bien el pico máximo de incidencia parece haber pasado. Fue en concreto la semana pasada, la 51 del ejercicio: entre los días 18 y 24 de diciembre se registró una tasa de 182,88 casos por cada 100.000 habitantes.

En esos días previos a la Nochebuena se disparó la incidencia del virus siguiendo la tendencia al alza que se inició en la semana 45, cuando apenas se dieron 7,35 casos por cada 100.000 habitantes. Luego se registraron 27,2 casos (semana 46), 24,9 (semana 47), 36,5 (semana 48), 29,9 (semana 49) y 94,4 (semana 50).

Sin embargo, tras acercarse peligrosamente a los 200 casos, en la semana actual ha menguado la incidencia según los últimos datos aportados desde el Sistema de Vigilancia de Gripe de Andalucía y que, a fecha de 28 de diciembre, sitúa la tasa sevillana en 141,5 casos para esta semana 52, última del año.

Una cifra que, de todos modos, es ocho puntos superior a la andaluza (133,5) y también muy por encima de la nacional, que estaba en 119,2 casos en la semana 51.

Sin embargo, no es Sevilla la provincia más afectada por el virus de la gripe, que en esta semana ha registrado tasas de hasta 268 casos por 100.000 habitantes en Córdoba, mientras Cádiz (172) y Almería (148) también se hallan por encima.

Medidas de choque

Los centros sanitarios han activado medidas incluidas en la fase 3 del Plan de Alta Frecuentación para abordar de manera coordinada los incrementos de la demanda asistencial urgente de estos días, en algunos casos por encima del 25 por ciento de la media. Entre estas medidas se encuentran, en Atención Primaria, la ampliación de las agendas en las consultas de los centros de salud y el incremento de profesionales en Urgencias; en hospitales, aumentar la disponibilidad de camas, gestionar los ingresos con criterios clínicos, reasignar camas en función de la demanda, reordenar la actividad programada para pruebas diagnósticas, etc.

La gripe está haciendo estragos en este tramo final del año 2017 en la provincia de Sevilla, si bien el pico máximo de incidencia parece haber pasado. Fue en concreto la semana pasada, la 51 del ejercicio: entre los días 18 y 24 de diciembre se registró una tasa de 182,88 casos por cada 100.000 habitantes.

En esos días previos a la Nochebuena se disparó la incidencia del virus siguiendo la tendencia al alza que se inició en la semana 45, cuando apenas se dieron 7,35 casos por cada 100.000 habitantes. Luego se registraron 27,2 casos (semana 46), 24,9 (semana 47), 36,5 (semana 48), 29,9 (semana 49) y 94,4 (semana 50).

Sin embargo, tras acercarse peligrosamente a los 200 casos, en la semana actual ha menguado la incidencia según los últimos datos aportados desde el Sistema de Vigilancia de Gripe de Andalucía y que, a fecha de 28 de diciembre, sitúa la tasa sevillana en 141,5 casos para esta semana 52, última del año.

Una cifra que, de todos modos, es ocho puntos superior a la andaluza (133,5) y también muy por encima de la nacional, que estaba en 119,2 casos en la semana 51.

Sin embargo, no es Sevilla la provincia más afectada por el virus de la gripe, que en esta semana ha registrado tasas de hasta 268 casos por 100.000 habitantes en Córdoba, mientras Cádiz (172) y Almería (148) también se hallan por encima.

Medidas de choque

Los centros sanitarios han activado medidas incluidas en la fase 3 del Plan de Alta Frecuentación para abordar de manera coordinada los incrementos de la demanda asistencial urgente de estos días, en algunos casos por encima del 25 por ciento de la media. Entre estas medidas se encuentran, en Atención Primaria, la ampliación de las agendas en las consultas de los centros de salud y el incremento de profesionales en Urgencias; en hospitales, aumentar la disponibilidad de camas, gestionar los ingresos con criterios clínicos, reasignar camas en función de la demanda, reordenar la actividad programada para pruebas diagnósticas, etc.