La huelga en las rebajas se aleja
Acuerdo enquistado. Tras una jornada de paros en el sector, que los sindicatos tildan de «éxito», UGT y CCOO desconvocan las protestas previstas hoy y el lunes con el fin de seguir negociando con Aprocom un nuevo y definitivo convenio laboral que incluya mejoras salariales
El primer día oficial de las rebajas –adelantadas desde hace días por las grandes firmas– se convirtió en un subir y bajar persianas en el pequeño comercio. H&M, el grupo Inditex y el de Cortefiel se sumaron a los paros, pero en el resto, casi normalidad. Los piquetes se centraron a las 10 de la mañana en los centros comerciales del Aljarafe y de la ciudad de Sevilla, para desplazarse después al Centro, donde el paro tuvo más incidencia porque UGT y CCOO convocaron una manifestación en protesta por el bloqueo del convenio colectivo del comercio.
En la calle se mezclaban clientes con bolsas ansiosos de rebajas y trabajadores al grito de «hoy no se compra», pero al mediodía el foco estaba puesto en el Sistema Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía (Sercla), donde sindicatos, grandes empresas, el delegado provincial de Empleo, el Ayuntamiento y el propio Sercla pedían la comparecencia de la Confederación Provincial de Comercio y Servicios de Sevilla (Aprocom), que no acudió a la cita para negociar. Eso sí, mandó una carta en la que, según Enrique Jiménez, secretario de Acción Sindical de FeSMC-UGT Sevilla, la patronal reiteraba la necesidad de aceptar una serie de condiciones para retomar el diálogo. Se da la circunstancia de que en el Sercla sí estuvieron presentes una portavoz de Cortefiel, un asesor de H&M y una representante del departamento de Recursos Humanos de Zara.
¿Y qué alega Aprocom? Su presidente, Tomás González, asegura que pidieron el acuerdo que supuestamente los sindicatos firmaron con estas tres compañías y «no nos llegó nada». «Era mentira». «Aprocom está abierto a negociar siempre que se desconvoque la huelga», añadió tras indicar que «la madre del cordero son los problemas de las grandes». Y más. Arremetió en declaraciones a este periódico contra estas tres grandes firmas (de la que sólo una es socia de Aprocom) porque «no han hecho nada para evitar la huelga». «Ni estas tres ni otras», apostilló. Según Aprocom, el paro sólo tuvo incidencia por la mañana en Tetuán, Rioja y Velázquez.
Sin embargo, por la tarde, y pese a la enquistada situación, los sindicatos desconvocaron las siguientes jornadas de huelga, fijadas para hoy y el lunes, remitiéndose a una reunión ese mismo día ante el Sercla y reclamando a Aprocom que asista a tal encuentro. «Cuando hemos avanzado, y mucho, Aprocom ha pretendido imposibilitar las opciones de un acuerdo por intereses que sólo pueden ser ya personales, llegando incluso a amenazar con impugnar cualquier solución negociada con estas empresas», señala CCOO en un comunicado. En cualquier caso, el sindicato expone que junto con UGT, decidió desconvocar las siguientes jornadas de paro, a la espera del encuentro del lunes ante el Sercla, reclamando a Aprocom que asista, porque de lo contrario habrá «un nuevo calendario de movilizaciones de mayor envergadura».
Ante este cambio de postura, CCOO insistió en el «rotundo éxito» de la primera jornada de huelga. De hecho, la responsable de Comercio de CCOO en Andalucía, Esther Izquierdo, cifró el seguimiento de la primera jornada de paro en un 65 por ciento en el pequeño comercio y en un 90 por ciento en las grandes superficies. No obstante, el apoyo fue dispar y, sobre todo, dependió de la presencia de los sindicalistas ante las tiendas.
En los centros comerciales la actividad empezó con retraso por la presencia de piquetes, «pero una vez que se fueron, empezaron a abrir las tiendas», comentaba un trabajador del Nervión Plaza. A las 11.30 horas sólo permanecían cerradas en la planta baja establecimientos como Maximo Dutti, Oysho y Cortefiel, así como Woman Secret en Luis de Morales.
«Si no trabajo, no cobro, y para mí eso es lo más importante», comentaba una trabajadora de otra tienda. «En la situación en que estamos es muy importante mejorar nuestras condiciones, pero yo no me puedo permitir faltar al trabajo», recalcaba tras indicar que no estaba muy informada sobre los motivos de la huelga.
Al igual que tampoco lo estaba la mayoría de los clientes que buscaban las primeras gangas. María del Mar comentaba a su amiga en el autobús de la línea 32 que «Zara del Duque está cerrada por una huelga, no sabía nada, pero lo he leído ahora, así que perdí la mañana». Y es que Tussam acortó su trayecto para no coincidir con la manifestación, ubicando su última parada en Ponce de León. «Si hubieras ido al Nervión Plaza no te pasa eso», le contestó su amiga, consciente de que en el Centro las repercusiones de la huelga fueron mayores.
Reyes Fernández, delegada de UGT en Zara, aseguró que muchos comercios abrieron «gracias a la contratación de personal días antes», algo ilegal que dijo reconocer «en todas las huelgas». «Incluso han abierto tiendas personal de otros departamentos, como de recursos humanos o dirección», denunció.
Y para denuncia la de Estefi: «Tengo una niña de siete meses, trabajo en Berska una media de 35 horas y cobro 800 euros. Con el nuevo convenio colectivo podría cobrar hasta 950 euros gracias al plus de compensación por el que discuten».
Sindicatos y patronal pactaron un incremento salarial medio del 1,6 por ciento con revisión del IPC en noviembre de 2017 (lo que evitó otra huelga) y un plus compensatorio de 90 euros para los trabajadores de empresas con más de 250 empleados por los beneficios que han obtenido estas compañías durante los 20 años en los que no se actualizó el convenio.
Sin embargo, Aprocom insiste en que no se puede pagar 90 euros a todos por igual e insiste en que debe aplicarse de forma proporcional a las horas trabajadas. UGT y CCOO aseguran que lo deben cobrar todos porque así se evitarían contratos «precarios de 8 o 16 horas a la semana como se están haciendo», según Enrique Jiménez.
El representante de UGT explicó que han cedido y ahora proponen que ese plus tenga tres tramos: de 60 euros hasta 23 horas semanales, de 75 euros para contratos de entre 24 y 34 horas semanales y de 90 euros para contratos de entre 35 y 40 horas.
Por otro lado, los sindicatos piden que la subida salarial pactada sea «real», es decir, que no se absorba con el plus que tienen algunas empresas para mejorar «los irrisorios salarios que marca el convenio de hace 20 años», es lo que llaman el «no a la absorción compensación».
Además, aseguran que ya han cedido en otros aspectos y que ahora no se tiene en cuenta. «Dimos el brazo a torcer con la baja por incapacidad temporal que antes era del cien por ciento y ahora se reduce a partir de la segunda baja, perdemos la ayuda familiar de 200 euros y el plus de transporte», insisten.
Además, se pactó la retroactividad desde 1 de enero de 2017, mejorar los horarios de la feria, la inclusión de un día de asuntos propios que antes no existía, la no necesidad de justificar su petición con mucha antelación, el pago de la hora nocturna a un 30 por ciento más que la hora normal desde las 22.00 hasta las 06.00 horas, la equiparación de las parejas de hecho a los matrimonios y las licencias retribuidas, entre otras.
De este convenio colectivo, que no afecta a las grandes superficies como El Corte Inglés, dependen las condiciones de trabajo de más de 30.000 personas del sector del comercio (del textil, joyerías, muebles, bisutería, bazares, objetos típicos y recuerdos, almacenistas, cuadros y calzado).