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Las obras de la biblioteca que diseñó Zaha Hadid para la Universidad que finalmente no pudieron seguir adelante, en el estado que tenían en 2012.
La Dirección General de Universidades, de la Consejería de Economía y Conocimiento de la Junta de Andalucía envió ayer a la Universidad de Sevilla (US) la resolución por la que se declara el reintegro y la pérdida de derecho al cobro de la subvención concedida a la US para el proyecto de la Biblioteca General. La traducción más sencilla es que la Consejería ha desestimado las alegaciones que presentó la US, a la que ahora solicita los 16 millones de euros que le concedió para el proyecto de la Biblioteca General de la institución.
La biblioteca del Prado de San Sebastián, proyectada por la arquitecta Zaha Hadid, tuvo que ser demolida cuando sus obras estaban ya en un avanzado estado, como consecuencia de una protesta vecinal que prosperó en los juzgados.
La Universidad de Sevilla ha emitido un comunicado en el que «desea mostrar su desacuerdo ante el trabajo técnico realizado por la Consejería sobre las alegaciones presentadas que rebatían extensa y claramente, conforme a derecho, la totalidad de las declaraciones en las que se fundamentaba el expediente de reintegro de la subvención». En consecuencia, los Servicios Jurídicos de la Universidad están ya trabajando en la defensa que se va a presentar y en el conjunto de actuaciones que va a realizar, dentro del normal desarrollo que permite la legalidad, añade la nota de la US, que mantiene su «plena convicción de haber actuado correcta y legalmente en la totalidad de las acciones desarrolladas con la mencionada subvención y confía absolutamente que en este caso, también, recibirá una respuesta final satisfactoria, ajustada a la legalidad, honradez y el rigor de nuestra centenaria Institución».
La situación tiene otro elemento destacado: el hecho de que la instancia que reclama el dinero sea la Consejería de Economía y Conocimiento, de la que es flamante titular el anterior rector de la Universidad de Sevilla, Antonio Ramírez de Arellano, quien además fue vicerrector de Infraestructuras de la Hispalense, y que de este modo va a vivir el caso desde los dos lados.