Solo son conclusiones provisionales, pero la Junta de Andalucía está convencida de que el camino más viable –tanto económica como técnicamente– para la histórica demanda de una conexión directa entre la estación de Santa Justa y el aeropuerto de San Pablo pasa por ampliar la red de Cercanías con un ramal hasta el aeródromo sevillano. O, dicho de otra manera, la pelota, una vez más, estaría en el tejado del Estado, que a través del Ministerio de Fomento también ha anunciado sus propios estudios para cotejar su viabilidad.

La alternativa del Cercanías surge de las conclusiones iniciales del estudio de contenido que había encargado la Consejería de Fomento y que es «mucho menos costoso» que lo que se llegó a acordar con Ciudadanos, que condicionó el sí a los presupuestos de 2017 a la puesta en marcha de un estudio completo de viabilidad que finalmente no se ha acometido del todo, según denunció ayer la parlamentaria de la formación naranja por Sevilla, Marta Escrivá. En esa línea, cuestionó la tardanza en la elaboración de un trabajo clave para una conexión «prioritaria para todos los sevillanos, incluido empresarios e ingenieros, y que es fundamental para promover un turismo de calidad»

El consejero de Fomento, Felipe López, avanzó que el estudio de contenidos responde a criterios de «eficacia a menor coste». Y, aunque el informe todavía no está concluido y que está a la espera de un «análisis multicriterio», donde se valoren «técnicos constructivos y financieros». Pero, a la espera de ello, López sí que avanzó que «la posibilidad más sensata» es la prolongación del Cercanías a través de la estación del Palacio de Congresos (Fibes). La otra alternativa, también citada por el consejero en su comparecencia en el Parlamento, es una «fórmula tranviaria» entre Sevilla y Marchena que, en cualquier caso, sería una solución en la que saltarían chispas en el terreno político entre el PSOE, al frente del gobierno regional, y el PP, en el estatal. La Junta incluiría la fórmula del tranvía dentro del llamado eje ferroviario, que señala como competencia exclusiva de Madrid. Un extremo que niegan los populares, que esta misma semana, a través del delegado del Gobierno de Andalucía, Antonio Sanz, que insisten en que fue el Gobierno andaluz el que abandonó la construcción de la vía férrea Sevilla-Antequera a la altura de Marchena, lo que supuso enterrar los 280 millones de euros que la Junta había invertido en la misma y que financió mediante un préstamo del Banco Europeo de Inversiones que «al final tuvo que devolver».

Más allá de esa disputa, la opción más factible para la Junta es la del Cercanías. Ahora toca saber si también lo será para el Ministerio de Fomento, que se comprometió que, a lo largo de este año iba a elaborar un informe que analice la viabilidad de la conexión férrea entre Santa Justa y San Pablo. El compromiso llegó a través de una respuesta del ministro de Fomento a otra pregunta de Ciudadanos, partido que está volcado desde hace meses en desbloquear esta situación de parálisis.

Aunque los presupuestos generales del Estado no refleja una partida específica para este estudio –algo por lo que fue criticada por los socialistas, en su análisis de las cuentas–, sí que se recoge que, dentro del dinero destinado a Cercanías, habría una partida para ampliar la red. «Una vez determinada su viabilidad, será cuando proceda su incorporación al documento de planificación estratégica del Ministerio», recalca la respuesta que se dio a finales de noviembre del pasado año, en las que también se recordó la paralización «por parte de la Junta de Andalucía» del proyecto del eje transversal andaluz.

Todas las administraciones (Ayuntamiento, Junta y Estado) apoyan la conexión ferroviaria como «obra urgente» –ya lo hacían hace una década, pero ahora es más acuciante ante el crecimiento de los viajeros de San Pablo, que supera los cinco millones anuales–, las buenas intenciones chocan directamente con la tardanza en la tramitación.