«De bueno, es tonto». La frase la dice María del Carmen R., la pareja del presunto violador, quien ante el «¿cómo?» del abogado de la defensa añade: «he discutido con él muchas veces porque de bueno, es tonto. A lo mejor estaba arreglando un enchufe en mi casa, llegaba un vecino y se iba a arreglárselo a él y a mi me lo dejaba ahí».
La declaración de la pareja no dejó indiferente a la sala, que contempló un interrogatorio que se fue tensando a medida que ella iba contestando con más desaire a las preguntas de la fiscal. «Pues eso no lo voy a contestar», le replicó a la representante del Ministerio Fiscal ante las preguntas incómodas. «Está en su derecho», le contestó esta. María del Carmen también recurrió «al no recuerdo» para otras muchas preguntas, pese a lo cual acabó reconociendo que una de las 11 denuncias que llegó a plantear contra el acusado –la última en diciembre de 2015– fue porque este la sedó y la ató a la cama para luego fotografiarla. De hecho, se dio cuenta al encontrar las fotografías en el móvil. «Pero eso fue algo puntual, que no se ha vuelto a repetir», explicó ante la sorpresa de la sala. También dijo no recordar otras tantas denuncias, llegando a decir que si llamaba a la Policía era porque «discutíamos tan fuerte que llegaba un momento que necesitábamos un mediador. Pero luego no las ratificaba», admitió. Además, no contestó a ninguna pregunta sobre el contenido sexual de las imágenes encontradas en el ordenador; y ratificó la versión de su pareja al afirmar que aquella noche «se bebió por lo menos una botella de ron. Iba como una cuba». También, dijo que «no encontró ropa ensangrentada» y que la bici «no tenía bidón de agua».