Sevilla no remonta en población, con una sangría demográfica que ya no es circunstancial sino que es endémica, a la vista de los cinco años seguidos de pérdidas. El único alivio es que, en la última revisión del padrón efectuada por el Servicio de Estadística del Ayuntamiento, con fecha del 1 de enero, el descenso de población, a diferencia de otros ejercicios, ha sido mínimo. Un crecimiento cero que se puede interpretar como el suelo, en términos de habitantes, de la ciudad.
Sevilla cuenta, según este informe, con 698.690 sevillanos, sólo 254 menos que el padrón elaborado un año antes. Un número que, a buen seguro, bajará en cuanto llegue a manos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que tiende a hacer revisiones a la baja de los datos ofrecidos por los ayuntamientos. Como prueba, un botón: la última revisión, de 2016, menguó, al pasar por este filtro, en 8.100 habitantes: de 698.690 que entregó el Gobierno local a los 690.566 aceptados como válidos por el ente estatal.
Esta desaceleración de los números negativos se asocia más a un cambio de la perspectiva económica que a la campaña de empadronamiento anunciada por el alcalde, Juan Espadas. Pese a que ya se ha puesto en marcha, bajo la denominación #100x100Sevilla y en la que se da a conocer todos los servicios que están a la mano si uno de inscribe en el padrón de la capital, esta campaña se inició después de cerrar la revisión de la población, que fue con fecha de 1 de enero.
Así, sin saber los efectos de la campaña –que se verán en 2018–, la realidad a largo plazo deja a las claras que Sevilla va cuesta abajo en términos demográficos. No en vano, los últimos datos oficiales –vía INE– situaban a Sevilla a niveles previos de la Expo 92. Desde 2012, cuando el gobierno local cifraba su población en 706.365 personas, ha encadenado cinco años de pérdidas. Y, aunque en la de este último año se ha detectado esta ralentización, la realidad de los datos del servicio de Estadística es que en el último lustro es que la capital cuenta con 7.675 sevillanos menos.
CAÍDAS EN OCHO DISTRITOS
De esta depresión demográfica, que ya acumula muchos años, sólo se salvan tres distritos: Los Remedios, que se mantiene estable por encima de 25.000 habitantes, Bellavista-La Palmera, que tiene 1.923 habitantes más; y, sobre todo, el distrito Este-Alcosa-Torreblanca. El plus que ostenta como zona natural de expansión de la ciudad –en especial, en Sevilla Este– ha propiciado que, mientras en el resto de la ciudad afloren datos negativos, aquí crezca casi al ritmo de los años mejores del boom inmobiliario. No en vano, desde 2012, han pasado de 99.971 a 104.208 sevillanos. 4.237 personas más.
El resto de distritos, por contra, acumulan pérdidas, con especial incidencia en el caso de los distritos Macarena (–3.296), Sur (–3.014) y Nervión-San Pablo (–2.187).
Los informes del Servicio de Estadística municipal son tan pormenorizados que llegan incluso a delimitar sus números por distritos, barrios y hasta códigos postales. De ahí se extraen varias conclusiones. En primer lugar, se puede ratificar la lógica de que los barrios más populosos se sitúan en el extrarradio de la ciudad: sólo la zona Entreparques-Colores, en Sevilla Este, cuenta con más presencia incluso que algunos distritos, con 46.451 habitantes. A él le sigue Pino Montano (32.151), Los Remedios (23.516), Parque Alcosa (22.993), San Pablo (18.623), Torreblanca (17.843) y Polígono Sur (16.964).
Pero, más allá de detectar las bolsas, los datos permiten analizar los barrios más atractivos o, al menos, los que han conseguido captar a más habitantes. En ese sentido, destaca sobremanera el incremento de población de barrios como San Bernardo, que en el último año experimentó una subida superior al 6 por ciento: 207 habitantes más en un año, casi 400 desde 2012. Tablada, El Prado, Entreparques (en el Distrito Este), El Torrejón (Macarena), La Calzada y la Alfalfa son otras zonas que en el último año han tenido crecimientos superiores al dos por ciento en sólo un año.
Al otro lado de la balanza se sitúa la barriada de El Carmen que, aunque en términos absolutos apenas han perdido medio centenar de habitantes en un año, supone en la práctica una caída de más del cinco por ciento, más que ningún otro barrio de la ciudad. En ese decrecimiento –con cotas de hasta el dos por ciento anual– le siguen las zonas de Santa Justa y Rufina y Parque de Miraflores, Heliópolis, Valdezorras, Retiro Obrero, Macarena Tres Huertas, El Plantinar y el entorno de Felipe II.