La restauración como un reclamo más del Alcázar

Los visitantes al conjunto palaciego podrán contemplar los trabajos de conservación de dos sargas de Bacarisas en un taller instalado a vista de todos dentro del Palacio Gótico

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
22 abr 2016 / 20:46 h - Actualizado: 22 abr 2016 / 22:20 h.
"Patrimonio","Real Alcázar de Sevilla","Antonio Muñoz"
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{El Real Alcázar de Sevilla ha incorporado un nuevo reclamo a su amplia oferta turística. Quienes visiten el recinto palaciego en los próximos dos meses van a tener la oportunidad –sin coste adicional en el precio de la entrada– de presenciar en vivo los trabajos de conservación de dos sargas (pinturas sobre telas) pertenecientes a la colección de Gustavo Bacarisas y que habitualmente decoran las estancias del Palacio Gótico.

El Patronato del Alcázar ha instalado un taller a la vista de todos en la denominada Sala Cantarera, una zona contigua a la conocida como Sala de Fiestas o de los Tapices dentro del Palacio Gótico y que el mundo cofrade conoce bastante bien, pues cada primavera acoge el tradicional almuerzo-homenaje al pregonero de la Semana Santa de Sevilla. Allí los turistas y también los sevillanos que deambulen por estas nobles estancias en el circuito por el conjunto monumental podrán asomarse y disfrutar in situ del trabajo de los profesionales especialistas en conservación y restauración. Eso sí, «desde cierta distancia y sin entorpecer las tareas» que va a asumir el equipo de Artyco, la empresa que ha sido adjudicataria del proyecto en un contrato público por un importe de 17.347 euros, IVA incluido.

Una vez que se han descolgado este viernes las dos piezas de su ubicación habitual para comenzar con los trabajos, el delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, ha explicado que la idea es que este proceso de conservación sea «un atractivo más» del Alcázar. Una «operación a quirófano abierto», como la ha calificado, que espera reforzar la oferta de actividades programadas para los próximos meses en el Alcázar. Y es que por este edificio cada mes pasan «entre 3.000 y 6.000 personas», siendo el segundo lugar más visitado de Sevilla tras la Catedral al encadenar «buenas cifras» en los últimos años, sobre todo el pasado febrero «cuando se batió un nuevo récord de visitantes».

Por este motivo, el taller para las sargas estará abierto al público coincidiendo con el horario habitual de visitas. No será la primera vez que ocurra esto. Como bien ha recordado Muñoz, el pasado otoño hubo un precedente con la actuación arqueológica en el semisótano del Palacio del Rey Don Pedro. En ambos casos, se trata de una «restauración de puertas abiertas» que permite «compatibilizar estas obras y actuaciones arqueológicas y de conservación y restauración con visitas a las mismas, poniendo en valor, además, el trabajo de los profesionales y siendo un atractivo más para quienes visitan el Real Alcázar».

En este caso, la «intervención de urgencia» que se ha programado para esta dos primeras sargas contempla una limpieza, documentación y recogida de muestras para una intervención posterior, que también afectaría al resto de la colección de Bacarisas, conformada por cuatro piezas más dentro del encargo que realizó el rey Alfonso XIII al pintor Gustavo Bacarisas y Podestá (1873-1971) para decorar el Pabellón Real dentro de la celebración de la Exposición Iberoamericana de 1929.

La directora del Alcázar, Isabel Rodríguez, ha indicado que el principal problema que soportan es «el deterioro de las fibras ante su fragilidad y las propias condiciones climáticas», especialmente los cambios de luz, temperatura y humedad. Ello ha ido ocasionado con el paso del tiempo «desgarros y roturas», como la que sufre uno de ellos. En concreto, el que recrea un paisaje marino enmarcado por columnas corintias y guirnaldas vegetales y que está presidido por un medallón con la figura de Cristóbal Colón. «En la última actuación de los años noventa se le colocó un tul para evitar el deterioro, pero al final éste se ha ido rompiendo con el paso del tiempo y estaba estirando más de la sarga», detalla Rodríguez. El otro que se ha descolgado, el que muestra un tema ornamental, con jarrón y motivos vegetales, sufría la amenaza de las humedades del muro «con riesgo de crear hongos».

A este respecto, la directora del Alcázar ha reconocido la necesidad de controlar también los parámetros de luz, humedad y temperatura de la sala donde se exponen, pues, «las sargas deben tenerse en su sitio actual el mayor tiempo posible». La actuación de ahora ayudará a una mejor conservación de este legado de Bacarisas, un artista cosmopolita y modernista cuya obra sigue los cánones de «una pintura culta», con motivos renacentistas y góticos que van a recobrar su esplendor a vista de todos. La apertura del taller está prevista dentro de la programación diseñada por el Patronato del Alcázar para esta primavera, que jalonará los meses de abril, mayo y junio con seis actividades vinculadas a la música, la literatura, la jardinería y la restauración patrimonial. ~

El Real Alcázar de Sevilla ha incorporado un nuevo reclamo a su amplia oferta turística. Quienes visiten el recinto palaciego en los próximos dos meses van a tener la oportunidad –sin coste adicional en el precio de la entrada– de presenciar en vivo los trabajos de conservación de dos sargas (pinturas sobre telas) pertenecientes a la colección de Gustavo Bacarisas y que habitualmente decoran las estancias del Palacio Gótico.

El Patronato del Alcázar ha instalado un taller a la vista de todos en la denominada Sala Cantarera, una zona contigua a la conocida como Sala de Fiestas o de los Tapices dentro del Palacio Gótico y que el mundo cofrade conoce bastante bien, pues cada primavera acoge el tradicional almuerzo-homenaje al pregonero de la Semana Santa de Sevilla. Allí los turistas y también los sevillanos que deambulen por estas nobles estancias en el circuito por el conjunto monumental podrán asomarse y disfrutar in situ del trabajo de los profesionales especialistas en conservación y restauración. Eso sí, «desde cierta distancia y sin entorpecer las tareas» que va a asumir el equipo de Artyco, la empresa que ha sido adjudicataria del proyecto en un contrato público por un importe de 17.347 euros, IVA incluido.

Una vez que se han descolgado este viernes las dos piezas de su ubicación habitual para comenzar con los trabajos, el delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, ha explicado que la idea es que este proceso de conservación sea «un atractivo más» del Alcázar. Una «operación a quirófano abierto», como la ha calificado, que espera reforzar la oferta de actividades programadas para los próximos meses en el Alcázar. Y es que por este edificio cada mes pasan «entre 3.000 y 6.000 personas», siendo ya el segundo lugar más visitado de Sevilla tras la Catedral al encadenar «buenas cifras» en los últimos años, sobre todo el pasado febrero «cuando se batió un nuevo récord de visitantes».

Por este motivo, el taller para las sargas estará abierto al público coincidiendo con el horario habitual de visitas. No será la primera vez que ocurra esto. Como bien ha recordado Muñoz, el pasado otoño hubo un precedente con la actuación arqueológica en el semisótano del Palacio del Rey Don Pedro. En ambos casos, se trata de una «restauración de puertas abiertas» que permite «compatibilizar estas obras y actuaciones arqueológicas y de conservación y restauración con visitas a las mismas, poniendo en valor, además, el trabajo de los profesionales y siendo un atractivo más para quienes visitan el Real Alcázar».

En este caso, la «intervención de urgencia» que se ha programado para esta dos primeras sargas contempla una limpieza, documentación y recogida de muestras para una intervención posterior, que también afectaría al resto de la colección de Bacarisas, conformada por cuatro piezas más dentro del encargo que realizó el rey Alfonso XIII al pintor Gustavo Bacarisas y Podestá (1873-1971) para decorar el Pabellón Real dentro de la celebración de la Exposición Iberoamericana de 1929.

La directora del Alcázar, Isabel Rodríguez, ha indicado que el principal problema que soportan es «el deterioro de las fibras ante su fragilidad y las propias condiciones climáticas», especialmente los cambios de luz, temperatura y humedad. Ello ha ido ocasionado con el paso del tiempo «desgarros y roturas», como la que sufre uno de ellos. En concreto, el que recrea un paisaje marino enmarcado por columnas corintias y guirnaldas vegetales y que está presidido por un medallón con la figura de Cristóbal Colón. «En la última actuación de los años noventa se le colocó un tul para evitar el deterioro, pero al final éste se ha ido rompiendo con el paso del tiempo y estaba estirando más de la sarga», detalla Rodríguez. El otro que se ha descolgado, el que muestra un tema ornamental, con jarrón y motivos vegetales, sufría la amenaza de humedades del muro «con riesgo de crear hongos».

A este respecto, la directora del Alcázar ha reconocido la necesidad de controlar también los parámetros de luz, humedad y temperatura de la sala donde se exponen, pues, «las sargas deben tenerse en su sitio actual el mayor tiempo posible». La actuación de ahora ayudará a una mejor conservación de este legado de Bacarisas, un artista cosmopolita y modernista cuya obra sigue los cánones de «una pintura culta», con motivos renacentistas y góticos que van a recobrar su esplendor a vista de todos. La apertura del taller está prevista dentro de la programación diseñada por el Patronato del Alcázar para esta primavera, que jalonará los meses de abril, mayo y junio con seis actividades vinculadas a la música, la literatura, la jardinería y la restauración patrimonial.