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Pintadas en la fachada de la sede de la Fundación Mezquita de Sevilla, en la plaza Ponce de León. / Manuel Gómez
La fachada de la sede de la Fundación Mezquita de Sevilla, en la plaza de Ponce de León, ha amanecido este sábado con pintadas xenófobas en las que se propinaban insultos e improperios que atacaban directamente al colectivo musulmán. Así, a ambos lados de la puerta de acceso al edificio, podían leerse algunas proclamas racistas con mensajes del tipo «¡Asesinos, lo vais a pagar!», «Moro que reza machete a la cabeza» o «Stop al Islam», que han provocado el rechazo y la denuncia de los afectados.
El portavoz de la fundación y uno de sus fundadores, Jalid Nieto, fue quien se topó con esta desagradable sorpresa. «Al llegar a la sede me encontré con estas pintadas execrables. Lo primero que hice fue taparlas con un rollo de mantel blanco». Un acto reflejo tras el que se acercó a los conductores de Tussam que tienen allí sus paradas para intentar saber el origen del suceso. «Ellos dicen que ha tenido que ser entre las seis y las ocho de la mañana, pero no han visto nada». Lo que sí tuvo claro es que había que poner este incidente en manos de la Policía, que se presentó en el lugar de los hechos para iniciar la investigación, y ante lo que interpuso una denuncia por lo que considera que podría ser «un delito de odio».
A última hora de la tarde, las pintadas ya habían sido borradas. Entre la comunidad quedaba un sentimiento de incredulidad por lo acontecido. «Soy sevillano, llevo aquí 35 años como musulmán, y en este tiempo nunca hemos hecho nada en contra de la ciudad. Nosotros apostamos por la convivencia y el diálogo social». Por ello, no llega a entender qué ha podido motivar este incidente, al que califica de forma rotunda como «el efecto directo» de los atentados de Cataluña. «Es una actitud insana en el ser humano que se generaliza con los más débiles».
Lamentablemente no es la primera ocasión en la que sufren un acto de esta índole. Hace casi dos años detectaron a tiempo la convocatoria de una manifestación en la puerta de su sede que al final no se llevó a cabo y que pusieron en manos de la Policía. También sufrieron incidentes de intolerancia en la época en la que plantearon su proyecto de mezquita para los Bermejales. «Entonces hubo pintadas en la fachada y hasta nos dejaban cabezas de cerdos», recuerda.
Pero Nieto tiene claro que es necesario dejar atrás estos sucesos y enfrentarse a otros retos más positivos. «Somos un núcleo de 40 familias que abrimos las puertas a todo el que se nos acerca. Acogemos a una amplia comunidad de senegaleses, marroquíes, pakistanos... somos muy abiertos». Y asegura que no solo lo hacen entre musulmanes sino también con todo aquello que se les pide desde Sevilla. «Hemos participado en muchas iniciativas y foros en los que se nos ha llamado para expresar el sentir de esta comunidad y así lo seguiremos haciendo», señala.
Con sus palabras también quiere hacer público su agradecimiento por las muestras de solidaridad que han recibido este sábado. «Nos han llamado desde otras asociaciones, el párroco de Santa Catalina y varios concejales del Ayuntamiento. El respaldo social ha sido enorme». Con ese espíritu es con el que prefiere quedarse frente a la actitud de quienes decidieron atentar este sábado contra su hogar. «La gente que nos conoce nos aprecia. Sabe cómo somos», cuenta.
Se nota en su día a día, en el que toman café «en el bar de enfrente», conviven muy cerca de una hermandad –la Cena– «con la que nos llevamos bien» y tienen una «buena relación» con sus vecinos. Y así esperan que continúe, siendo «gente trabajadora que quiere vivir en paz».