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La Sevilla verde se cae

La caída de ramas de los árboles de la ciudad se ha convertido ya en un problema crónico. PSOE y PP se culpan mutuamente y los expertos lo achacan a las excesivas podas y las patologías

05 ago 2017 / 20:39 h - Actualizado: 06 ago 2017 / 09:04 h.
"Medio ambiente","Urbanismo"
  • Dos ramas de un mismo árbol se han desprendido estos días sobre el lienzo de la muralla de la Macarena ocasionando desperfectos en el monumento. / El Correo
    Dos ramas de un mismo árbol se han desprendido estos días sobre el lienzo de la muralla de la Macarena ocasionando desperfectos en el monumento. / El Correo
  •  25 de junio. Afán de Ribera.
    25 de junio. Afán de Ribera.
  •  5 de julio. Avda. de Andalucía.
    5 de julio. Avda. de Andalucía.
  •  5 de agosto. La Oliva.
    5 de agosto. La Oliva.
  •  5 de agosto. Bellavista.
    5 de agosto. Bellavista.
  •  27 de julio. La Gavidia
    27 de julio. La Gavidia
  •  16 de junio. Parque de María Luisa.
    16 de junio. Parque de María Luisa.
  •  25 de julio. Afán de Ribera
    25 de julio. Afán de Ribera
  •  14 de julio. Bermejales.
    14 de julio. Bermejales.
  •  13 de julio. La Campana.
    13 de julio. La Campana.
  •  11 de julio. Avenida.
    11 de julio. Avenida.

Los expertos llevan años advirtiéndolo y las redes sociales lo confirman cada semana: la caída de ramas de los árboles se ha convertido en un problema para la ciudad. Pero, ¿verdaderamente hay motivos para tanto alarmismo? En los dos meses que llevamos de verano se han sucedido una serie de incidentes que comenzaron el pasado 25 de junio en la calle Afán de Ribera, en el barrio del Cerro del Águila, donde la caída de una rama hirió a una vecina y han despertado todas las alarmas esta misma semana con el desprendimiento, dos días seguidos, de parte de la muralla de la Macarena a consecuencia de un nuevo suceso relacionado con el mal estado de conservación del arbolado.

Aunque a simple vista la situación parezca caótica, la realidad es que todo tiene una explicación. El catedrático de Ecología de la facultad de Biología de la Universidad de Sevilla, Enrique Figueroa, descarta que se haya producido un incremento de este tipo de incidentes con respecto a años anteriores, a los que encuentra «diversas explicaciones». La principal tiene que ver con las podas excesivas. Un «problema histórico», que no solo achaca a este equipo de gobierno, y que viene motivado por las malas prácticas a la hora de actuar sobre el arbolado, en las que prima «más lo estético». De hecho, advierte que lo más adecuado es, como se hace en otras ciudades, «dejarlos crecer con su porte natural y solo podar cuando haya algún peligro. No se trata de que quede bonito».

Pero no es esta la única explicación que Figueroa da sobre lo ocurrido. Además de las posibles patologías que puedan sufrir, recuerda la importancia de tratar de manera adecuada al árbol en todas sus fases, desde su plantación hasta su regado, pasando por la poda y las diferentes tareas de mantenimiento. En este sentido, el catedrático destaca la relevancia de que los alcorques tengan un tamaño adecuado para las raíces de cada especie, ya que a su juicio la falta de tierra en estos espacios es una de las grandes tareas pendientes en materia de arbolado en la ciudad. Esto provoca que las raíces levanten el acerado y que además condicione el normal crecimiento de los árboles afectados. «En Sevilla se han cometido muchos errores con los alcorques, que no tienen suelo. Todavía tenemos que avanzar bastante».

A pesar de ello, alaba el trabajo realizado por la Delegación de Parques y Jardines desde el comienzo de este mandato con la elaboración de un estudio de diagnóstico del arbolado, realizado en el mes de octubre de 2015, en el que se elaboró una ficha de cada ejemplar. En ellas se indicaba el estado de conservación de cada uno, lo que ha permitido localizar aquellos árboles que se encuentran en peor estado y que requieren una especial atención e intervención. «Sevilla es una ciudad que cuenta con muchos árboles y eso hay que mantenerlo. Gracias al informe municipal la vigilancia del arbolado es más eficaz».

De hecho, este documento ha permitido que en lo que va de mandato se hayan apeado casi 700 ejemplares por la situación de elevado riesgo que suponían para la población. A ello se suman estos días la retirada de un ficus de gran porte en el Parque de María Luisa, de dos olmos en la calle Nuestro Padre Jesús Cautivo, en el barrio del Tiro de Línea y un plan para la barriada de la Oliva, donde ayer se desprendió un árbol de gran porte que incluso llegó a interrumpir el tráfico de vehículos.

El conflicto político

La situación por la que pasa el arbolado de la ciudad se ha convertido en un arma arrojadiza entre el gobierno y la oposición municipal. Por un lado, el delegado de Hábitat Urbano, Antonio Muñoz, culpa «al macrocontrato» de la etapa del PP pero asume su «error» al no haber firmado hasta el momento un nuevo contrato de gestión de Parques y Jardines. El portavoz de los populares, Beltrán Pérez, fue más allá y tras el reciente suceso en la muralla de la Macarena dijo que había «motivos más que suficientes» para pedir dimisiones, aunque descartó hacerlo por el momento. Sí avisó al alcalde de que «como ocurra una desgracia personal el PP no va a parar hasta que no haya dimisiones». Unas declaraciones en las que Muñoz vio «la mala fe del peor Beltrán Pérez, el de la difamación y la denuncia gratuita». Un cruce de acusaciones que, más allá de la gresca política, sigue sin ahondar en la verdadera raíz de un problema instalado en la ciudad.